Por Raúl Eduardo Lien
Por Raúl Eduardo Lien
La ruleta de la guerra en donde los premios no tienen nada de atractivos, sigue dando vuelta. Israel no acepta ningún trato con los terroristas en donde no exista la entrega de rehenes. La emergencia humanitaria, es solo consecuencia de los hechos del 7 de octubre y a las pruebas me remito. Hamás sigue en su posición, que ahora es la de resistir la encomiable acción de las fuerzas israelíes, no les importa los millones de personas que sufren en la superficie.
Los muertos y heridos por las trampas-bomba en las tropas israelíes se suma día a día lo que enluta a la sociedad, porque no hay día en que no haya entierros en distintos puntos del país.
Un analista, con razón, explicaba que la guerra santa, como los extremistas la denominan, no reconoce los elementales principios de humanidad, ya que la promesa de una vida íntegra, para ellos se encuentra en el cielo. Frente a ese monstruo se enfrenta Israel y parte de la solución es intentar eliminar el control de Gaza por el Hamás. Las publicitadas posiciones de muchos países contra la contienda se justifican solo para evitar las protestas de la gran cantidad de inmigrantes musulmanes en sus países, afines a la causa del Hamás, pero a nivel estatal el apoyo a la lucha de Israel es amplia.
Pasados 150 días de guerra, la ciudad de Shderot (Seredot), que había sido desocupada, está volviendo a la normalidad y se han reiniciado las clases. Si bien la guerra se acerca a un final relativamente cercano en Gaza, en el norte, el conflicto con el Hizbolá deja muchos interrogantes y una de las variables más acertadas es que la respuesta a la agresión por parte de Israel se intensifique con el objetivo de hacer retroceder las milicias del Hezbolá a la zona determinada por los acuerdos del año 2006, zona que estuvo "patrullada" todos estos años por las "fuerzas" de la Unifil, que lo único que hicieron fue permitir el avance e instalación de las milicias en la zona de amortiguación. Deplorable.
Hoy comienza el Ramadán, un mes de las fiestas más importantes del año para los musulmanes. Es de esperar que tanto internamente, en la zona de Jerusalén, como en la zona caliente los eventos sean de distensión, y se pueda avanzar y enfriar los paños para el bien de todos aquellos que desean vivir en paz con sus vecinos.