Don Edgar Morin, sociólogo y filósofo francés, dice: "El progreso del conocimiento ha conducido a una regresión del pensamiento". Son párrafos transcriptos de una nota de Le Monde a Morin, el último de los mohicanos, y el último de una línea de pensamiento donde se intentaba (pensar) construir para un mañana mejor y más solidario, más humano, más total, más completo. Es el último. Confronta con lo que Javier Milei representa.
Se puede entender a Milei desde una perspectiva que, por aplicación de conceptos que llegaban tardíamente, explicaba a Carlos Menem por el Consenso de Washington. No le quita ni le pone a un hecho: el voto popular. Milei sube con el voto popular y representa, con sus falencias personales, una tendencia internacional.
Es necesario recordar que a Menem lo confirmaron tres veces con el voto popular. A Milei una sola, por ahora eso, una sola; pero todo puede seguir, acaso porque hay una corriente internacional que va hacia algún lado, una playa que parece inexplicable y a la que alude como advertencia, como queja, el veterano filósofo. Ojalá no encallemos, pero… quien lo decide es el voto popular.
El primer punto que ubica son las contiendas, la violencia explícita, las guerras. Morin dice: "Estas guerras agravan la combinación de crisis que afectan a las naciones, alimentadas por el virulento antagonismo entre tres imperios: Estados Unidos, Rusia y China. (…) Las crisis se alimentan mutuamente en una especie de policrisis ecológica, económica, política, social y civilizacional que no deja de crecer. La degradación ecológica afecta a las sociedades humanas a través de la contaminación urbana y rural, agravada por la agricultura industrial".
Y prosigue: "La hegemonía del beneficio incontrolado (una de las principales causas de la crisis ecológica) está aumentando las desigualdades en todas las naciones y en todo el planeta. (…) Las cualidades de nuestra civilización se han deteriorado y sus carencias han aumentado, sobre todo en el desarrollo del egoísmo y la desaparición de la solidaridad tradicional. La democracia está en crisis en todos los continentes: es sustituida cada vez más por regímenes autoritarios que, al disponer de medios de control informático sobre las poblaciones y los individuos, tienden a formar sociedades sumisas que podrían calificarse de neototalitarias. La globalización no ha creado solidaridad y las Naciones Unidas están cada vez más desunidas".
Aprovechamiento del pensador. Es tiempo de apropiarnos, de usar indiscriminadamente un concepto: la policrisis. Este uso permite explicar que no estamos solos con Milei de presidente. Que, si bien no es delegado directo de alguien, hay una corriente internacional que sostiene consignas parecidas al difuso pensamiento de Milei, y su praxis peligrosa. Se sostiene la palabra como calificación: peligrosa.
Una policrisis. "La hegemonía del beneficio incontrolado", eso dice el pensador. Cuando se exalta el "libreempresismo" y se coloca a "LA" Empresa como el valor del progreso se excita el cadáver griego y su frase: es el hombre la medida de todas las cosas. Milei confronta también con los griegos. Su valor central no es el hombre. Estamos en problemas.
Morin es específico. Agrega una especificación filosófica: "Esta situación paradójica forma parte de una paradoja global propia de la humanidad. El progreso científico y técnico, que se desarrolla prodigiosamente en todos los campos, es la causa de los peores retrocesos de nuestro siglo. Es este progreso el que permitió la organización científica del campo de exterminio de Auschwitz; es este progreso el que permitió el diseño y la fabricación de las armas más destructivas, hasta la primera bomba atómica; es este progreso el que hace que las guerras sean cada vez más mortíferas; es este progreso el que, impulsado por la sed de beneficios, ha creado la crisis ecológica del planeta. Es difícil imaginar que el progreso del conocimiento, al multiplicarlo y separarlo por barreras disciplinarias, haya provocado una regresión del pensamiento, que se ha vuelto ciego".
Don Javier debería leer, de modo continuo, tres conceptos: policrisis, hegemonía del beneficio incontrolado, regresión del pensamiento. Es, según se lee en Morin, el camino a la ceguera. Allá vamos…
¿Hay antídotos o definiciones para un proceso como el que Milei representa, avalado por un peronismo en retirada de su filosofía y más cercano a las canonjías, un radicalismo que ya no lee ni sus principios y una sociedad mediatizada por los que (cito a José Luis de Ímaz) "los que mueven las palancas"?
Parecería tonto, es tonto pensar que Milei es un fenómeno/socio/político/cultural de crecimiento espontáneo. Sí, claro que sí, redefine esa policrisis mundial con los agravantes o disparadores que Argentina propone… y en muchos casos asusta a otros "liberales" del mundo. El antídoto es el voto popular.
Morin entiende el fenómeno: "El progreso del conocimiento es incapaz de concebir la complejidad de la realidad, y en particular de las realidades humanas. El resultado es una vuelta al dogmatismo y al fanatismo, y una crisis de la moral en forma de odio e idolatría". El pensador subtitula: "La ausencia de esperanza. Nos dirigimos hacia la catástrofe. ¿Es esto "catastrofismo"? Esta palabra exorciza el mal y da una serenidad ilusoria. La policrisis que vivimos en todo el planeta es una crisis antropológica: es la crisis de la humanidad incapaz de llegar a ser Humanidad. Hubo un tiempo -no hace tanto- en que pudimos prever un cambio de rumbo. Ahora parece demasiado tarde".
Morin oferta su receta de la primera línea de defensa ante la avalancha general. El hombre, claro está, como individuo, obvio. Morin dice: "La primera y fundamental resistencia es la del espíritu. Significa resistir a la intimidación de toda mentira dicha como verdad y al contagio de toda intoxicación colectiva. Es no ceder jamás a la ilusión de la responsabilidad colectiva de un pueblo o de una etnia. Significa resistir al odio y al desprecio. Exige preocuparse por comprender la complejidad de los problemas y los fenómenos en lugar de ceder a una visión parcial o unilateral. Requiere investigación, verificación de la información y aceptación de las incertidumbres y actuar a favor de las fuerzas de unión, fraternidad, vida y amor que podemos concebir como Eros, frente a las fuerzas de dislocación, desintegración, conflicto y muerte que podemos concebir como Polemos y Thanatos".
Según se puede entender, Milei es más Thanatos que Eros. Según se puede advertir suyo es un plan concebido como si fuese esta situación (Tiempo y Espacio) algo sencillo como un libro de "Debe & Haber". Milei se abusa de la soledad intelectual con los pocos elementos reales que adquirió, más basado en ausencias intelectuales de sus opositores que en posibilidades reales de confrontación.
Enfrente de Milei aparecen personajes con prebendas que avergüenzan e ignorancias que indignan. Milei corre con ventajas que una atenta lectura del autor (Morin), a quien utilizamos descaradamente, disminuirían. Milei se abusa de la ignorancia de sus opositores… y la inexistencia de un líder positivo. Ejem: no hay líderes positivos enfrentándolo. Desafío argentino: encontrar oposición sustentable.
Para que no busque lo elemental, lo elemental es esto: Edgar Morin (París, 8 de julio de 1921), de nacimiento Edgar Nahum, es un filósofo y sociólogo francés. A partir de la década de 1950 ocupó un lugar destacado en la sociología francesa. Biografía. Sus padres son judíos de Salónica, de ascendencia española durante mil años. Hijo único, pierde a su madre a los diez años, su padre era comerciante. Con una infancia caracterizada por la enfermedad, Morin es un entusiasta de la lectura y aficionado al estudio, a la aviación y al ciclismo. Comenzó su labor filosófica con la lectura de los diversos autores de la Ilustración del siglo XVIII.
Leyó bien, tiene más de cien años, 102 para ser exactos. Es un viejo muy viejo, que explica todo muy bien. Demasiado bien. Se entenderá donde se viaja en el barco Milei. Como suele decirse con picardía de burdel… "lo dejo a su criterio".
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.