Agosto llegó con una novedad no tan "novedosa" pero, entiendo, definitiva. La fiesta de la familia ensamblada.
Agosto llegó con una novedad no tan "novedosa" pero, entiendo, definitiva. La fiesta de la familia ensamblada.
Personalidades de las que me alejaría, como algunos gobernadores cuasi feudales, como también dispararía de senadores procesados por supuesta violación (ay, ay, ay estas sororas que en algunos casos se enojan rápido y en otras olvidan demasiado), diputados multi procesados y algunos que aún no, sumados a verdaderos laburantes de la gestión pública reunidos, en mitad de semana, en la fiesta de la familia ensamblada.
El peronismo reconstituido para el vals de los 15, el casamiento o, si lo prefiere, la fiesta de los 75 años. Todos en la foto y, perdón por la metáfora, todos cerca de la torta de la fiesta. Agosto arrancó con una canción extranjera que traducida llevaría este título: "Todos juntos ahora". La familia ensamblada arrancó una fiesta con todo, mostacilla, fuegos de artificio, confites y regalitos para los infantojuveniles.
Nunca, como en estos últimos días de julio y primeros de agosto en Argentina, se ha visto que el presente es eterno, que complica el pasado y anula el porvenir. Ya es una constante en los políticos, los actores políticos de primera categoría y el periodismo -actores políticos de segunda categoría- la escritura y re escritura permanente del pasado.
Se sabe que toda traducción es una traición, pero le hemos agregado que toda re escritura es una invención. Queremos, traducirnos y tropezamos con nuestras propias invenciones. Queremos, re inventarnos y fracasamos. Deberíamos aprender que la imposibilidad existe, aunque se quiera sobornar el dogma.
En julio/agosto hemos re escrito la cuenta regresiva para el Mundial de Fútbol de Qatar y re significamos la espera como argumento pasatista de una política alocada y sin destino que, parece chiste, anuncia que dependería -el humor popular- del resultado del mundial. Ganamos y la nave va; perdemos y el pueblo quiere saber de qué se trata. Posibilidades sobre el fracaso que, si hay Copa del Mundo se perdonará… si hay fracaso pero…¿por qué no habrá fracaso?
No es un disparate el éxito como droga alucinógena, la película "Good Bye, Lenin" demuestra cómo aquel mundial que ganaron los alemanes justo sobre la unificación -las dos Alemanias convertidas en una, caída del muro de Berlín- tuvo, en esa bandera triunfadora por las calles, una sola bandera alemana, un corazón emocionado que perdonaba casi todo. Alta política. Teníamos que perder los sudacas, nosotros. La vida política y Messi, qué difícil ensayo pero parece que será así y debemos reconocerlo: el primer plazo nacional es Qatar.
La iconografía está requerida a toda máquina. Las muertes de Juan Domingo Perón (1 de julio) y de Eva Perón (26 de julio) no alcanzan. CFK en Tribunales ennegrece. Las metas inflacionarias. Las visitas de auditores de organismos internacionales de crédito de quienes dependemos en nuestra economía.
La relación/distorsión y dependencia que deviene de Argentina Distrito Electoral Único (Unitarismo en estado de máxima pureza). Los subsidios, las coparticipaciones, los viejos y queridos DNU, y el Ministerio Aglutinador…que aglutina y que la fiesta ensamblada mostró que era eso: una fiesta que sucedió porque somos los mismos pero arrancamos de nuevo. El mismo jabón para lavar la misma cara.
Se revisó todo. Los mensajes de los protagonistas de la política socioeconómica general y particular, sus inocultables entrecruzamientos familiares. Es imposible que el juicio a CFK y su familia como solidarios responsables no sea parte del juego.
El rol de las fuerzas armadas de ayer en el mañana (un anciano delirante que fue rescatado como peligro, uff). Todo en superficie en este agosto y todo, como corresponde, al costo.
Le agregamos, en una seguidilla que agobia e impide respirar sin sobresaltos, los avances de las adicciones definidas/permitidas/consentidas/auspiciadas en el narcomenudeo que pasa a mayores, la corrupción como novela manuscrita con manuscritos perdidos, perdidos y fotografiados y nombres y fechas y detalles de un ayer que no quiere retirarse. Se queda.
Se anuncia el re estreno de "Los Cuadernos de Centeno" o las fotocopias como "arma de guerra". El dólar como un eje tan inatajable que semeja una deidad y acaso lo sea. La lluvia y la sequía como las causas de los fracasos.
Hay una peste mundial y una guerra lejana pero de altísima incidencia (Rusia invadió Ucrania). Todo en mitad del mantel de la fiesta, como adornos, como centros de mesa. En la fiesta ensamblada, que indicó el "vamos de nuevo todos juntos ahora", omitimos la historia y cerramos la memoria.
Paremos un minuto, un solo minuto. "Time out", pero poquito. Borges, que no quiere explicar lo que escribió, ante un pedido de síntesis intenta aclarar una de sus más bellas historias, como toda su obra, creció interpelando el tiempo como destino y la realidad como una imaginación equívoca y de ese modo define, en 1941, cuando lo escribió, nuestro presente nacional, nosotros somos esto que explica Jorge Luis… Probemos, don Jorge: ¿qué es la fiesta de la familia ensamblada?
"El jardín de senderos que se bifurcan" es una imagen incompleta, pero no falsa, del universo tal como lo concebía Ts'ui Pên. A diferencia de Newton y de Schopenhauer, no creía en un tiempo uniforme, absoluto. Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas la posibilidades".
Gracias don Jorge. No debe aclararse nada más. Divergentes, convergentes, los diversos tipos de peronismo son el jardín del que habla el escritor. Todos en la fiesta. Es un momento en la serie de infinitos tiempos que vivimos.
En Argentina la corrupción de la princesita, que deviene de la de Yaciretá, la de los pollos de Mazzorín, la del Trigo Candeal, la de los bajos y húmedos terrenos de Ezeiza, que eran muy malos, convertidos en aeropuerto en zona de nieblas permanentes, la trampa del negociado de Don Madero y Don Huergo y el Puerto de Buenos Aires, los fusiles truchos del Martín Fierro, los trenes que nunca, las autopistas que jamás, Rosas, el dueño del saladero y El Restaurador que definía que el país era a la vez contrabando y aduana que dan, en la suma, una espantosa matriz. Nosotros somos esa matriz. Somos un Gran Ensamble.
Argentina se bifurca para multiplicar el yerro. Acaban de agregarle la ineptitud. Ya De la Rúa asumió en esas condiciones. Ni siquiera hay novedades para este boletín. Fernández fue la exasperación del equívoco. Massa debe enfrentar eso. Los tiempos de la corrupción abarcan todas las posibilidades. La ineptitud no es incompatible con el robo. El pecado es acogedor. Massa debe enfrentar eso.
Destinados a vivir en un eterno presente que el pasado altera y deforma y deforma y altera como constante, queda eso: la imposibilidad de una ley física que asegure que la manzana caerá en la cabeza de Newton. En Argentina hum, no se sabe. Massa debe enfrentar eso, la fuerza de gravedad.
Vamos a creer en la fiesta del Ensamble pero dejemos un punto en claro: quedó fuera y sin tarjeta de cartón la mitad de los funcionarios que funcionan… o no, pero que fueron votados por la otra mitad del país. El JxC tenía la ñata detrás del vidrio la noche de la fiesta.
Si la mitad de los que deben decidir no estuvieron y algunos se enojaron por eso y si, además, muchos de los que estaban, no aparecían contentos, la familia ensamblada cumple su regla elemental: brindan, saludan, se encuentran, se toleran, pero no se quieren bien. Y Argentina precisa que todos los que están en la fiesta se quieran bien, y que no haya nadie fuera, con la ñata junto al vidrio. Eso, definiría si "ensamble" es rejunte o esperanza.