En un resumen apresurado, debe decirse que Omar Perotti no es el primero en poner en el juego electoral, desde la Casa Gris, el prestigio y el nombre de quien corporiza al Poder Ejecutivo Provincial de Santa Fe. Eso sí, es el más original. Ninguno de los que antes lo hicieron se había inscripto como suplente. Y mucho menos en la mitad de su mandato.
Desde 1983 para acá, nadie lo había hecho justo para cuando comienzan a desgajarse, día a día, mes a mes, las hojas de los dos últimos años de ese calendario que -cuando marque el 11 de diciembre de 2021- comenzará a descontar lo que falta para 2023.
Antes del gobernador Perotti y su fuerte apuesta en la interna del peronismo de la provincia como precandidato a senador suplente para el Senado de la Nación, cargo del que proviene pero como titular, hubo otros casos. Y los más interesantes tuvieron lugar en 1995, para cuando se prodigaron en las llamadas "candidaturas testimoniales" los dos apellidos que marcaron 16 años de gobiernos justicialistas santafesinos. Los ya fallecidos Carlos Reutemann y Jorge Obeid.
En las boletas sábana que imperaban en la legislación nacional y santafesina de aquellos años, y sin primarias abiertas y obligatorias, Reutemann no dudó en encabezar la lista de diputados provinciales titulares, y obviamente luego no asumió en la Legislatura Santafesina. Se comenzó a hablar desde entonces de una candidatura "testimonial", que en realidad no era más que especulación electoralista.
Reutemann fue el primer candidato a diputado provincial en el sublema Creo en Santa Fe que llevó como gobernador a Obeid. Pero no fue esa la primera vez en la que el entonces gobernador Reutemann fue candidato a un cargo que no ocuparía.
Algo similar ocurrió en 1994 con los comicios nacionales de convencionales constituyentes por Santa Fe, que también encabezó el ex piloto de Fórmula Uno. Como muchos de sus pares gobernadores que fueron convencionales, asistieron apenas a unas pocas sesiones y no participaron de la mayor parte de las deliberaciones en el Paraninfo de la UNL.
Antes que Reutemann gobernador y diputado provincial electo, también en 1995, Obeid fue electo diputado nacional y renunció a esa banca para ser candidato a gobernador (1). Sin embargo, en su caso, debe advertirse que tanto para cuando encabezó la lista que apoyó Reutemann en la elección interna del PJ para dirimir candidaturas al Congreso de la Nación como cuando fue electo en la misma boleta sábana de Carlos Menem, el entonces intendente de Santa Fe aún no sabía que podía ser el candidato de Reutemann a la gobernación.
Para 1995 el Lole ya se había resignado a no tener -como sí el presidente Menem y casi todos los gobernadores- la posibilidad de una reelección inmediata. Pero guardó hasta último momento el nombre de su sucesor. En 1994, tras la reforma, mandó sin admitirlo nunca públicamente al PJ santafesino a cuestionar la Constitución de Santa Fe ante la Corte Nacional, que le dijo no, y luego a la Corte Interamericana de Derechos Humanos a duplicar el fracaso.
Años más tarde, para cuando terminaban las gestiones justicialistas santafesinas, los gobernadores del Frente Progresista Hermes Binner, Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz también estuvieron en boletas electorales durante su último año de mandato al frente de la Casa Gris, pero en cada uno de esos casos, sí asumieron luego los cargos para los que fueron electos. Con dos aclaraciones: Binner, fallecido en junio de 2020, dejó la banca como diputado nacional obtenida en 2005 dos años más tarde, para ser candidato a presidente, en 2007; y Lifschitz, que aspiraba a presentarse en los actuales comicios para renovar la representación santafesina en el Congreso, murió de Covid-19 el 9 de mayo de 2021 sin haber sido vacunado.
Reutemann, "gran elector"
En Santa Fe se comenzó a hablar de la existencia de un "gran elector" a partir de los comicios de 1995, en los que Carlos Reutemann, fallecido el 7 de julio pasado, con su sola presencia en una sección electoral arrastraba a la victoria a los demás candidatos de una boleta sábana.
Al dos veces gobernador le gustaba hablar en términos mecánicos de una candidatura que "traccione" a las demás. Y ponía en marcha ese ardid en los comicios, sin disimular que luego no ocuparía esos cargos. Era uno de los elegidos, pero al tener ese poder se convertía en "elector" de sus compañeros de ruta.
Siempre se ha dicho que el sublema iba a llamarse "Yo creo en Santa Fe" y que la justicia electoral le podó tanto personalismo, cuando comenzó su carrera en 1991.
Su sector era con su nombre y apellido en cualquier boleta, una carta ganadora para toda la lista sábana. (Faltaban años para que terminara la polémica Ley de Lemas y todavía más para la llegada de la boleta única, que hoy obliga a poner una cruz para cada categoría electoral y, por lo tanto, decidir a quién votar cargo por cargo).
No debe perderse de vista que la actual elección nacional para senadores y diputados por Santa Fe, aunque tiene unas Paso que abren las internas partidarias a cualquier ciudadano, afiliado o no, se llevan a cabo con una boleta sábana. Allí estará Perotti, con una foto destacada, al frente de los suplentes.
Curiosamente, en 1995 el hoy gobernador Perotti era también un protagonista principal de los comicios santafesinos. Había sido un muy destacado intendente de Rafaela y era candidato a vicegobernador de Héctor Cavallero, quien había dejado la intendencia de Rosario (y el socialismo) para pasarse al menemismo, con el apoyo de varios gremios y dirigentes del peronismo.
La fórmula Cavallero-Perotti apoyada por la Casa Rosada perdió con la de Obeid-Venesia, promovida por Reutemann en la boleta. El recuento de votos demoró una eternidad, por las mutuas acusaciones de fraude (hubo dos resultados en el escrutinio provisorio) que exigieron la apertura de urnas en uno de los más discutidos escrutinios definitivos de la democracia santafesina reciente. Luego, durante ese primer gobierno de Obeid, Perotti fue su ministro de Agricultura, Ganadería y Comercio, y presidente del directorio del Banco Provincial para su privatización.
(1) En la provincia la lista de diputados nacionales, encabezada por Obeid, saco 50.000 votos menos que la reelección de Menem.