Por Marwan Sarwar Gill*
Según el judaísmo, Jerusalén es el corazón y el núcleo de su tradición y la tierra prometida para el pueblo de Israel.
Por Marwan Sarwar Gill*
La emblemática ciudad de Jerusalén es una de las más antiguas de nuestra humanidad y ha ocupado un rol central en los acontecimientos históricos. Ha sido conquistada, destruida y reconstruida una y otra vez. Israel celebra cada año el 29 de mayo como el Día de Jerusalén. Este día que para los israelíes significa la reunificación de la ciudad, para los palestinos, en cambio, es considerado el inicio de la ocupación de su territorio.
Es una ciudad que nunca visité, pero que desde mi infancia resonó en mí como una tierra soñada. Aunque en las últimas décadas, Jerusalén a menudo ha sido foco de división y conflicto entre los pueblos, es el lugar geográfico que une las tres religiones abrahámicas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Debido a su significativo peso en las tres religiones monoteístas, Jerusalén es considerada como uno de los lugares más sagrados del mundo. Incluso, en el islam uno de sus nombres atribuidos es “Al-arzul Quds” (la tierra sagrada).
Según el judaísmo, Jerusalén es el corazón y el núcleo de su tradición y la tierra prometida para el pueblo de Israel.
Conforme el cristianismo, Jerusalén fue el lugar donde Jesús vivió, predicó, murió y resucitó. Incluso, para muchos cristianos será también el lugar de su segundo advenimiento.
Para los musulmanes, Jerusalén tiene gran importancia por varios motivos: En primer lugar, el islam no se considera una nueva religión, sino más bien una continuación del judaísmo y del cristianismo. Por ello, como musulmanes honramos y reconocemos a los profetas que compartimos con la tradición judeo-cristiana como Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David, Salomón etc. incluso reconocemos a Jesús como profeta y Mesías del pueblo judío.
Dado este contexto teológico, en la etapa inicial del islam los musulmanes solían rezar en dirección a Jerusalén. Fue casi 15 años después del surgimiento del islam que la orientación para la oración (Qibla) se cambió de Jerusalén hacia Mecca.
En segundo lugar, Jerusalén juega un papel importante en la vida del profeta Muhammad. Según la tradición islámica, el profeta realizó un viaje nocturno de Mecca a la mezquita Al Aqsa, ubicada en Jerusalén, donde dirigió la oración. Algunos musulmanes creen que este viaje ocurrió realmente e, incluso, sostienen que el profeta ascendió en Jerusalén físicamente al cielo.
No obstante, conforme el Corán, el viaje nocturno y la ascensión al cielo no eran acontecimientos reales, sino experiencias y visiones espirituales del profeta. “Al Aqza” en árabe significa “lejos” y era una profecía que la difusión del islam alcanzaría a lugares lejos de Mecca. Y Jerusalén era una alusión simbólica a que su mensaje llegaría a los judíos y los cristianos. En este contexto sería beneficioso aclarar que “Al Haram Al Sharif” (el Noble Santuario), que consiste en la mezquita Al Aqsa y la cúpula de la Roca, fue construida en Jerusalén después del fallecimiento del profeta del islam en recuerdo de su viaje espiritual.
En conclusión, Jerusalén es un lugar de suma importancia para los musulmanes, los cristianos y los judíos y a su vez es el punto geográfico que los unifica. Otra similitud notable que hallamos es que tanto en hebreo como en árabe Jerusalén significa “lugar de paz”.
De esta manera, es mi deseo profundo que Jerusalén se convierta en un lugar de paz y de protección no sólo para los judíos, los cristianos y los musulmanes, sino para toda la humanidad y toda la creación de Dios.
*Marwan Sarwar Gill es teólogo islámico y Presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.