Por Bernardo Carrizo (*)
Por Bernardo Carrizo (*)
Es posible reconocer en Juan Mantovani una preocupación permanente, no sólo por las cuestiones pedagógicas, sino también por el sentido de la educación, sus instituciones, diseños curriculares junto al conocimiento de la arquitectura y dinámica políticas necesarias para plasmar ideas novedosas en prácticas ya instituidas.
En el marco de esta serie de notas, propongo situar el análisis en la coyuntura 1928-1929, período en el que el pedagogo retornó a Santa Fe, luego de estar radicado desde 1914 entre Buenos Aires y La Plata con motivo de proseguir su formación académica, para ejercer fugazmente el cargo de Inspector General del Consejo General de Educación (CGE).
El edificio institucional del sistema educativo se traducía en escuelas elementales (tanto fiscales como particulares), escuelas normales rurales y especiales (hoy denominadas secundarias orientadas). Las mismas integraban el área de incumbencias del Ministerio de Instrucción Pública y Fomento y, en particular, del CGE.
El CGE, a cargo de un presidente designado por el gobernador, tenía a su cargo la dirección de los asuntos educativos a través de un cuerpo burocrático–administrativo de inspectores con funciones de control y regulación sobre el entramado institucional. El organismo publicaba mensualmente un Boletín de Educación (BE) que daba a conocer los lineamientos del área. En esta nota hemos recurrido a este para dar cuenta de algunos componentes de la trayectoria de Mantovani en su primera experiencia de gestión.
En mayo de 1928 asumió como gobernador el médico Pedro Gómez Cello, hasta la irrupción militar de 1930. Su candidatura fue una solución de consenso a la histórica lucha facciosa que atravesaba el arco político radical. El gobernador tuvo vinculación con los acontecimientos reformistas que van a desembocar en la creación de la UNL. En 1916 fue presidente de la Sociedad Cosmopolita en cuya sede funcionó la Federación Estudiantil que agrupaba a estudiantes universitarios que, en 1912, había protagonizado el mitin "pro nacionalización" de los títulos expedidos por la Universidad de Santa Fe.
En agosto de 1928 Mantovani, profesor adjunto en Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires y en Didáctica General en la de La Plata, es designado Inspector General del CGE. El pedagogo da a conocer su concepción respecto de la educación: "Dos caminos… son los que deparan al que se entrega a la acción educadora. El uno, satisfecho con el estado presente, solo aspira a mantenerlo… El otro, siguiendo el movimiento conjunto de las ideas y de los distintos contenidos de la cultura, de la ciencia y la filosofía, aspira a levantar la escuela sobre esas nuevas bases… Hay épocas que se prestan más para tomar el segundo camino. Son las épocas de revisión como la actual".
El nuevo funcionario también expone el sentido que otorga al cargo de Inspector: "Será un animoso alentador de la faz doctrinaria y técnica de esa política educativa, mediante la propaganda y difusión primero (…) debe orientar sus oídos a las nuevas voces y sus miradas sobre las nuevas realizaciones, sin temores a las inevitables resistencias…".
La incorporación de Mantovani puede interpretarse como manifestación de una articulación novedosa entre gestión y políticas públicas a través de un experto. A su vez, la presencia del pedagogo constituye un antecedente respecto de la particular dinámica que adquiere el vínculo entre los tiempos de la educación y el ritmo que atraviesa el día a día de un gobierno.
El flamante Inspector realiza gestiones, que no se concretaron, para lograr la visita del filósofo español José Ortega y Gasset, a raíz de su presencia en el país. Incluso un número del BE contiene temas relacionados con este referente: "Ortega y Gasset en la Argentina", de Mantovani; la entrevista "El pedagogo Lorenzo Luzuriaga", de E. Giménez Caballero; la conferencia "Organización de la escuela activa", dictada en Rosario por Clotilde Guillén de Rezzano; "El gobierno de la enseñanza y los maestros", de Leopoldo Lugones; la disertación "El maestro y la nueva conciencia pedagógica", de Mantovani, en la escuela Sarmiento de Santa Fe (a la que asiste el gobernador Gómez Cello).
A la publicación también se incorpora la sección Bibliografía Pedagógica, en la que se presentan libros, folletos y revistas en español de carácter informativo y doctrinario "desde el punto de vista de nuestras orientaciones", es decir, con los principios del escolanovismo o escuela nueva que plantea otro sentido para la educación, diferenciándose del positivismo que había conducido los destinos de la educación.
En otras ediciones, puede observarse el impulso de actividades culturales que dan cuenta de una articulación entre instituciones. Por un lado, con Extensión Universitaria del Instituto Social de la UNL que ofrece cursos de perfeccionamiento para maestros, por ejemplo, Psicología y Sociología Pedagógica. Por otro lado, en el Museo Provincial Rosa Galisteo de Rodríguez, su director, Horacio Caillet Bois, ofrece disertaciones especialmente preparadas para el magisterio. Entre ellas, "Fernando Fader, su vida y sus obras", que contó con la presencia de Mantovani.
El BE prosigue con la propuesta al magisterio de lecturas vinculadas a temáticas de la "educación nueva" y prácticas de la "escuela activa", confirmando el propósito de difusión y propaganda anticipado por Mantovani: "La personalidad de Lorenzo Luzuriaga", de Juan Cassani; "La escuela nueva pública", de Lorenzo Luzuriaga; "Corrientes nuevas en el campo de la educación", de Adolfo Ferriere; "Para los que enseñan", de Gabriela Mistral.
Como capacitación en servicio, Mantovani convoca a directoras y maestras para exponer algunos lineamientos de la renovación pedagógica, sin que la propuesta implique una "reforma general". Al contrario, "toda escuela debe aspirar a ser un laboratorio de educación experimental… de amplia autonomía".
El BE correspondiente a enero de 1929 se inaugura con una nota del Ministro de Instrucción Pública y Fomento Martín Herrera titulada "Escuela al aire libre", el "Reglamento del cuerpo médico escolar" y el aprobado proyecto "Educación de los retardados", elaborado por el Inspector General. Sin embargo, el BE también informa las renuncias indeclinables de González Zimmermann y Mantovani a sus respectivos cargos, a pocos meses de asumirlos. Los motivos guardan estrecha relación con la lógica facciosa que recorre la gestión gubernamental de Gómez Cello, y al propio radicalismo, que impacta sobre el ejercicio del gobierno. Más aún, unos meses luego se produjo la intervención federal de la legislatura.
El profesor Mantovani deja sus impresiones sobre la fugaz gestión: "La brevedad del tiempo…no ha permitido concretar nuestros pensamientos en hechos ni realizaciones. Hemos dejado, en cambio, trazadas algunas líneas que propician una lenta pero eficaz y evidente reforma de la escuela primaria. Los que nos sucedan, si concuerdan con nosotros, podrán utilizar esas proposiciones…". Mantovani regresa a Buenos Aires para retomar el ejercicio de sus cargos docentes universitarios y proseguir su vida académica en esa ciudad y La Plata.
La breve experiencia santafesina será la primera de otras que lo tendrán como figura destacada en la gestión pública durante los años treinta, tanto en la nación como en la provincia. En esa ocasión, una vez más, el campo educativo volverá a presentarse como un terreno de innovaciones y desafíos. El mismo encontrará a Mantovani entre los protagonistas más notorios para un escenario en el que la política adquiere una presencia irreductible.
(*) Facultad de Humanidades y Ciencias, UNL.