“Michael sabe cosas”, escribió días atrás en su cuenta Twitter el siempre polémico presidente estadounidense, Donald Trump.
“Michael sabe cosas”, escribió días atrás en su cuenta Twitter el siempre polémico presidente estadounidense, Donald Trump.
“Michael”, no es otro que el reconocido cineasta y declarado activista del Partido Demócrata, Michael Moore, quién saltó a la popularidad por llevar a la pantalla grande en formato documental, debates candentes de la política norteamericana tales como la portación de armas (véase en Bowling for Columbine, un país en armas), o al examinar con dureza la política internacional del expresidente George W. Bush (en Farenheit 9/11).
Moore, eligió su cuenta de Facebook para alertar a los demócratas que las encuestas que marcan, a menos de 60 días para las elecciones presidenciales, una ventaja clara del candidato opositor Joe Biden, no reflejan el potencial apoyo que tiene el actual mandatario.
“Alguien necesita activar la alarma de incendio ahora”, escribió el cineasta. “Te lo advierto con 10 semanas de anticipación: el nivel de entusiasmo de los 60 millones de seguidores de Trump es alto. El de Joe, no tanto”, aseguró.
Y la palabra de Moore no pasó desapercibida. Más allá de la chicana del propio presidente yankie en la red social del pajarito, hay que recordar que el documentalista fue uno de los pocos en vaticinar la derrota de Hilary Clinton hace 4 años ante el magnate republicano.
A propósito de los sondeos, un trabajo publicado esta misma semana, y que lleva la firma de la cadena CBS, marca que Biden sigue al frente con un 52% en la intención de voto frente al 42% de Trump. En tanto, otros estudios pronostican que la brecha se va achicando.
No obstante, cabe recordar al lector que el entreverado sistema electoral norteamericano puede deparar que, aún sacando menos votos que tu rival, es posible ser el ganador. A propósito de esta singularidad, a los analistas políticos les encanta repetir hasta el cansancio antes de cada elección una máxima: “No importa tanto cuántos votos saques, si no dónde…”.
Para comprender esta definición, es necesario aclarar que el voto en Estados Unidos es indirecto y que no es obligatorio. Que los votantes (unos 218 millones aproximadamente), eligen un Colegio Electoral conformado por 538 electores provenientes de todos los Estados, incluyendo el distrito de Columbia (Washington D.C.). Este será el encargado de elegir al Presidente.
Por eso, es vital para las aspiraciones de cada candidato concentrarse en aquellos Estados considerados “claves”, que son particularmente los que más delegados aportan al Colegio y, fundamentalmente, los denominados “péndulo” o “indecisos”, donde - algo poco usual en la política de este país - pueden votar alternativamente por uno u otro partido, cosa que en la mayoría de los distritos no ocurre.
“Batalla electoral extensa”
El grado de indecisión en los territorios “bisagra” recientemente mencionados, se hace palpable a la hora de analizar uno de los indicadores más elocuentes de las estrategias de campaña: la reserva de los espacios televisivos en cada lugar.
El exvicepresidente Joe Biden tiene previsto minutos para anuncios en 15 Estados. Trump, por su parte, ha destinado el gasto en publicidad en 11 estados hasta este momento, y todos ellos hacen parte de la lista en los que Biden también invertirá dinero para anuncios de televisión.
Estos números son inéditos. Nunca antes se hizo tan extensa la contienda electoral. Arizona, Florida, Iowa, Michigan, Minnesota, Nevada, Nueva Hampshire, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania y Wisconsin. Biden también ha reservado espacio en Colorado, Georgia, Texas y Virginia.
Hasta el año 2000, los distritos “claves” no eran más de 5 o 6. En 2008, Barack Obama amplió este mapa al conquistar algunos bastiones republicanos, como Carolina del Norte y Virginia. Trump hizo lo propio 2016, ganando Michigan, Pensilvania y Wisconsin, conglomerados típicamente demócratas.
Estos indicadores delatan que nada está definido. Más allá de lo que digan los sondeos, hay un escenario hiperpolarizado. Para alcanzar la victoria, a Trump ya no le bastará con su discurso antisistema. Sobre la mesa estarán exhibidos también sus cuatro años de gobierno.
Biden, y retomando la advertencia de Michael Moore, deberá salir de la zona de confort que significa esta “carpa ideológica” que contiene a todos los que odian a Trump e ir a buscar algo más.
Por eso Moore llamó a salir del laboratorio de campaña y estar más en el territorio, y provocar ese “entusiasmo” que dice aún no ver. Incluso no se quedó en el diagnóstico, fue más allá y planteó, por ejemplo, seducir al electorado joven proponiendo la gratuidad de los estudios superiores.
Los protagonistas ya salieron a escena. La película ya se está rodando. El martes 3 de noviembre, conoceremos el final.
*Periodista. Especialista en Política Internacional.