Por Claudia S. Catalin (*)
Un desafío serán los posibles planteos de las mujeres ante la aplicación de la ley cuando se pretendan afectar sus derechos.
Por Claudia S. Catalin (*)
Muchas veces me preguntaba qué haríamos cuando la Paridad fuera ley.
Hoy la tenemos y se presentan nuevos desafíos para lograr que la letra de la ley se transforme en realidad.
Sin dudas tendremos muchas tareas que realizar, algunas más inmediatas, otras a mediano y largo plazo. Entre las primeras, sin dudas, se encuentra la reglamentación que le corresponde al Poder Ejecutivo, para la cual, la Mesa de Mujeres por la Paridad ya ha ofrecido su colaboración y manifestado su interés en participar, tal como sucedió con la Ley Nacional y los aportes desde Ojo Paritario, otras organizaciones de mujeres, académicas y especialistas. Esta tarea es muy importante, no sólo porque garantizará su utilización en las próximas elecciones, sino porque también es una oportunidad para resolver o clarificar algunas cuestiones que pueden generar conflictos en la aplicación.
Respecto de los alcances de la ley que obtuvo sanción definitiva, debemos decir, tal como se venía sosteniendo desde el año 2018, que no pueden excluirse las fórmulas de Gobernador/a- Vicegobernador/a del alcance de la norma. Creemos que dentro de 3 años será indudable la necesidad de que así sea, tal como en 2019 la presión del colectivo de mujeres impuso su #SiNoEstaEnlaleyQueEsteEnLaBoleta y efectivamente 7 de 8 fórmulas fueron paritarias.
El artículo 5 tan cuestionado por su propuesta de "duplas y D'Hondt" resultó con otra redacción que nos preocupa: establece que los partidos políticos y los frentes electorales presentarán listas de precandidatos/as con paridad y alternancia (uno y una o viceversa), pero luego de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, las listas se integran sólo con paridad, ya que la propia ley habilita que puedan integrarse con dos candidatos/as del mismo género en forma consecutiva. Y lo que más preocupa es el resultado final, en tanto no establece nada sobre la integración de la lista de candidatos/as electos/as, por lo que podría resultar que no se alcance ni siquiera el tercio que establecía la ley de cupos.
En materia de reemplazos, es importante evitar que, tal como ha sucedido a nivel nacional, el resultado termine favoreciendo a los varones, en vez de cumplir su propio objetivo como acción afirmativa a favor del género sub-representado: las mujeres.
En lo que respecta a la vigencia de la ley, prevista originalmente para el 2023 en el proyecto con media sanción del Senado, la Mesa por la paridad ha manifestado sus objeciones, por entender que no existen causas fundadas para ello y rechazando el argumento de "no hay mujeres", conforme ha quedado demostrado en nuestras reuniones por Departamentos, con gran cantidad de mujeres -incluso muchas jóvenes– de todas las localidades, que están interesadas en la participación política y ya militan en muchos espacios y organizaciones locales.
La paridad se aplicará entonces, para las municipalidades y sus Concejos Deliberantes en las elecciones del próximo año, mientras que en las Comunas se mantiene la ley de cupo (⅓) y su aplicación comenzará recién en el 2023. Al respecto, preocupa esta discriminación injustificada para las mujeres santafesinas: las que vivimos en la ciudad votaremos listas paritarias y el resto, listas con cupo. No hay justificación para ello.
Un desafío interesante serán los posibles planteos de las mujeres ante la aplicación de la ley cuando se pretendan afectar sus derechos. Digamos que tal como sucede frecuentemente, cuando las mujeres se encuentran en esa posición, no son representadas por los apoderados partidarios (generalmente varones) por lo que deben recurrir a otras mujeres, como sucede en el orden nacional con Ojo Paritario. Probablemente así lo requieran estas mujeres, lo que ya ha sucedido en nuestra provincia con los reclamos por la aplicación de la Ordenanza de paridad en la ciudad de Santa Fe.
A mediano y largo plazo deberemos atender a la construcción de nuevos liderazgos femeninos, prevenir situaciones de violencia política -que surgen como reacción a la aparición de más mujeres en la vida política– y pensar estrategias y normas que favorezcan el acceso de las mujeres y colectivo LGTBIQ+ a los espacios de poder y decisión en todos los órdenes, así como realizar el seguimiento del progresivo cumplimento de la ley en los Poderes Ejecutivo, Judicial, Partidos Políticos y asociaciones y colegios profesionales.
Sin dudas seguiremos trabajando para conseguir que más mujeres accedan a los cargos de conducción, hasta que nuestra democracia logre ser verdaderamente representativa y paritaria, porque creemos firmemente que las desigualdades generan violencia, y la paridad pretende igualar a las personas y reducir esa violencia, además de ser un factor de desarrollo, tal como lo definen los ODS2030: porque sin paridad de género tampoco hay desarrollo sostenible.
Y seguiremos hasta que la igualdad real que nuestra constitución nacional establece y garantiza, sea una realidad.
(*) Abogada. Especialista en gestión pública y en Derechos Políticos y Electorales. Ex Secretaria Electoral de Santa Fe. Integra el espacio Igualdad, es Miembro Honorario del Foro Federal de Organismos Electorales, Mesa Ni una Menos y Mujeres por la Paridad.
En materia de reemplazos, es importante evitar que el resultado termine favoreciendo a los varones, en vez de cumplir su propio objetivo como acción afirmativa a favor del género sub-representado: las mujeres.
Un desafío serán los posibles planteos de las mujeres ante la aplicación de la ley cuando se pretendan afectar sus derechos. Frecuentemente, las mujeres es esta situación no son representadas por los apoderados partidarios (generalmente varones).