El Intendente anunció ante el Concejo, en el cierre de lo que fue el último discurso de su gestión, un “plan de viviendas municipal”, en lo que sonó más a la necesidad de comunicar algo pomposo que permita obtener un lugar en los medios que a un programa concreto que pueda dar fruto en los próximos meses. Y en esa necesidad, quizá por falta de información o desconocimiento de la ciudad, faltó a la verdad.
Repasemos: todos los años, al comenzar marzo, el Intendente da un discurso que marca la apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Municipal, con la obligación de detallar su plan de gobierno y las principales líneas de trabajo, de manera que las y los concejales podamos tener la información -lo más precisa posible-, para poder realizar nuestra tarea legislativa y de contralor del Ejecutivo.
Pues bien, en esta oportunidad los concejales nos llevamos de esta sesión sólo un título vacío de contenido, porque el Intendente no dio ninguna precisión de tiempos, recursos, beneficiarios o lugares de este “plan de viviendas” anunciado en las últimas líneas de su discurso. Lo entendemos como una falta de respeto institucional hacia el Concejo, porque sólo es posible hacer una interpretación acerca de lo sucedido: fuimos parte de una operación de “marketing publicitario” en la necesidad de Jatón de realizar anuncios pero sin contar aún con las precisiones necesarias, en un tema que resulta tan sensible.
Se trató de un discurso falto de nuevas propuestas y proyectos, al punto tal que, sin el anuncio de las viviendas, no hubo nada que destacar o que no fuera parte de viejas y reiteradas promesas que no se han terminado de cumplir o ni siquiera han comenzado.
Pero en el afán de anunciar algo importante, el Intendente incurrió en una grave falta a la verdad al presentarlo como “el primer” plan de viviendas en la historia del Municipio. O bien no conoce la ciudad, o bien no tiene información.
Mirá tambiénPresupuesto 2023: JxC incorporó partidas para seguridad, control y transparenciaSin memoria
A lo largo de los 8 años de la gestión municipal que llevó adelante José Corral, entre 2011 y 2019, el Municipio puso en marcha un verdadero primer plan de viviendas municipal: se trató de la construcción efectiva de viviendas orientadas a la reubicación de familias ubicadas en zona de riesgo hídrico.
La construcción de viviendas resulta onerosa para la arcas municipales, pero el gobierno local -con recursos propios y articulando fondos provenientes de Nación y Provincia- construyó unas 600 viviendas según el siguiente detalle: 140 en Barrio Jesuitas, 79 en Nueva Esperanza Este, 14 en el bloque de viviendas de Guadalupe Oeste, 29 en el bloque de Barranquitas Oeste, 38 en convenio con la comisión nacional de tierras, más de 280 en conjunto con Los Sin Techo en Barranquitas Oeste, Barranquitas Sur, Padre Atilio Rosso y Scarafía, además de intervenciones puntuales que tuvieron como beneficiarias a víctimas de violencia de género.
Más de 600 viviendas que tuvieron como principal objetivo la mitigación del riesgo hídrico, reubicando a familias que se encontraban en áreas inundables. Viviendas construidas por el Municipio que fueron destinadas a familias que habitaban en zonas de reservorio o crecidas, provenientes de la zona del ex Frigorífico Municipal, Barranquitas, Atilio Rosso, Bajo GADA, Playa Norte y Bajo Judiciales, fundamentalmente.
La actual gestión, que lleva 3 años y 3 meses, no sólo no ha construido una sola vivienda, sino que lo que es aún peor: ha abandonado la política de mitigación del riesgo hídrico permitiendo que decenas de familias hayan vuelto a vivir en forma precaria en los reservorios del Oeste o en adyacencias a cursos de agua, permitiendo también la intrusión de zonas inundables y terraplenes de defensa de la ciudad.
En síntesis: lo que tanto trabajo, esfuerzo y recursos costó a toda la ciudad -porque los recursos que administra un Municipio son públicos-; todo lo que se hizo durante años en forma articulada con Nación, Provincia y organizaciones sociales como Los Sin Techo, todo fue borrado por la inacción y el dejar hacer de esta gestión, que permitió que decenas de familias vivan en condiciones inhumanas, y que tendrán que ser evacuadas ante la primera lluvia intensa o la primer crecida de los ríos.
Lo que ocurrió en el Concejo en ocasión del discurso del Intendente fue lo peor que alguien que está gestionando el destino de la ciudad puede hacer: disfrazar la realidad, montar una operación de marketing, no ser transparente y claro a la hora de la información, faltar a la verdad y jugar con las ilusiones de miles de santafesinas y santafesinos que necesitan una respuesta habitacional urgente.