Lic. Raúl Ochoa y Gómez (*)
Lic. Raúl Ochoa y Gómez (*)
La legislatura santafesina recibió, y se encuentra analizando actualmente, el proyecto de presupuesto presentado por la administración de Omar Perotti para el año 2023.
Básicamente el presupuesto de un gobierno consiste en una estimación de los recursos (recaudación) y gastos (asignación) que se estiman para el próximo ejercicio económico, por lo cual, marca las prioridades que tiene el Ejecutivo dentro de sus posibilidades de política fiscal.
Las previsiones realizadas por el actual equipo económico, proyectan un notable crecimiento de los recursos con los cuales dispondrá la Provincia el próximo año. Entre las principales causas de este incremento en las arcas del Estado, se destacan: el cobro de parte de la deuda que la Nación tiene con la provincia de Santa Fe ($ 25.000 millones), el incremento de impuestos en valores que llegan al 50% y un aumento estimado en el nivel de deuda pública. Estos tres componentes, sumado a las fuentes habituales de recursos, llevaron la estimación de los ingresos totales de la provincia a $ 1,87 billones ($ 1.876.998.600.000,00).
En este marco, es interesante analizar cuáles son las prioridades que asignó la actual gestión a la utilización de los recursos que son aportados por todos los santafesinos.
Para comenzar el análisis, podríamos detenernos en las transferencias, bajo la forma de subsidios, entre las cuales se destacan los $ 40.000 millones asignados a la tan conocida "Billetera Santa Fe", lo cual representa un monto que duplica lo asignado a comedores escolares, y que si bien representa un reintegro que usufructúa la mayoría de los ciudadanos santafesinos, no llega a impactar como política social y redistributiva en los sectores sociales más vulnerables. Tampoco existen asignaciones significativas tendientes a estimular la producción o facilitar la contratación de trabajadores en el sector privado, el cual según la Bolsa de Comercio de Santa Fe, lleva dos meses consecutivos de estancamiento.
Políticamente, el proyecto de presupuesto de un gobierno establece las prioridades de esa gestión, no solo en materia del gasto, sino también -y principalmente- define la visión de desarrollo y el camino que planea tomar. En ese sentido, el actual gobierno provincial, parece haber puesto el foco en dos áreas donde la sociedad viene demandando una mejora importante: Educación y Seguridad. Dichos ministerios son los que reciben mayor cantidad de recursos con $341.000 millones y $168.000 millones respectivamente. Sin embargo, a la hora de realizar un análisis más profundo, se puede observar que las partidas asignadas a Educación representan el 18% del total provincial, encontrándose dicha inversión (pilar fundamental para el desarrollo de cualquier sociedad), por debajo de los niveles de 2018 y 2019. Además, tampoco se ha anunciado un programa importante de construcción de nuevas escuelas ni mejora de la infraestructura existente, lo cual permite inferir que el presupuesto está principalmente asignado al pago de sueldos (es el ministerio con mayor número de empleados) y gastos corrientes de funcionamiento. Es decir, el futuro de la educación de los santafesinos no parece ser una prioridad.
En cuanto al ministerio de seguridad, los constantes y públicos problemas que ha tenido este organismo en su conducción, han hecho que la ejecución presupuestaria sea la más baja de la historia, con solo una utilización del 30% de los recursos disponibles. Los resultados en dicha materia se encuentran a la vista.
Tanto los gastos proyectados como su gestión real -la ejecución de los mismos-, marcan la eficacia y eficiencia de las distintas áreas de gobierno, y en este sentido es primordial la decisión política de destinar e implementar todos los recursos que sean necesarios para afrontar uno de los mayores problemas que acechan a los santafesinos y que lejos de solucionarse, se ha profundizado de manera alarmante en los últimos años.
En definitiva, esta idea de gestión muestra el alineamiento, que se da no solo en el plano político, sino también económico del gobierno provincial con el nacional, ya que ambos comparten la carencia de un plan económico y una idea clara de provincia y país.
En este contexto podemos realizarnos la siguiente pregunta: ¿Qué se puede esperar en materia económica y política para 2023?
Teniendo en cuenta los antecedentes políticos de los gobiernos de corte populista en momentos electorales, el próximo año solo cabe esperar un incremento en el gasto público, materializado por ejemplo en un aumento de salarios públicos, que si bien no llegará a compensar la pérdida del poder adquisitivo desde que se eliminaron las paritarias reales en la provincia (hoy los salarios están 4% por debajo de la inflación), buscará cambiar el mal humor social. Esto se sumará a la entrega indiscriminada de subsidios (principalmente en forma directa o través de los municipios de su mismo color político, como ya se vio en las elecciones legislativas de 2021), y al anuncio de múltiples obras públicas y beneficios de corto plazo de dudosa materialización.
Podemos concluir – y casi asegurar – que tanto el gobernador Omar Perotti como del presidente Alberto Fernández, buscarán una fórmula ya conocida: "sacrificar el futuro de todos por un presente efímero para algunos" y de esta manera retener ambos gobiernos en favor del peronismo por cuatro años más.
Para comenzar el análisis, podríamos detenernos en las transferencias, bajo la forma de subsidios, entre las cuales se destacan los $ 40.000 millones asignados a la tan conocida "Billetera Santa Fe", lo cual representa un monto que duplica lo asignado a comedores escolares, y que si bien representa un reintegro que usufructúa la mayoría de los ciudadanos santafesinos, no llega a impactar como política social y redistributiva en los sectores sociales más vulnerables.
Teniendo en cuenta los antecedentes políticos de los gobiernos de corte populista en momentos electorales, el próximo año solo cabe esperar un incremento en el gasto público, materializado por ejemplo en un aumento de salarios públicos, que si bien no llegará a compensar la pérdida del poder adquisitivo desde que se eliminaron las paritarias reales en la provincia (hoy los salarios están 4% por debajo de la inflación), buscará cambiar el mal humor social (…).
(*) Economista.