Se encuentra instalada la idea de que la revolución que estalló contra el gobernador Nicasio Oroño en diciembre de 1867, fue consecuencia de su política laicista y, más específicamente, a raíz de su intento de instaurar el matrimonio civil. Sin embargo, si bien estos asuntos despertaron intenso revuelo en una sociedad profundamente religiosa, sobre la que la Iglesia Católica ejercía un gran predicamento, las verdaderas causas que debilitaron la base política del gobernador fueron mucho más complejas.
Nicasio Oroño y el "cullismo"
Hijo del general Santiago Oroño, de amplia actuación en las guerras civiles, Nicasio nació en Coronda el 20 de julio de 1825. Siguió a su padre durante los años conflictivos del rosismo, administró negocios de Urquiza en el saladero Santa Cándida y se sumó al "ejército grande" que lo llevó hasta la decisiva acción de Caseros. Pero su verdadera inserción en los espacios de poder santafesinos se produjo cuando se integró a la familia de los Cullen, en cuyo seno fueron valoradas sus capacidades intelectuales y sus ideas liberales.
Sesionaba en Santa Fe el Congreso Constituyente y Nicasio se instaló en la ciudad atraído por la trascendencia del evento. Fue allí que comenzó a frecuentar los salones de los Cullen, donde encuentra una cálida acogida. De estas visitas surgiría el noviazgo entre el joven corondino y Joaquina Cullen, con quien contrae matrimonio el 18 de febrero de 1854.
Oroño se convertiría en poco tiempo en uno de los pilares del "cullismo", como jefe político de Rosario durante el gobierno de José María Cullen, como ministro eficiente de Patricio Cullen y como su sucesor, después de haber presidido la Legislatura y de haber ocupado una banca como diputado nacional. En el plano económico, Nicasio, que carecía de fortuna fuera de la estancia de su padre (que había sido una donación del Estado), encontró un espacio para su propio crecimiento como gerente de la firma Cullen-Aldao.
Los Cullen, especialmente José María, Patricio y Tomás, constituyeron un poder político relevante luego de Caseros y después de Pavón, aliados con los Aldao -Camilo, Tiburcio y Ricardo- que eran medio hermanos por parte de madre. Aunque enfrentados primero con Juan Pablo López (hermano de Estanislao) y luego con Simón de Iriondo, líder relevante de la década de 1870, todos respondían a la conducción del general Justo José de Urquiza, quien apoyaba a unos o a otros según lo aconsejaran las circunstancias.
El presidente de la Confederación respaldó a José María Cullen en 1854 para que fuera gobernador. Era la figura indicada desde que había impulsado los "pactos de convivencia" con Buenos Aires y contaba allí con vínculos convenientes. Pero cuando se tensaron las relaciones Urquiza apoyó el golpe que llevó al gobierno a Juan Pablo López, aun cuando Oroño se trasladara al palacio San José para intentar evitarlo. Eclipsados los Cullen durante los gobiernos de López, Fraga y Rosas (1856-1861), regresarán después de Pavón. Primero con un Tomás Cullen muy joven, actuando como virtual gobernador provisorio, y luego con un Patricio Cullen gobernador propietario con Nicasio Oroño como ministro (1862-1865).
El clima que precedió la revolución contra Oroño
Tras unas elecciones reñidas y turbulentas, el Club Libertad, con Oroño como candidato, se impuso al Club del Pueblo que impulsaba al ex gobernador Pascual Rosas. De esta forma continuaba el "cullismo" en el poder con el visto bueno de Urquiza, que, como queda dicho, era el árbitro de todas las decisiones de la política santafesina. Pero las cosas se complicarían para la "familia gobierno" en las últimas etapas de la administración de Oroño (1865- 1867).
Algunas contradicciones internas van a salir a la superficie en esta instancia, cuando tres factores se suman para producir la división. En primer lugar, la política laicista de Oroño, especialmente puesta de manifiesto en la ley de matrimonio civil, aspecto que va a provocar la disidencia de José María Cullen, al menos en el campo de las opiniones, mientras que Tomás y Patricio no parecen perturbarse por esto.
Luego aparece la cuestión de la sucesión gubernativa, asunto que exige definiciones a cada uno de los Cullen, jaqueados por la presión de su cuñado el gobernador y los vínculos y compromisos que los unen a Mariano Cabal, el candidato de Urquiza. Aquí vemos que cada hermano asume una postura diferente: José María se coloca en posición prescindente, sin dejar de ser protagonista; Tomás respalda, tras ciertas vacilaciones, la candidatura de Marcelino Freyre (sostenida por Oroño) y Patricio se mantiene en el campo de Mariano Cabal que había sido el candidato inicial de los Cullen.
En tercer lugar, se plantea como asunto conflictivo, el intento de Oroño de apartarse del alineamiento urquicista, e integrar así una alianza con Adolfo Alsina de Buenos Aires y Mateo J. Luque de Córdoba, para competir por la presidencia de la república con la fórmula Alsina-Oroño, cuando el propio Urquiza era candidato.
Estalla la revolución (diciembre de 1867)
Los tres factores que enumeramos produjeron la división de la familia Cullen y la pérdida del principal sustento político del gobernador. Pero la cuestión religiosa planteada por el laicismo de Oroño, resulta menor en relación con los otros dos, vinculados a la sucesión gubernativa, tanto en la Nación como en la Provincia.
El primero que se levanta en armas contra Oroño, va a ser Patricio Cullen, por entonces comandante de la frontera norte, que en combinación con Simón de Iriondo conspiran contra el gobierno. El 22 de diciembre el Comandante Denis intenta la toma de Santa Fe, pero es rechazado. Mientras la posición de Patricio Cullen en respaldo de la candidatura de Cabal es clara, su hermano Tomás se suma a la del primo de todos, Marcelino Freyre, que es la que presenta el mismo Oroño. Mientras tanto José María Cullen intenta actuar como mediador y hasta es nombrado gobernador delegado por unos días.
Aunque Oroño intentó resistir trasladándose a Rosario, su gobierno estaba muerto y las elecciones provinciales consagraron a Mariano Cabal para el mandato 1868-1871, mientras los electores santafesinos eligieron a Urquiza como candidato a presidente, quien perdió frente a Sarmiento en el cómputo general del país.
Conclusión
La cuestión religiosa poco tuvo que ver con la revolución que derrocó a Oroño en diciembre de 1867. Las divisiones que generó la política laicista del gobernador -ley de matrimonio civil, secularización de los cementerios, intento de transformar el Convento de San Lorenzo en escuela agrícola-, no se materializaron en posiciones políticas. Entre los que votaron a favor del matrimonio civil figura el mismo Mariano Cabal que sería uno de los revolucionarios, junto a Simón de Iriondo y Patricio Cullen, y contrincante en las elecciones gubernativas frente al candidato de Oroño, Marcelino Freyre.
La división interna del cullismo debilitó al gobernador, ya que solo contó con el apoyo de Tomás y la frontal oposición de Patricio. Esta división también significó que los Cullen quedaran fuera del poder tras dejar de rodear a Mariano Cabal, candidato de Urquiza a quien habían sostenido inicialmente, lo que fue aprovechado por Iriondo, quien se convertiría en figura central en el nuevo gobierno que derogó la Ley de Matrimonio Civil tranquilizando los ánimos de los santafesinos.
A Oroño le quedaba todavía una intensa vida pública por delante y pasó a ser senador nacional tras la revolución, electo por la Legislatura que le había acompañado durante su mandato. Fallecería el 12 de octubre de 1904, fecha de la que se cumplió el 120º aniversario recientemente.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos.