En los 450 años transcurridos desde la fundación de la ciudad se dio un progresivo proceso de ocupación del territorio aledaño a ella, éste presento etapas disímiles en el modo de asentamiento, el tiempo en que ocurrió y el volumen de los pobladores, pero todas tuvieron en común la acción realizada por la ciudad mediante su autoridad -cabildo o gobierno provincial-, en el espacio de su jurisdicción en los primeros siglos o en calidad de capital provincial desde 1815.
Es importante tener presente la impronta colonizadora de la conquista española, que no se circunscribía, como sucedió con otros imperios, a establecer puertos/factoría en los bordes del territorio, sino que, siguiendo los lineamientos romanos, penetraba el espacio y lo ocupaba con población propia y con sus leyes, lengua y religión.
Santafesinos en la fundación de Buenos Aires (1580)
La primera de estas acciones trascendentes, ocurrida a sólo siete años de la fundación, en 1580, fue la de ceder pobladores, de entre los pocos que tenía, para acompañar a Juan de Garay en la continuación de su plan colonizador de "abrir puertas a la tierra". Si bien la ciudad de Buenos Aires estaba fuera de su jurisdicción, era importante en el proyecto regional.
Luego de ser fundada, Santa Fe asumió su misión de "antemural" del norte para proteger a Buenos Aires de las recurrentes invasiones de los aborígenes del noroeste. Del momento que se vivía en Santa Fe en 1580 las actas del Cabildo sólo informan de la elección de autoridades, pero es posible imaginar cuánto había que hacer aun para asegurar la supervivencia de la ciudad.
Modos de expansión (del siglo XVI hasta la primera mitad del XIX)
Las estancias fueron repartidas luego de fundar y se extendían de este a oeste, algunas de ellas generaron un núcleo de pobladores, en especial aquellas en las que se establecieron capillas, estos núcleos se ubicaban preferentemente recostados sobre el río, para utilizarlo en el aprovisionamiento de agua y como vía de comunicación, al igual que lo que venía sucediendo con los movimientos pobladores de la humanidad.
Así surgieron las villas de San José del Rincón, Coronda, Rosario y La Bajada, esta última en la otra banda, sobre la costa del "entre ríos", que también pertenecía a la jurisdicción de Santa Fe, y que era muy importante para el cruce de animales de la vaquería en las estancias de esa región. Al mismo tiempo estas villas se ubicaban el camino real que también comunicaba a los pueblos para el comercio.
Mirá tambiénLos límites de la conquista española sobre el territorio de Santa FeLas Reducciones de indios fueron otra forma de generar poblados, las primeras que se establecieron desaparecieron por diferentes cuestiones tales como la cesión de aborígenes a las encomiendas en las cuales eran mano de obra al servicio de los españoles y criollos, otra variante fue la huida de los aborígenes reducidos por no aceptar el sedentarismo. La que sobrevivió en el tiempo fue la Reducción jesuita San Javier de mocovíes, que fue conducida exitosamente por el Padre Florián Paucke hasta que debió abandonarla por la expulsión de la Compañía.
Los fuertes, establecidos sobre la frontera con las tierras que no dominaban los criollos y eran aun hábitat aborigen fueron la tercera forma de asiento de pobladores. Sobre los límites Noroeste, Norte y Sur fueron levantados principalmente en el siglo XVIII, si bien su asentamiento no fue permanente ya que las fronteras se movían según los tiempos allí adonde se situaron pervivió el topónimo y algunos pobladores convirtiéndose en el origen de pueblos modernos.
A modo de ejemplo se recuerdan en el Sur los Fortines Melincué, India Muerta, Guardia de la Esquina; entre otros. En el Norte algunos fueron los Fortines San Javier, Belgrano, el Arroyo del Rey (Reconquista), Sunchales, Tostado. En todos los casos los grupos de criollos que se movían salían de la ciudad que vivía así un desgrane permanente de sus habitantes, llegando al riesgo de desaparecer al comienzo del siglo XVIII por la agresión virulenta de los indios y la decadencia comercial por la competencia desleal de ciudades o villas que les eran deudoras.
Las vicisitudes de población en la ciudad y su espacio han merecido un estudio pormenorizado de Manuel Cervera en su Historia de la ciudad y provincia de Santa Fe del cual surge que el mérito de Santa Fe estuvo en poblar el territorio y resistir.
La gran transformación de la Constitución
En la etapa que se inicia luego de dictada la Constitución en 1853 se produjo un cambio drástico cuando, impulsado por el estado provincial, se inauguró el proceso colonizador con el contrato firmado por el gobernador Domingo Crespo con Aarón Castellanos, para traer colonos a tierras que le concesionó el estado en el oeste de la ciudad capital. Así surge Esperanza, que inicia su vida en 1855 con 191 familias suizas, alemanas y francesas.
Esa fue la experiencia inaugural, que disparó el surgimiento de una serie de colonias establecidas por medio de la colaboración público privada: San Carlos y San Jerónimo entre otras. Se inició así, desde la capital santafesina, en un tiempo muy especial de Europa -ya que expulsaba pobladores por la crisis alimentaria y laboral-, los inmigrantes arribaban a su puerto, un arribo también complementado por acciones gubernamentales de la dirigencia política de la ciudad.
Mirá tambiénDomingo Guzmán Silva, el Sarmiento SantafesinoSe desarrolló entonces una verdadera revolución pobladora, con diferentes perfiles: por un lado, asentamientos espontáneos; por otro, colonias privadas a partir de la venta de concesiones o el arrendamiento, las que fueron ocupando la totalidad centro sur del territorio. El ferrocarril, paralelamente, fue otro motor importante de este proceso. Todo el cambio se gestó apoyado por legislación provincial innovadora, que se adelantó a la nacional y con cuyas previsiones marcó lineamientos progresistas: cada colonia tuvo su escuela, su iglesia y su sistema de gobierno local.
Fue un fenómeno de ocupación que estuvo asociado a la gran transformación productiva, exportadora y de la infraestructura, entre otras. Tal fue así, de los seis pueblos censados en 1869, para el censo de 1895 ya se había llegado a ciento doce. En ese año la provincia contaba con 397.188 habitantes, de los cuales 200.919 eran rurales. El 450 aniversario de la fundación en 1573 por Juan de Garay, es también el aniversario del origen de toda la provincia y de cada una de sus ciudades y pueblos.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos y el Centro de Estudios Hispanoamericanos.
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