¿Del Senado al ministerio sin renunciar a la banca?
Por ahora entre bambalinas se estudian eventuales cambios de fondo para quienes dejen sus bancas. ¿Los legisladores podrán tomar licencia para ir a la Casa Gris? Se habla incluso de crear el "senador interino".
Hasta aquí en Santa Fe, los legisladores que asumieron un cargo en el Poder Ejecutivo debieron, antes de jurar en la Casa Gris, renunciar a su banca. Archivo: El Litoral
La conformación de los bloques de la próxima Cámara de Senadores de la Provincia de Santa Fe, donde el futuro oficialismo tendrá una mayoría especial de dos tercios, y con ello un fuerte poder, ha habilitado al diseño de eventuales cambios extraordinarios respecto de las normas que rigen para aquellos legisladores electos que acepten ser designados en cargos del futuro Poder Ejecutivo Provincial.
El tema es por ahora solo motivo de consultas con expertos en leyes y en la Constitución de la Provincia de Santa Fe. También de sondeos políticos internos, que no se limitan a la Cámara alta, sino también a otros altos dirigentes del radicalismo, con respuestas más bien opuestas a los deseadas. "¿Y la ética?", fue una de ellas.
Unidos para Cambiar Santa Fe tendrá en diciembre 13 de 19 bancas. Y 12 de ellas pertenecen al radicalismo, la restante será para un socialista, Francisco Garibaldi de La Capital. El peronismo volverá a ocupar el rol de la minoría, algo que sucedió solo en los primeros cuatro años desde la recuperación democrática de 1983. Habrá apenas seis peronistas: se quedan sólo 5 senadores reelectos por Juntos Avancemos, la alianza que presentó el PJ. El restante justicialista es Joaquín Gramajo (9 de Julio) que ya anunció que tendrá su propio bloque (fue electo por Unite). Como se ve, los hombres del partido de Alem, en sus distintas vertientes, tendrán números que son cómodos, pero que conllevan tentaciones que pueden resultar caras. Habían pasado apenas unas horas desde que triunfara el llamado frente de frentes cuando para graficar su magnitud un senador festejó: "Nos sobra un voto para reformar la Constitución". Pero ese mismo legislador, con el paso de los días y los discursos anti casta que tantos votos cosechan, también reflexionó: "una Reforma es posible en cuanto a los números, pero siempre hay que observar si lo es en términos políticos y sobre todo de cara a la sociedad". La misma posición parece que se impondrá para lo que se narra más adelante.
Los senadores radicales Felipe Michlig y Lisandro Enrico fueron reelectos con un amplio margen y son mencionados como futuros integrantes del gabinete de Maximiliano Pullaro.
Entre los reelectos con más votos se encuentran dos futuros ministros: Felipe Michlig (San Cristóbal) y Lisandro Enrico (General López). El gobernador electo Maximiliano Pullaro les ha ofrecido el ministerio de Gobierno y el de Obras Públicas, respectivamente. El primero es, además de uno de los hacedores del frente ganador, el presidente del Comité Provincial de la UCR; el segundo pertenece al sur-sur del radicalismo y tiene con el licenciado en ciencias políticas nacido en Hughes (en el departamento General López), una relación de extrema confianza. Cuando Michlig fue designado por sus correligionarios titular del partido de la boina blanca, su sucesor al frente del bloque fue Enrico, ya con miras de ganar las elecciones.
El abogado del sur es quien más hace para que, mediante un cambio en una norma interna (el reglamento de la Cámara) los senadores puedan ser ministros sin renunciar a su banca. Incluso para que en su lugar asuma el suplente electo pero apenas en calidad de "interino", es decir, mientras dure una novedosa "licencia" del senador.
Las palabras "licencia" e "interino" en Santa Fe son propias del Escalafón Docente o de situaciones laborales, no de lo que está escrito en la Constitución Provincial respecto de los legisladores. Hay un senador suplente votado por los ciudadanos que asume en caso de renuncia o del fallecimiento del senador. Nada más.
Está claro que de haber consenso, el oficialismo tiene el número necesario para hacerlo, pero también que no todo está permitido a la mayoría aún la de dos tercios, en términos políticos e incluso "éticos", como ya advirtió un senador y por lo menos un diputado (también abogado, oficialista e influyente para con Pullaro) un par de semanas atrás.
Michlig exige prudencia puertas adentro de la UCR y vela especialmente por los efectos que una decisión de esa naturaleza, o mejor dicho, que una imposición de ese tipo de la mayoría del Senado podría tener para el futuro gobierno. Ciertamente sería un festín para el debilitado justicialismo opositor que el oficialismo avanzara con las modificaciones impuestas sólo con sus votos. Sobre todo porque el justicialismo también tuvo el número para algo así a lo largo de los últimos años, pero nunca cayó en la tentación.
Enrico piensa en que ambos mantengan su condición de senadores luego de jurar como ministros "bajo una licencia". Y, si se puede, que los suplentes de forma "interina" puedan incluso votar en la Cámara para no perder la mayoría especial. Ahora parece que se conformaría solo con lo primero. "Es complicado, nunca se hizo. Sólo hasta aquí los senadores comunican su ausencia con aviso, aún por largos períodos. Aunque a nivel nacional hay casos en el Congreso", comentó otro senador.
Más allá de los devaneos internos, a los que Michlig ha preferido no exponerse, ni exponer a Pullaro, tras la elección se hacen preguntas "al archivo". Pero no hay antecedentes santafesinos plausibles al proyecto. O más bien los hay en sentido contrario. Todo lo que se ha estudiado recomiendan que nadie quede "con un pie en cada Poder", porque exactamente con esa expresión comenzaron las primeras críticas a la figura de Marcelo Sain, cuando El Litoral reveló que el recién nombrado ministro de Seguridad, gracias a una curiosa licencia sin goce de sueldo (otorgada por el MPA y con el visto bueno de la Corte) mantenía su cargo de director del Organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación. Los resultados del doble rol tan poco republicano están a la vista. ¿No vale la misma incompatibilidad para el deber de control de los actos de gobierno por parte de los legisladores?
Es de 2015 el otro recuerdo fuerte que asalta a quienes buscan casos en los que de la banca se pasó a un despacho en la Casa Gris. Su protagonista es el gobernador electo Maximiliano Pullaro. Para asumir en el Ministerio de Seguridad, Miguel Lifschitz le exigió que deje de ser diputado. Y eso hizo: renunció. Lo mismo, durante la actual gestión de Omar Perotti, sucedió con el fiscal de Estado Rubén Weder que declinó su cargo de relator de la Corte para estar libre al asesorar al Ejecutivo con sus dictámenes.
El tema es por ahora solo motivo de consultas con expertos en leyes y en la Constitución de la Provincia de Santa Fe. También de sondeos políticos internos, que no se limitan a la Cámara alta, sino también a otros altos dirigentes del radicalismo, con respuestas más bien opuestas a los deseadas. "¿Y la ética?", fue una de ellas.
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