Si bien en los últimos meses se intensificaron algunos trabajos de bacheo en la ciudad, transitar por las calles capitalinas continúan siendo una “odisea”.
Es uno de los pulmones verdes más grandes e importantes que tiene la ciudad. En él funciona el circuito para rendir el carnet de conducir. Paradójicamente, sus arterias internas, tienen un notable deterioro.
Si bien en los últimos meses se intensificaron algunos trabajos de bacheo en la ciudad, transitar por las calles capitalinas continúan siendo una “odisea”.
Pero hay una zona (de tantas) que llama poderosamente la atención: el Parque Garay. Las arterias internas y las que rodean al amplio pulmón verde ubicado en Barrio Roma tienen una gran cantidad de baches y de todos los tamaños.
Paradójicamente, allí funciona desde hace muchos años, el circuito al cual deben dirigirse los ciudadanos para sacar su licencia de conducir. Sobre esa desmejorada carpeta asfáltica deben rendir primerizos y quienes deban renovar su carnet.
Hay una zona que ya es “emblemática”: Crespo y San Juan. En dicha intersección, desde hace más de 10 años, hay un hundimiento “cíclico”. Allí hay una boca de inspección, y a su alrededor hoy se pueden observar escombros, tierra y pasto que ya crece por si solo. Todo eso hace que se note un poco menos.
Pero lo cierto es que no se encuentra solución al inconveniente, en una zona muy transitada, incluso por la Línea 9 de colectivos.
En el otro extremo, la continuidad de calle Obispo Gelabert desde Presidente Perón hacia el oeste, sobre todo la calzada ubicada luego del IMUSA (Instituto de Municipal de Salud Animal) tiene la mitad con asfalto roto, y la otra mitad con una especie de mejorado que se generó con el uso.