Agradecimiento
Agradecimiento
MARÍA OFELIA SÁNCHEZ
"Por intermedio de este diario, quiero expresar mi agradecimiento a quienes en momentos tan difíciles, como el fallecimiento de una hermana, supieron acompañarme con su atención: cementerio municipal, Sentir Carruajes, Poder Judicial, Registro Civil. A todos, muchas gracias".
Trabajadores
UNA LECTORA
"Como docente quiero corregir al señor que, en la protesta de Amsafe, dijo: trabajadores y trabajadoras. ¿Es usted docente? ¿Pero no sabe que la palabra trabajadores involucra a todos?".
Libertad, igualdad, seguridad y dignidad
OMAR RAMÓN
"El trabajo digno, desde la perspectiva de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), se debe realizar en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana. Y esto comprende tanto el trabajo privado como el público, en el Estado provincial, en Municipios y Comunas. El problema aquí es hacerles entender a los entes estatales, es decir a quienes los presiden, que no están exentos de tales premisas emanadas de la OIT, que marcan el nuevo paradigma en el trabajo. Por lógica razón, no se puede tener al personal contratado por años. No es digno y contradice las directivas emitidas por tal organismo internacional. Nadie se pone en la piel de un personal contratado por el Estado, que vive pensando si algún día no le renovarán su contrato y quedará en la calle, cuando lleva años trabajando. Incluso ven ingresar a planta a personas directamente sin contrato, y ellos siguen la tortura de esperar otra oportunidad. Digo, ¿eso no es una gran contradicción? ¿No se convierte en condiciones indignas de trabajo? ¿No es fraude laboral desde el Estado?, el que sería el encargado de velar por la integridad de esos contratados, que tampoco pueden ser representados por los gremios. ¿No les cabe el 'Derecho' a ellos? Y otra importante pregunta: ¿para qué se utilizan las herramientas que nos brinda la OIT, si las aplicamos cuándo y cómo nos conviene, pero cuando no, miramos hacia otro lado? Alguien debería pensar seriamente, con una mano en el corazón, en esto".
Posmodernidad
MARIO PILO
"Con la visión, cada vez más extendida, de varios autores sociólogos, comparto la noción de que este siglo posmoderno -que espero que se revierta como todo ciclo negativo de la humanidad- ha desplazado a la histórica cultura de la producción de cosas, desde una silla a un edificio; e ideas de un número o una teoría operacional, con valor incorporado a una nueva cultura de la circulación informativa, que a su vez genera una nueva división clasista. Los info-ricos, con pleno acceso al poder informativo e informático, y los info-pobres, que a lo sumo, con alguna computadora regalada por el Estado, podrán compensarse con chateos virtuales e inútiles. La producción que a cargo de la máquina cibernética, con sus programas incorporados; la producción homine, en todo caso, queda en manos de científicos, generalmente neutros al valor. Como vociferaba un filósofo: la tecnología es responsable de las muchas desgracias de la humanidad. Jorgensen y Adorno lo confirman. Marcuse marcha en la misma dirección. Tanto el mundo civilizado y cultural, como los ecosistemas sufren con esta masiva incorporación de tecnologías, la mayoría desechables. Desde la filosofía de Bouchet a Lacan se sigue lamentando el regreso humano a la tribu, que tecnológicamente hace estragos en sus interrelaciones civilizatorias, pero ya no culturales".
Nuevo Paseo Galicia
ANA MARÍA COSTA
"Estoy enterada de que tal paseo, del que soy vecina, será remodelado, hermoseado, hasta con una fuente. Le quiero pedir al intendente de la ciudad, señor Jatón, y por su intermedio a la empresa adjudicataria, que ¡por favor! considere la altura de los futuros bancos. Somos muchos los adultos mayores que queremos disfrutar de ese nuevo paseo y los bancos, cuando son muy bajitos, nos perjudican físicamente, como es de imaginarse. Dios quiera que lo puedan cumplir en el plazo estipulado y que la fuente después sea mantenida, al igual que el paseo. Aplausos por el proyecto. Los vecinos estamos muy agradecidos".
Siempre a la misma hora
GRACIELA RIBLES
Todos los días, a las siete de la tarde, veo pasar a un hombre.
Delgado, de andar lento, lleva un morral que cruza sobre el pecho, cabello castaño y ojos oscuros.
A través de la ventana, recorro su cuerpo, miro sus manos que aprietan con fuerza la correa, la piel recién afeitada, los hoyuelos que bailan hasta detener el tiempo.
Inclina la cabeza y con la boca dibuja una línea.
Sentir esta espiga de deseos produce una alegría que se expande por todo mi cuerpo.
Lo observo, pero mi pasión cobarde no me deja avanzar.
Cuando pasa, presiento que va a detenerse, pero no lo hace.
El frío va acortando los días.
Las luces de la calle se encienden. Los cristales empañados indican que hoy no habrá una barrera entre nosotros.
Salgo y espero.
El celular vibra en el bolsillo, es la alarma, las siete.
Lo espero. Pero no pasa. Ni al día siguiente. Jamás volví a verlo.
La ilusión escapa de un soplo y en un silencio deshilachado, la nostalgia se demora en mis ojos.
Hoy es mi cumpleaños, estoy en casa con amigos, la idea es comer pizza y tomar cerveza.
Mientras esperamos el delivery, me cruzo con Candela a la despensa del gordo a comprar la bebida.
Dos hombres delante de nosotras charlan.
―¿Te enteraste de lo que le pasó a Federico?
―No, ¿qué le pasó?
―Acá, a dos cuadras, hace tres meses lo atropelló un camión, murió en el acto. Veníamos en el mismo colectivo. Me contó que ese día a las siete de la tarde, iba a encarar a una chica que conoció en el barrio. Parecía estar enamorado.
Sin que los demás entiendan, las raíces de mis ojos mojan mi rostro, en esta noche pródiga de estrellas.
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