Ivana Fux | [email protected]
El ministro de Justicia discrepó con Pullaro, e instó a “hablar menos y trabajar más”.
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Tres ataques a balazos en veinte días. Magistrados que investigan a las bandas narco de Rosario, en la mira. Primero, contra el inmueble que ocupara el juez Ismael Manfrín; después, contra la casa de familiares directos de Carlos Vienna. Ambos habían indagado y juzgado a Los Monos. Pisó en falso el ministro de Seguridad ante el primer episodio; lo relativizó. Le siguió la conmoción, el estupor, la recusación de Manfrín de las causas vinculadas con la banda rosarina, y la reunión de este martes entre el gobernador y la Corte.
“Se trata de una política del terror que están desplegando los responsables del crimen organizado dedicado al narcotráfico. Y eso pasa cuando están acorralados”, dijo a El Litoral, el ministro de Justicia, Ricardo Silberstein. “Hemos avanzado contra este flagelo; hubo condenas importantes a los integrantes de Los Monos, cambió la interpretación de las pruebas, hay coordinación con el gobierno nacional, y los presos son trasladados a cárceles que están fuera de Rosario. Hemos avanzado -aseguró-, pero quedan muchas cosas pendientes. (Los narcotraficantes) están en la última trinchera que les queda. Frente a esto, la organización acorralada empieza a utilizar lo que es la política del terror”.
- ¿Y reacciona a los balazos?
- La política del terror no son sólo los balazos. Esto está estudiado. Se usa el terror como instrumento político. Busca el miedo; el miedo es asustar a jueces y fiscales. Intimidarlos para que no puedan actuar.
- ¿Paralizarlos?
- Paralizarlos; esto lo ha hecho la mafia en Italia. Pero el terror también genera políticas de división. Busca fisurar las relaciones de poder entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Por eso hay que buscar políticas de mayor coordinación; garantizar desde el Ejecutivo la seguridad de jueces y fiscales para lo cual nos hemos reunido, y no terminar discutiendo públicamente determinadas situaciones. Y otra manera de abordarlo es teniendo presente que la investigación criminal no es en el sistema acusatorio de Santa Fe responsabilidad del Ejecutivo; eso es potestad de los fiscales que dependen del Poder Judicial. El Ejecutivo puede ayudar, pero la investigación criminal es de los fiscales.
- ¿La decisión del juez Manfrín de excusarse se encuentra dentro de esas fisuras que usted dice que el crimen organizado quiere generar con la política del terror?
- Creo que sí. Creo que busca eso.
- ¿Ganó el narcotráfico, entonces? Se excusó el juez...
- No. No ganó el narcotráfico porque hay muchos otros jueces que siguen investigando.
- ¿Es un síntoma de debilidad esa excusación?
- Yo no puedo juzgarlo al Dr. Manfrín ni me corresponde opinar sobre su posición. De alguna manera tiene derecho a resolverlo. Evidentemente, en épocas donde uno ha decidido llevar adelante una lucha contra el crimen organizado, si bien no se puede pretender que una persona sea un héroe, de alguna manera todos asumimos como fiscales, jueces y funcionarios sabiendo que corremos ciertos niveles de riesgo. No es lo mismo ser un juez civil o comercial que un juez penal.
- ¿Manfrín cedió demasiado rápido?
- No digo que haya cedido demasiado rápido. Es una decisión personal. No corresponde que el Ejecutivo juzgue la decisión de un juez. Lo que sí creo es que quienes asumimos cargos en esta época tan especial del mundo donde hasta hay jueces que por el terrorismo internacional saben que están sujetos a atentados, tenemos que correr riesgos. Juzgar y minimizar el problema de Manfrín sobre si es correcto o no, si el atentado que sufrió de manera indirecta justificaba la excusación o si ésta fue demasiado apresurada, creo que no corresponde como Ejecutivo. Sí creo que a quienes asumimos estos cargos, insisto, no se nos puede pedir heroicidad, pero sí saber las responsabilidades que estamos asumiendo. La lucha contra el crimen organizado demanda otro abordaje. Y cuando uno acorrala al crimen organizado, puede presuponer que van a tratar de impedir. Acá hay estructuras muy poderosas que incluyen abogados y contadores, y las investigaciones todavía no hay llegado a juzgar esos estamentos. Hemos tocado solamente las líneas operativas pero no las estructuras de inteligencia del crimen organizado.
- ¿Manfrín no podría pensar, al igual que otros jueces, que deben excusarse porque su seguridad personal no está garantizada? Hubo tres ataques en veinte días, un ministro que intentó relativizar la primera balacera... ¿No hay un gran déficit allí también?
- Primero que apenas hubo estas balaceras, en todos los casos, tanto fiscales como el Ministerio de Seguridad y Justicia se pusieron a disposición.
- Pero no se pudieron prevenir... De hecho, hubo tres hechos sucesivos en muy pocos días...
- El terror busca eso. Otra cosa; en cuanto a que el ministro de Seguridad lo minimizó, según él y los fiscales, había hechos que hacían dudar sobre el primer caso. Pero cuando a mí se me preguntó públicamente sobre ese mismo episodio, lo mío fue inmediato; dije que para mí se trataba de una intimidación por la causa de Los Monos... Entonces no tome solamente la opinión de Pullaro. La opinión mía, que soy un viejo hombre de la política y de la década del setenta y que conoce lo que es la política del terror; que ha leído y estudiado lo que es la diferencia entre violencia y terror, fue que esto estaba vinculado con Los Monos. Yo sé cómo funciona el terror; son prácticas desarrolladas en determinados momentos dentro del ámbito de la política que casi que lo utiliza para el crimen. El terror como instrumento político de intimación está analizado.
- ¿La recurrencia de los hechos es muestra de impunidad?
- La recurrencia demanda que todos los Poderes tengamos que estar más juntos. Y significa que los tenemos acorralados. Significa que tenemos que duplicar todavía los esfuerzos para trabajar todos juntos. Y así como llevó un tiempo coordinar con la justicia federal, ahora lo que tenemos que hacer es trabajar más y hablar menos. Menos palabras y más hechos. Hay que garantizar la seguridad de jueces y fiscales, y ellos tienen que empezar a resolver los casos del crimen organizado. Tenemos que hablar menos y hacer más.
- ¿Está seguro de que están acorralados? Porque hasta ahora fueron disparos intimidatorios ¿La próxima no será un juez?
- Si no, no harían eso. Hacen esto porque hemos logrado juzgarlos con penas altas y mandarlos presos a otros lugares de detención. No tenga dudas. No habrían hecho esto, si ellos estuvieran cómodos. Las políticas del terror demuestran que estamos golpeando donde más les duele.