Al llamado a licitación de las obras para poner en valor al Monumento Nacional de la Bandera, que ahora agoniza, sólo le falta que alguien diga lo que ya está a la vista de todos: "se cae". No hay motivos para ser optimistas.
La Nación no adjudicó las obras de refacción del Monumento Nacional a la Bandera (estaba el compromiso público de hacerlo antes de fin de año) y todo el proceso licitatorio está a un paso de caerse, y sin una sola señal sobre si se hará una redeterminación, será reformulado, o quedará como una promesa incumplida más.
Al llamado a licitación de las obras para poner en valor al Monumento Nacional de la Bandera, que ahora agoniza, sólo le falta que alguien diga lo que ya está a la vista de todos: "se cae". No hay motivos para ser optimistas.
Alguna autoridad nacional (encargada de poner los fondos), provincial o del municipio rosarino, deberá decir en breve que la obra finalmente no se hará y con ello la alicaída ciudad de Rosario recibirá un nuevo y duro revés, esta vez golpeando directamente en su principal marca identitaria.
Las necesarias obras de reparación y puesta en valor se vienen postergando por años. Fueron anunciadas en su momento por la expresidenta Cristina Fernández, pasó todo el gobierno de Mauricio Macri y buena parte de la gestión de Alberto Fernández y, por diferentes cuestiones, el resultado final siempre fue el mismo: postergación, caída, promesa sin cumplir, trabajos sin hacer…
En este caso, se llegó incluso al llamado a licitación y apertura de sobres, pero nunca se adjudicaron los trabajos.
Ahora, a cuatro meses de ese acto licitatorio, y aun cuando técnicamente todavía podrían adjudicarse las obras (hubo dos empresas que presentaron ofertas), todo indica que el gobierno nacional no hará nada, dejando caer todo el proceso. Y que, tratándose además del último año de gobierno y con el rigor de una inflación del ciento por ciento, la hipotética nueva licitación, ya no ocurrirá durante esta gestión. Lamentable, desde cualquier punto de vista.
Después de un tortuoso recorrido durante el gobierno de Macri en que finalmente las obras encaradas quedaron inconclusas, se rearmó una licitación con las tareas esenciales de conservación y puesta en valor para completar lo que nunca se hizo. Así, se llega al año pasado, con un llamado a licitación que apuntaba a arreglar la fuente de la proa del Monumento, limpiar los mármoles, entre otros trabajos de conservación y puesta en valor.
El lunes 26 de septiembre de 2022, se cumplió el plazo previsto para que las empresas presentaran propuestas y se abrieron los sobres. Dos firmas cotizaron: la rosarina DyScon S.A y la bonaerense Cocivial. En los dos casos, las ofertas casi duplicaban el presupuesto original, que era de 527.441.563,13.
El cálculo de Nación era de julio y la inflación disparada explica las ofertas de las dos empresas participantes. En lo económico, DyScon corre con una pequeña ventaja ya que su propuesta, $967.531.342,30, es inferior a los $1.024.202.864,95 que pidió la firma bonaerense para llevar adelante la obra.
Así es que, además de postergar una vez más -y van- las refacciones que ya son una deuda de Nación con Rosario y con su principal monumento, la caída de la licitación perjudica a la empresa santafesina, mejor posicionada, y eventualmente, a la contratación de mano de obra local.
Hacia fin del año pasado, y ante la demora en adjudicar, tanto el gobernador de la provincia, Omar Perotti; como el intendente de Rosario, Pablo Javkin; mantuvieron conversaciones con el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis. Había un compromiso de adjudicar igual las obras, a pesar de que las ofertas eran altas, entendiendo que la inflación dejaba desfasado completamente el medio millón de pesos del presupuesto oficial. Pero no sucedió.
Pasó fin de año y no hubo ni hay novedades. Y todo parece indicar que, como sucedió con otras obras nacionales (una de las más notorias, la malograda transformación en autovía del sureño tramo santafesino de la ruta nacional 33), finalmente caerá también la restauración del Monumento a la Bandera.
Había un compromiso de adjudicar igual las obras, a pesar de que las ofertas eran altas, entendiendo que la inflación dejaba desfasado completamente el medio millón de pesos del presupuesto oficial. Pero no sucedió.
Las tareas pendientes
Entre el listado de obras necesarias contempladas en la licitación destacan la limpieza de los mármoles travertinos del exterior (además del hidrolavado está previsto que se hagan tareas de impermeabilización), con el mayor respeto por los materiales originales; la puesta en valor del Propileo y el arreglo de la fuente de la Proa del Monumento.
Buena parte de los trabajos no son, como se cree, cosméticos o estéticos. Son obras clave de mantenimiento en la base de la torre, en la fuente, en el mástil; en los copones y en la llama votiva, entre otras.
Están previstas mejoras en los laterales, en la iluminación, en el ascensor, en la Sala de las Banderas y todo forma parte de la puesta en valor general del valioso y emblemático edificio.