"El radicalismo tiene que afirmarse en su rol de partido opositor"
El dirigente porteño instó a que su partido debe tener una actitud responsable y gestar opciones alternativas a las propuestas del gobierno. Cuestiona fuertemente la falta de presupuesto que permite la discrecionalidad del Ejecutivo.
Para Rodríguez, sin acuerdo con el kirchnerismo, Ariel Lijo no será integrante de la Corte Suprema de Justicia. Foto: Luis Cetraro
Jesús Rodríguez volvió a Santa Fe, en este caso invitado por la Facultad de Ciencias Económicas de la UNL para participar de un panel sobre los 30 años de reforma constitucional y los organismos de control. El dirigente radical porteño fue convencional nacional en ese momento, antes había sido diputado nacional y ministro de Economía en la última etapa del gobierno de Raúl Alfonsín cuando ya Carlos Menem era presidente electo. Hasta diciembre, presidió la Auditoría General de la Nación. Con El Litoral habló sobre los treinta años de la reforma constitucional pero también sobre el momento actual de la Argentina.
- ¿Cómo se para y cómo debería pararse el radicalismo ante el gobierno de Javier Milei?
-Milei es una sorpresa en la política argentina, un factor disruptivo, novedoso e inesperado. ¿Por qué? y la respuesta es múltiple. Primero hay un clima de época. En el mundo y en la región hay un estado de asedio o acoso a la democracia. La democracia vive tiempos de receso, la recesión democrática. No es casual que haya un Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil; Orban en Hungría, Erdogan en Turquía, Vox en España, Le Pen en Francia y así podemos seguir. La democracia liberal como la conocemos vive momentos turbulentos. Segundo factor, el fracaso del gobierno kirchnerista, el peor gobierno de los 40 años de historia democrática.
Para medirlo podemos decir que fueron capaces de aumentar en casi un millón y medio el número de pobres, aumentó la desigualdad en la distribución del ingreso; fue el gobierno que más endeudó en la historia argentina desde Bernardino Rivadavia para acá, nadie incrementó más la deuda que el gobierno de Fernández - Kirchner y Massa; récord de DNU; gobernó con facultades delegadas como nadie y eso generó una situación de insatisfacción, hastío, desencanto, frustración, bronca con el estado de cosas. Tercera causa es la pandemia. La Argentina tuvo el doble de días sin clases que en Europa y en Estados Unidos; hubo quienes decían que no se podía jugar al tenis porque la pelota transportaba el virus; una ideología que llegó a decir que un bichito microscópico puso patas para arriba el capitalismo; un funcionario del gobierno que llamaba la atención sobre que el problema era que el neoliberalismo gobernaba en el mundo; se llamaba a preocuparnos por el dengue y no por Covid como si hubiera un virus nac and pop y otro imperialista.
La gestión de la pandemia fue pésima; Argentina integra el lote de 15 países del mundo con mayor número de fallecidos por millón de habitantes; la caída de la actividad económica en el año 2020 triplicó la caída promedio en el mundo, según el Fondo Monetario Internacional. El incremento de la pobreza en la Argentina fue tres veces el incremento de la pobreza en América Latina según la Cepal. La gestión de la pandemia fue tremenda y al mismo tiempo generó una situación subjetiva en muchos de rechazo al orden establecido. Pensemos en los chicos que perdieron todo tipo de socialización, familias que vivieron situaciones de complicaciones extremas.
El otro problema fueron los errores de la coalición que se suponía iba a sustituir a ese gobierno. Error que tiene que ver entre otras cosas con actos y dichos del ex presidente Macri que contribuyó a dar la legitimidad a Milei con sus ambiguas declaraciones. Esto nos trajo a tener un gobierno que tiene el 15% de la Cámara de Diputados y el 10% del Senado, un gobierno minoritario.
En ese contexto global regional y local todos los actores políticos están afectados por esa realidad, también el radicalismo. Para responder a la inquietud, el radicalismo es hoy una fuerza política que administra siete provincias -cinco gobierna y dos es vicegobernador- pero tiene un problema que es la ausencia de un liderazgo nacional y está afectado su funcionamiento institucional por el cuestionamiento global a los partidos, la crisis de representación. Yo creo que el radicalismo tiene que afirmarse en su condición de partido opositor, su vocación reformista y su actitud responsable siendo opositor al gobierno pero no al país y gestando opciones alternativas a las propuestas de gobierno y reclamando.
Es inadmisible que este gobierno haya decidido, como opción política, no tener presupuesto. Eso significa desconocer el Congreso y permitir gobernar vía decreto con la máxima discrecionalidad. El radicalismo debe insistir en exigir al Gobierno que mande un presupuesto para que ordene su gestión. Señalar lo retrógrado de las declaraciones de este señor Secretario de Culto que pretende volver al siglo XIX.
El dirigente radical visitó la redacción de El Litoral. Foto: Luis Cetraro
Llamar la atención sobre el grave error que significa abrir un conflicto diplomático no sólo con España, sino con Colombia, Brasil, etc. Se trata de una práctica política, no de un episodio aislado. Los radicales tenemos que decir que creemos en que tiene que haber una reformulación de las relaciones entre la sociedad y el Estado y el mercado y eso incluye privatizaciones, pero no se pueden repetir los errores de los 90 donde la opacidad fue regla y donde produjo errores glamorosos, por ejemplo, Aerolíneas. Se debe hacer en el Congreso empresa por empresa, caso por caso. En materia económica y social, si tuviéramos que decirlo es más mercado y mejor estado. Posición que está completamente en contra de que el Estado es una asociación criminal puesto en la boca del Presidente de la Nación que es inentendible.
- Hoy ya no existe más Juntos por el Cambio en momentos en que los partidos están en crisis y generalmente gobiernan coaliciones.
-. Esta es una era de coaliciones políticas en la Argentina, en la región y en el mundo. Negarlo es de necios. El radicalismo deberá encontrar puntos de coincidencia con otros actores políticos que se propongan tener una posición de oposición reformista y además responsable.
- Mencionó la falta de liderazgo nacional a la UCR. Es sintomático que un líder sin partido irrumpe en el poder y un partido con estructura y trayectoria que llegaba en una coalición se quedara lejos. Es indispensable que alguien salga a disputarle la escena a Milei.
- No se trata de replicar mecanismos como los que hoy tenemos sobre la mesa porque son mecanismos que no producen resultados positivos. Nosotros creemos decididamente en la asociación positiva que hay entre la calidad y la fortaleza institucional y los resultados económicos y sociales. Esto sucede en los países que son exitosos en América Latina. No creemos en salvadores providenciales, no creemos en profetas, creemos en la eficacia de buen funcionamiento institucional.
- Pero hay una diferencia entre lo que pregonan ustedes y lo que la gente vota que es mesías
-En la historia reciente también hubo mayorías que estaban de acuerdo con el corte del puente en Gualeguaychú y nosotros decíamos que era un error grave. En la Nación Argentina hubo momentos en los cuales se sostenía en encuestas que la mayoría apoyaba la ley de convertibilidad que se probó que estaba agotada; hubo otros momentos donde hubo mayoría que estaban de acuerdo en la invasión a Malvinas y se demostró que era una aventura que iba a tener consecuencias. En política, vox populi no es vox dei.
- ¿Funcionan los organismos de control en la Argentina?
-El ecosistema de control en la Argentina está severamente afectado. Para empezar, no hay presupuesto. Si no hay presupuesto, el Poder Ejecutivo tiene discrecionalidad casi absoluta para asignar las partidas, eso está mal. Segundo, hay un enorme número de facultades delegadas por el Congreso en el Poder Ejecutivo y eso es una regla que distingue a todos los gobiernos peronistas desde el principio de su gobierno: Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Kirchner y Alberto Fernández tuvieron facultades y emergencias. Tercero, en la Argentina se adulteraron las estadísticas para ocultar la realidad. Además no se olvide que se propuso el juicio político a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia. El mecanismo de equilibrio institucional, de independencia de los poderes, de control recíproco, y rendición de cuentas está afectado.
- Hoy no hay presupuesto, pero hubo en años anteriores y lo que se conoce ahora son de esos ejercicios donde hubo ley de Presupuesto. No se pudo advertir antes sobre desvío o no llegada de fondos donde debía llegar.
-Hubo muchos avisos. Durante la gestión de la pandemia, hubo informes de la Auditoría General de la Nación que mostraron que había irregularidades en las compras lo que significó el desplazamiento de funcionario público en el Ministerio de Desarrollo Social; hubo compras directas en el Ministerio de Salud que estaban hechas sin licitación a favor de empresas en las cuales había directores que eran dueños de esas empresas y eran funcionarios del Ministerio. Se detectaron compras de insumos de Salud que no tenían la aprobación de Anmat. Hubo advertencias.
La deuda
- Usted afirma que el gobierno de Alberto Fernández fue el gobierno que mayor deuda tomó cuando se le adjudica ese lugar al gobierno de Macri.
-Desde Bernardino Rivadavia para acá, el gobierno que tomó mayor deuda fue el de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa. Mi afirmación es por datos oficiales. La deuda surge de un déficit en las cuentas públicas donde los ingresos no son suficientes para atender los gastos. El déficit, por definición, debe ser compensado. Cómo se atienden los déficit: emisión, deuda pública interna o externa. Los años de mayor déficit y en consecuencia de mayor deuda de la historia argentina fueron los años del presidente Fernández.
El rol de la prensa
- Cómo ve al periodismo alguien que hace hoy política. Estamos acusados de ensobrados, cuestionados por no cumplir los roles porque somos parte del sistema republicano de contrapesos y de controles que está en cuestión y estamos en un momento de enorme debilidad porque las empresas periodísticas están en un punto de inflexión por el cambio tecnológico y además porque también están ahogadas entre la recesión y la ausencia de pauta, que también es materia de opinión en un momento delicado,
-Es muy interesante eso sobre el papel del periodismo de la rendición de cuentas. En la rendición de cuentas hay una dimensión horizontal que es entre los distintos poderes: Congreso, Ejecutivo y Poder Judicial . Pero hay otra que es de naturaleza vertical donde la institución y el funcionario tiene que rendir cuenta a los ciudadanos y eso requiere de dos actores: las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación social independientes. Es decisivo ese papel de los medios. Cuando existe una vocación hegemónica desde el poder se relativizan los controles. Todos, los del horizontal y los del vertical y por eso se descalifica la acción del periodismo, porque el periodismo es fiscal. Es independiente de los actos de todos los poderes. Una vez leí una definición de periodismo que me encantó “es noticia aquello que se publica y que alguien no quiere que sea publicado”. Es una gran definición y ese es el papel del periodismo.
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