Tres de las cinco centrales gremiales en que se dividen los trabajadores argentinos afirmaron hoy que la huelga convocada para este jueves en rechazo a la política económica de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner "será un éxito".
"Si bien creemos que será un éxito (la huelga), descreemos que el gobierno tome nota de eso. Por lo tanto, nosotros después evaluaremos y seguiremos con el plan de lucha que ya tenemos planteado", dijo Luis Barrionuevo, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) Azul y Blanca, una de las que convoca a la medida de fuerza.
El sindicalista aseguró que la huelga, que durará 24 horas, paralizará todos los servicios de transporte público de pasajeros, además de la recolección de residuos, la distribución de dinero a los bancos y la venta de combustibles.
Si el gobierno no toma en cuenta los reclamos, dijo Barrionuevo, los gremios evaluarán la posibilidad de convocar en poco tiempo a una nueva huelga que podría extenderse a 36 horas.
Los sindicatos opositores al kirchnerismo exigen un incremento salarial que equipare el nivel de la inflación -que fue superior al 7 por ciento en el primer bimestre- y permita amortiguar el impacto de la devaluación aplicada sobre el peso argentino en febrero pasado, estimada en más del 25 por ciento.
Además, exigen que el gobierno eleve el porcentaje establecido para el pago del Impuesto a las Ganancias.
"No es el momento oportuno para llamar a una huelga general. Es un paro político", consideró hoy Antonio Caló, secretario general de la CGT cercana al oficialismo y líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), uno de los sindicatos más fuertes del país.
Ante la proximidad de la huelga, el gobierno, por medio del secretario de Seguridad, Sergio Berni, aseguró que buscará "brindarle a la sociedad la tranquilidad necesaria para que aquellos que quieren a ir a trabajar lo puedan hacer".
La huelga prevista para este jueves será la segunda que el kirchnerismo afrontará en casi 11 años en el poder. La anterior medida de fuerza, también protagonizada por el sindicalismo opositor, fue en octubre de 2012.