Michlig, Bouchard y las aventuras de "El Zorro"

Es tan novelesco como los capítulos de la vieja serie de "El Zorro" el paso del Capitán de la fragata corsario "La Argentina", Hipólito Bouchard, por varias capitales entonces españolas sobre la costa del Océano Pacífico. La más boreal del imperio era justamente San Carlos de Monterrey en California, donde transcurren las aventuras que protagonizó Guy Williams, que por algo eligió a la Argentina para vivir.

Esta semana visitaron Santa Fe, en una misión oficial, senadores estaduales californianos y mantuvieron una agradable reunión con sus pares provinciales santafesinos y la vicegobernadora Alejandra Rodenas, así como el presidente de la Cámara de Diputados, Pablo Farías. Pero quien sorprendió a los de la "West Coast" de los Estados Unidos fue el futuro ministro de Gobierno de la próxima gestión, el senador por San Cristóbal, Felipe Michlig que les habló de Bouchard y su incursión bélica. Pronto se cumplirá un nuevo aniversario del histórico 24 de noviembre de 1818 cuando Monterrey estuvo bajo la bandera independentista de Belgrano. (Justamente ese período histórico es el contexto del fantástico espadachín con antifaz).

Bartolomé Mitre en "El crucero La Argentina 1817-1818" resume las hazañas de los americanos comandados por el capitán nacido en Francia. "Una campaña de dos años dando la vuelta al mundo en medio de continuos trabajos y peligros, una navegación de diez o doce mil millas por los más remotos mares de la tierra, en que se domina una sublevación, se sofoca un incendio a bordo, se impide el tráfico de esclavos en Madagascar, se derrota a piratas malayos en Macasar, se bloquea a Filipinas, anonadando su comercio y su marina de guerra, se domina parte de Oceanía imponiendo la ley, a sus más grandes reyes por la diplomacia o por la fuerza; en que se toma por asalto la capital de la Alta California, se derrama el espanto en las costas de México, se hace otro tanto en Centro América, se establecen bloqueos entre San Blas y Acapulco, se toma a viva fuerza el puerto de Realejo apresándose en este intervalo más de veinte piezas de artillería, rescatando un buque de guerra de la Nación y aprisionando o quemando como veinticinco buques enemigos."