Karina agarra la lapicera que dejó vacante Cristina
El presidente y el líder del PRO buscarán desde el Amba reconfigurar la escena del poder. Un desafío grande para el radicalismo y las provincias no alineadas.
Karina Milei, secretaría General de la Presidencia de la Nación. Crédito: La Nación
"Kicillof es gobernador porque fuimos separados a la elección". Cuando a la intendenta de Vicente López le preguntan sobre las reuniones de Javier Milei con Mauricio Macri en Olivos, Soledad Martínez -vicepresidente del PRO- no responde sobre la posibilidad de que el ex presidente sea candidato a senador de una alianza liberal/libertaria en la capital federal. Va más allá y deja entrever que además buscarán ganar la elección de medio término en Buenos Aires con una estrategia conjunta.
Puede parecer que en Santa Fe se mire de lejos esa dinámica; no debería suceder, no está sucediendo.
Durante años, Cristina Kirchner logró desde una minoría intensa kirchnerista, mudar sus estrategias para apropiarse del principal distrito del país, Buenos Aires. Con eso y asistencia financiera a provincias pobres del norte o del sur, más aliados estratégicos como La Pampa o San Juan, la ex vicepresidenta lograba dominar el Senado. Y con "la lapicera" de su liderazgo, armaba o influenciaba la listas de diputados nacionales de todos los distritos.
Cristina comandaba el armado de listas durante su etapa como vicepresidenta. Créditos: REUTERS/Luis Cortes.
Eran tiempos de "la escribanía" en el Congreso, donde todo se le consentía a la líder. Apenas la pausa de Juntos por el Cambio en 2017- y la nominación de dos de los cuatro ministro que hoy tiene la Corte- le pusieron límite y contrapeso a la mera voluntad de la ex vicepresidenta.
Lo que tienen de eficaces los caudillismos intensos, llevan por costo una condición: el impedimento para que nada los aceche en el frente interno. No hubo alternancia que germinara en ese entorno.
"Contra el destino, nadie (da) la talla", diría Gardel en "Adiós Muchachos". El paso del tiempo y las evidencias hacen su trabajo; Cristina en retirada deja por detrás un campo peronista donde no evolucionaron liderazgos conducentes, excepto -tal vez- el gobernador de Buenos Aires. Peor aún, la experiencia con Alberto Fernández está a punto de culminar la más significativa implosión moral -socioeconómica- en la historia del PJ.
Si la guerra contra la inflación -que Alberto Fernández malversó y Sergio Massa falseó- se convierte en un trofeo para el libertario, Milei habrá ganado una batalla simbólica; pero no tendrá tiempo para que su hermana Karina baje a los territorios a armar un dispositivo electoral propio para que las elecciones legislativas del 2025 le den representación parlamentaria consistente, para la guerra de fondo: el cambio de régimen político y económico en el país. Al menos no sin -por lo menos- el PRO. Por eso el presidente se reunió varias veces en Olivos con Mauricio.
Los posteos "amables" del implacable Santiago Caputo hacia Macri marcaron el cese condicional del fuego virtual, en antesala de las negociaciones. La Casa Rosada ya tiene las adhesiones de gobernadores que recibirán grandes inversiones con el RIGI; un acuerdo de libertarios y PRO podría devolver la hegemonía política al Amba y arrastrar a voluntades parlamentarias provinciales. Como lo hizo Cristina con Kicillof más las provincias pobres, la posibilidad de una sobrerrepresentación liberal es una tentación que supera (o al menos posterga) las apetencias -y las codicias- de quienes sienten la inminencia del poder.
No se trata de dar por muerto -imposible- al peronismo. Pero queda claro que al menos el no kirchnerismo puede caer en ese centro de gravedad de la gestión nacional y los grandes negocios. Acaso ni Massa ni Horacio Rodríguez Larreta puedan ignorar ese nuevo eje orbital que podría configurarse en la galaxia política argentina.
¿Cuál será la próxima jugada política de Macri? Créditos: REUTERS/Agustin Marcarian.
En la torsión inédita del escenario político institucional, los 100 mil millones para la Side, la promoción de Ariel Lijo a la Corte o la media sanción del financiamiento universitario que interpela el superávit fiscal, son revulsiones a la caja de herramientas de lo que está por venir. En la agenda están la reforma tributaria, la previsional -en la Corte miran de cerca ese tema en favor de los jubilados- y un nuevo esquema de coparticipación que redefinirán el esquema de inversiones y negocios pero, además, los recursos de origen nacional para las provincias.
El radicalismo y Hacemos Coalición Federal (el heterogéneo grupo que lidera Miguel Pichetto) sufren en sus propias filas la tensión de fuerzas divergentes. Las elecciones legislativas de 2025 serán, sobre todo para Martín Lousteau y su referenciado gobernador Maximiliano Pullaro, un banco de pruebas hacia la representación nacional que procuran.
El mandatario santafesino puede busca protagonismo en la Región centro o en la Litoral; Corrientes, Córdoba y sobre todo Entre Ríos, son distritos más susceptibles a la lapicera en manos de Karina, emulando la arquitectura que -ya demostró Cristina- exhibe sus eficacias a la hora de procurar objetivos usando un clima de época. ¿El costo y el beneficio? Esa es la cuestión.
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