Balance: tras un año de "primeras veces", el Congreso se lleva varias materias a marzo
Durante 2024 no prosperó la privatización de Aerolíneas Argentinas impulsada por el gobierno. Pero tampoco el intento de poner límites a los decretos de necesidad y urgencia que empuja la oposición.
Balance: tras un año de "primeras veces", el Congreso se lleva varias materias a marzo
Si este año pasó volando o fue un lento goteo de hechos, jornada tras jornada, es parte de la subjetividad de cada quien, según qué elementos ponga en cada columna de su balance personal. Desde el punto de vista político, y más concretamente, del análisis de lo ocurrido en el Congreso Nacional, la ambigüedad es la misma, solo que aquí está todo más expuesto. En definitiva, pasó de todo, pero para algunos habrá sido un año de triunfos mientras que para otros quedará sabor a poco.
Más allá de lo que haya quedado en el cedazo, lo cierto es que este fue el año parlamentario de las "primeras veces".
Fue la primera vez que senadores y diputados asistieron al discurso inaugural de un Presidente que elige hablar de espaldas al Congreso Nacional, como ocurrió el 10 de diciembre de 2023. La segunda novedad llegó poco después, cuando fueron tratados de "ratas" en público por el mandatario nacional que volvió a esa expresión una y otra vez y hasta la representó gráficamente, como hizo hace apenas horas a través de una imagen donde se ve a un león "fumigando" el Palacio de las leyes.
No había antecedente de un Presidente que presente los lineamientos del Presupuesto, como hizo el propio Javier Milei el domingo 15 de septiembre en horario central televisivo (aunque con escaso rating). Esa tarea está, en general, en manos del equipo económico.
Pero también fue la primera vez que un Congreso deroga un decreto de necesidad y urgencia presidencial. Fue en septiembre para dejar sin efecto la norma que otorgaba 100 mil millones de pesos al organismo de Inteligencia (Side), en concepto de gastos reservados, es decir, sin rendición de cuentas.
Y si no se modifica el temario de la convocatoria a sesiones extraordinarias, será también la primera vez que un Presupuesto nacional será reconducido por dos períodos consecutivos: la "ley de leyes" actualmente vigente es la que se aprobó en 2023, fue prorrogada para 2024 y todo indica que será la misma que regirá para 2025.
Con sus singularidades, fue un período parlamentario intenso, que arrancó mucho antes del 1ª de marzo que es la fecha de inicio formal de las sesiones ordinarias. En los meses de verano, la Cámara de Diputados se dispuso a debatir la "ley ómnibus", denominación mediática de la mega Ley de Bases que envió el Ejecutivo en diciembre, logró media sanción a fines de abril, y fue sancionada, con cambios y reducciones, a mediados de año.
Según el cristal
Sin dudas resultó el acontecimiento político de la primera mitad del año, teniendo en cuenta la minoría del poder gobernante en ambas cámaras y, por la misma razón, la necesidad de ingresar a la arena de la "negociación", que en la práctica se traduce como "rosca"; esa que parecía ajena a los principios libertarios pero que garantizó resultados.
A la hora del balance, el diputado radical Julio Cobos, electo vicepresidente tercero para el nuevo período, hizo su propio resumen del año legislativo en la última sesión de la Cámara baja, al filo de noviembre.
Hasta entonces, el gobierno llevaba dictados 42 decretos de necesidad y urgencia. Y el Congreso había sancionado 43 leyes de las cuales 31 correspondieron a ratificación de acuerdos, temas internacionales, etc. Pasado ese filtro, quedan 12 leyes sancionadas, de las cuales dos fueron vetadas por el Ejecutivo: la de financiamiento universitario y la de reforma previsional. Una cosecha más bien escasa, desde la perspectiva del mendocino que pidió, como varios de sus pares, que vuelvan a ser rutina las sesiones ordinarias por sobre las extraordinarias.
Otra mirada planteó el reelecto presidente de la Cámara, Martín Menem, quien arrancó desde el mismo punto de partida: la "débil presencia parlamentaria" de Milei cuyo bloque es minoría en ambas cámaras, y la necesidad de consensos que le permitió lograr apoyo para algunas de sus propuestas.
En el balance del riojano, cuenta a favor que se hayan llevado a cabo 10 sesiones y se hayan solicitado otras 8 que no tuvieron quórum (tres de ellas en la última semana de noviembre).
También aporta el espesor de las leyes sancionadas, entre ellas, la Ley de Bases, Boleta Única Papel, Medidas fiscales paliativas y creación del Registro nacional de datos genéticos.
Hubo 442 reuniones de comisión y 20 encuentros correspondientes a 8 bicamerales, dijo el libertario para graficar el resultado de un año intenso y conflictivos al que ingresó "con el doble de pelo y ninguna cana".
Sin embargo, es otra la lectura que hacen desde la principal oposición, Unión por la Patria, que sigue reclamando por la constitución de varias bicamerales aún en suspenso y por la definición de la Comisión de Juicio Político de la Cámara baja que, luego de una conflictiva conformación, aún sigue sin tener reconocimiento por parte de la Presidencia de Diputados.
Nuevo escenario
En definitiva, luego de revisar el temario que incluyó el gobierno en la convocatoria (por ahora extraoficial) a sesiones extraordinarias, donde destacan las reformas electoral y política pero no está el Presupuesto 2025, quedará pendiente una surtida agenda para el próximo año.
La "ley hojarasca", que deroga más de 60 leyes que el gobierno considera "obsoletas", la reforma sindical, la ley de Ficha Limpia, la privatización de Aerolíneas Argentinas, la reforma de la Ley de DNU, el nuevo régimen penal juvenil, el juicio por jurados, los cambios a la ley de Protección Integral a las Mujeres respecto de la violencia en el ámbito laboral y académico.
Y en el Senado, que no sesiona desde el 26 de septiembre y solo reabrió dos meses después para escuchar el informe del jefe de Gabinete Guillermo Francos, las expectativas están puestas en el tratamiento de los pliegos que envió el Ejecutivo para designar a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como integrantes de la Corte suprema de la Nación.
En definitiva, todo lo que no se discuta en extraordinarias deberá negociarse a partir del 1° de marzo de 2025, un año singular porque será el primero con elecciones para la actual gestión. Será el momento de renovar parcialmente la composición legislativa y, por lo tanto, de poner en juego la capacidad de negociación (o "rosca") para lograr nuevos consensos en un escenario donde los aliados plenos, los dialoguistas y los opositores pueden no ser los mismos.