El ministro de Desarrollo Económico y Productivo de la ciudad de Buenos Aires, José Luis Giusti, explicó ante empresarios y comerciantes de Santa Fe las características que tiene el modelo de gestión en su área, destacó las distintas políticas de incentivos fiscales e inversiones públicas que llevan adelante para reconvertir áreas de la ciudad con fines productivos y de hábitat, y ratificó que, si bien es una ciudad básicamente de servicios, Buenos Aires pelea desde hace años el segundo lugar en el ránking de provincias exportadoras con Santa Fe.
Giusti participó en Santa Fe del ciclo "Diálogos y acciones por una ciudad productiva" con la concejala Adriana "Chuchi" Molina y el diputado provincial y candidato a gobernador Maximiliano Pullaro, ambos de Juntos por el Cambio. Se reunió con comerciantes, profesionales, emprendedores y representantes del sector gastronómico de la ciudad en el Club del Orden y visitó el Parque Tecnológico Litoral Centro.
En estas reuniones, el funcionario expuso sobre las políticas públicas y proyectos que lleva adelante el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para incentivar la producción y el desarrollo económico de esa jurisdicción.
- Los que no vivimos en la Ciudad de Buenos Aires tenemos la idea de que es una ciudad de servicios. ¿Qué tipo de producción se desarrolla allí?
- La producción siempre está ligada a la industria, pero es mucho más que eso, también son los servicios. En ese sentido, Buenos Aires es una ciudad básicamente de servicios, pero también tiene producción industrial. Me tocó discutir con algún gobernador que decía 'en Buenos Aires no se produce ni un tornillo'. Pero es porque no había accedido a los datos. Tenemos una industria alimenticia, una industria farmacéutica importante y una industria papelera que también lo es. En términos de producción de bienes, éstas son las tres actividades principales. Entre el 15 y el 20 por ciento de la producción industrial del país se genera en la ciudad de Buenos Aires. Peleamos todos los años el segundo puesto con la provincia de Santa Fe. En la zona sur de Buenos Aires hay muchas industrias, y estamos trabajando muchísimo después de muchos años en retenerla. Porque en algún momento se decidió que no era bueno que haya industrias en la ciudad porque eran contaminantes, generaban problemas con el medio ambiente y era necesario un control muy estricto. La verdad es que hoy el sector industrial está muy tecnologizado, hay mucha innovación, ya no existen más aquellos tipos de industria.
-Además se sumaron nuevos sectores industriales, como la economía del conocimiento.
-Por ejemplo. Tal vez no es muy científico lo que voy a decir, pero esta distribución de sectores entre agricultura, ganadería, industria y servicios está quedando media vieja. Entiendo que la economía lo mide así, pero ahora es distinto. ¿Cuánta innovación hay en la biogenética que termina siendo un producto del agro? ¿Cuánto servicio hay en la industria 4.0, que es una rama totalmente robotizada? Independientemente de esto, con la semántica tradicional la ciudad de Buenos Aires es básicamente de servicios, pero no quiere decir que no haya desarrollo económico ni que no haya que incentivar la industria del conocimiento, las industrias estratégicas. Y cada vez más las ciudades suman protagonismo en esto. Obviamente que no manejamos los instrumentos de macroeconomía, la moneda, el tipo de cambio. Pero sí tenemos que preocuparnos porque las industrias y los servicios en los que cada ciudad se pueda fortalecer generen empleos, exportaciones, y en ese sentido en la ciudad trabajamos mucho.
El funcionario porteño estuvo en El Litoral acompañado por Adriana "Chuchi" Molina, y compartió panel con Maximiliano Pullaro. Foto: Flavio Raina
- ¿Qué tipo de modelo de desarrollo productivo tienen en la ciudad de Buenos Aires? ¿Ofrecen exenciones impositivas, subsidios?
-Hay un trabajo muy fuerte en incentivar aquellas actividades económicas en las que creemos que la ciudad tiene muchísimo potencial. Diseñamos un plan estratégico en términos de desarrollo económico para la ciudad en 2019, donde determinamos cuales eran los sectores que necesitaban incentivos y que creímos que tenían capacidad de generar empleos y exportaciones. A partir de eso se generó una política de distritos económicos en donde hay mucha inversión pública en términos de bienes públicos, de seguridad, de espacio público y obviamente inversión privada que no solo produce y genera empleos, sino que también activa cambios urbanísticos. Por eso los distritos están ubicados en los barrios económicamente más postergados de la ciudad. Tenemos la experiencia de Parque Patricios, Barracas, donde no solo se crearon empleos, sino también un desarrollo urbanístico importante. Trabajamos mucho en incentivos impositivos, en la creación de talentos. El plan estratégico necesariamente tiene la participación del ministerio de Educación, en donde generamos los recursos humanos para que esas industrias efectivamente encuentren en la ciudad lo necesario para llevar a cabo su actividad. Es un trabajo conjunto. Ningún empresa se va a instalar en una zona donde no tenga garantías de parámetros mínimos de seguridad, por ejemplo, así que ahí también esta el sector público invirtiendo para que las empresas puedan trabajar tranquilos.
-En este proceso de reconversión del que me habla, el centro de Buenos Aires también está en proceso post pandemia. ¿Cómo está funcionando? ¿Han desembarcado allí algunas empresas de base tecnológica?
-Hay un proceso donde desde el gobierno generamos una ley que otorga incentivos fiscales para transformar las oficinas en viviendas y en actividades que nosotros consideramos estratégicas como educación, salud, actividades tecnológicas. Hay miles de metros cuadrados de oficinas que dejaron de usarse, y que no van a volver a usarse porque hay una nueva organización del trabajo. No hay que esperar que la gente vuelva: lo que volvió ya volvió y lo que no, no vuelve más. Entonces, si hay desarrolladoras, constructoras, consorcios o esfuerzos individuales que se proponen transformar esas oficinas en viviendas, pero también en algún otro tipo de actividades, la ciudad aporta hasta el 70 por ciento de esa inversión a través de la desgrabación de ingresos brutos en cualquier actividad que haga esa empresa o persona en la ciudad.
La figura del emprendedor
-La coalición política a la que pertenece ha hecho del discurso del emprendedurismo una de sus columnas vertebrales. ¿Qué cosas ofrece la ciudad de Buenos Aires para los emprendedores que consideran no tienen otros lugares que compiten con ustedes?
-No se si hacemos diferencia, si tenemos una actividad de apoyo y capacitación muy importante en la ciudad y estamos trabajando en un proyecto de ley que genere una serie de incentivos impositivos para que las empresas porteñas apoyen a los emprendimientos en sus distintas etapas de creación, de crecimiento y en la de exportación.
-Hay una movida grande en muchas ciudades con el fin de generar condiciones para que se instalen a trabajar los ciudades nómades digitales. ¿Están interesados?
-Muchisimo. Estamos trabajando con un programa específico. En la ciudad todo el tema de turismo y radicación lo trabajamos en un ente donde participan el sector público a través de la secretario de Turismo, pero también el sector privado mediante sus cámaras. Hay diferentes planes, algunos con años de implementación, por los cuales, por ejemplo, tratamos de atraer estudiantes a Buenos Aires y ahora estamos trabajando específicamente con uno para nómades digitales. Como te decía, tratamos de generar la infraestructura y los servicios para que se sientan cómodos en conjunto con el sector privado.
- ¿Qué cree que tiene de diferente para ofrecer la ciudad de Buenos Aires en torno al sector productivo respecto a otras ciudades?
- Nosotros armamos un plan estratégico donde nos propusimos metas de cuantas empresas se tienen que instalar, cuantos trabajadores incorporar y tratamos de cumplirlas. Obviamente la macro influye, pero independientemente de eso al plan lo llevamos con un método especifico concreto. Asignamos un presupuesto concreto que tenemos que ejecutar, trabajamos muchísimo con las empresas para convencerlas. Te contaba antes del plan que tenemos en marcha para el microcentro. Ya generamos 170 mil metros cuadrados de reconversión de oficinas a viviendas. Es un montón. Ahora, eso no es solo un proyecto de ley, también es un método que se sigue más allá de que cambien los funcionarios. También trabajamos mucho en la simplificación productiva, de hecho nos obligamos a sacar una ley todos los años producto de conversaciones con el sector que nos dicen cuales son las trabas innecesarias, los controles que se duplican o triplican y terminan perjudicando al sector privado. Eso nos diferencia. También simplificamos la burocracia porque hay muchos trámites que los empresarios pueden hacer con el celular y a través de wasapp. Y si me preguntas por donde hay que ir te mencionaría dos cosas: el plan, la metodología para llevar a cabo ese plan y después el trabajo en conjunto con el sector privado. Tenemos mesas de trabajo, por ejemplo hay una de empleabilidad donde cada sector económico cuenta sus necesidades y allí sentada está la ministra de Educación viendo como adaptan los programas a esas necesidades del sector productivo.
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