"Fue una gran pérdida que Zazpe se haya muerto en el inicio de la democracia. Él había predicado tanto tiempo, hablado tanto sobre la Argentina secreta, que salía de abajo. Tanto tiempo predicando, viviendo la reconciliación, denunciando las atrocidades que pasaban y acompañando a los que sufrían. Creo que tenemos una deuda con él, yo la siento como una deuda en la que no estamos haciendo, y la iglesia en la Argentina no está haciendo todo lo que debería hacer para que se reconozca la santidad de Zazpe". Es la apreciación de José Ignacio López, periodista, vocero presidencial durante el mandato de Raúl Alfonsín y amigo personal de monseñor Vicente Faustino Zazpe. El prelado falleció el 24 de enero de 1984 y López junto al ministro del Interior, Antonio Tróccoli fueron los representantes del gobierno nacional recién asumido.
López vino a Santa Fe días atrás donde recibió la distinción de Visitante Ilustre de la Universidad Nacional del Litoral. Participó además de un panel sobre 40 años de democracia y periodismo en el Paraninfo de la casa de Altos Estudios y mantuvo un prolongado encuentro con los integrantes de a Asociación Monseñor Zazpe que continúa con su trabajo orientado a difundir la figura y el pensamiento del recordado pastor.
Mirá tambiénAlgunos recuerdos detrás de un gran hombreEn diálogo con El Litoral, López habló sobra la figura de Zazpe, de los inicios de la relación cuando era un párroco en Santa Rosa de Lima en Capital Federal hasta convertirse en uno de los principales voceros de la Iglesia Católica argentina en tiempos de la dictadura. Es más, a su llegada a Santa Fe, la primera actividad de López fue visitar la tumba del ex arzobispo en la Catedral Metropolitana. Antes de ser el vocero presidencial, López -con extensa trayectoria en el periodismo gráfico y radial- tenía a su cargo un panorama religioso que se publicaba semanalmente en Clarín donde en muchas ocasiones, eran centrales las apreciaciones del obispo santafesino. "Debemos reconocer la santidad de Zazpe" le dice a El Litoral.
- ¿Quién fue Zazpe para usted?
- Lo conocí a él cuando yo tendría 12 o 13 años y llegó recién ordenado como sacerdote a la parroquia en que yo estaba, que era Santa Rosa de Lima en Buenos Aires. Durante 10 años, para mí como para muchos de mi generación que estábamos allí, que lo conocimos, fue nuestro padre espiritual, nuestro formador. Yo me considero un hombre de fe, un hombre creyente y un hombre de iglesia, no de la iglesia, de iglesia. Me siento iglesia en los términos en que el Concilio Vaticano II habla de la iglesia que somos todos, cada uno con su función y su papel de construir esa comunión que es la iglesia y en ese concepto, para mí, Zazpe es central. Tengo tantos recuerdos. Él vino a mi casa el día que volvió de aquella reunión en Ecuador donde lo tuvieron preso un par de días. Llegó y se vino a mi casa, en José Mármol, en la misma casa donde me pusieron la bomba después. Fue una gran pérdida que Zazpe haya muerto en el inicio de la democracia, él que había predicado tanto tiempo, hablado sobre la Argentina secreta, que salía de abajo. Tanto tiempo predicando, viviendo la reconciliación, denunciando las atrocidades que pasaban y acompañando a los que sufrían. Tenemos una deuda con él, siento que la iglesia en la Argentina no está haciendo todo lo que debería hacer para reconocer la santidad de Zazpe. Tenemos que aprovechar la oportunidad -para decirlo de alguna manera- de que (Jorge) Bergoglio sea Francisco. Zazpe fue un actor del Concilio Vaticano, estuvo en él. Zazpe protagonista; Bergoglio es fruto del Concilio que hoy está como Papa tratando de que el Concilio no quede en los libros. En las reuniones que precedieron al cónclave con los cardenales, señaló que la reforma fenomenal de la curia no tiene vuelta atrás. Esta lucha contra los abusos, ponerlos arriba de la mesa, afrontarlos con todo lo que significa para la iglesia. Este proceso de sinodalidad, es decir, de caminar juntos, el obispo tiene que estar con los de adelante, con los de medio, con los de atrás. Creo que es un proceso que no tiene retorno, que nos marca, y lo está conduciendo quien era el arzobispo de Buenos Aires.
- Sin embargo, ¿Bergoglio no conoció a Zazpe?
- No, pero cuando se cumplieron 25 años de la muerte - en 2009- le comenté que queríamos hacer una misa en Buenos Aires, y me ofreció hacerla en la Catedral y celebrarla. Además pronunció una homilía que invito a que se vuelva a leer. Pocas veces escuché una descripción de Zazpe de esas características. Zazpe fue un profeta -dijo- un profeta que habló cuando otros callaban, y que después calló, cuando los otros hablaban. Que sufrió el calabozo espiritual del silencio y de la soledad, del abandono de los suyos. Nosotros fuimos testigos, y los que estuvimos en sus exequias, fuimos testigos del modo en que el cardenal (Raúl) Primatesta en aquel tiempo y algún otro, pedían públicamente disculpas a él, disculpas tardías. Espero que nosotros no tengamos que pedir disculpas también".
Perfil
Monseñor Zazpe nació en Buenos Aires el 15 de febrero de 1920, cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires; estudió Medicina hasta el tercer año en la Universidad de Buenos Aires y formó parte de Acción Católica en la década de 1940. El 2 de marzo de 1942 ingresó al Seminario Metropolitano de Buenos Aires donde fue ungido presbítero el 28 de noviembre de 1948. Fue designado vicario de la basílica de Santa Rosa de Lima y antes de ser designado obispo de Rafaela estuvo en otras parroquias porteñas.
En 1961 fue designado como primer obispo de la diócesis de Rafaela; el 3 de agosto de 1968 fue nombrado arzobispo coadjutor del arzobispado de Santa Fe, con derecho a sucesión. A la muerte de su antecesor, monseñor Nicolás Fasolino, el 13 de agosto de 1969 se hizo cargo de la arquidiócesis a la cual dirigió hasta su muerte en 1984.
Reunión
La Asociación Monseñor Zazpe continúa con su trabajo orientado a difundir la figura y el pensamiento del recordado arzobispo, tal como lo solicitara el actual arzobispo Monseñor Sergio Fenoy. Integrantes de la Asociación se reunieron con López acá en Santa Fe que pertenece además a la Fundación Zazpe vinculada a la Basílica Santa Rosa de Lima de Buenos Aires.
Durante la reunión se produjo un importante intercambio de ideas sobre la posible beatificación del ex arzobispo de Santa Fe, se informó en un comunicado. " Se analizaron pasos posibles para trabajar junto con la Acción Católica Argentina y la mencionada Fundación".
En Santa Fe, la Asociación la preside el presbítero Omar Rohrman, cuenta con su página de Facebook, de Instagram así como con un correo electrónico ([email protected]) a donde podrán comunicarse quienes deseen ofrecer su testimonio o cualquier otra inquietud.
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