El colector principal Larrea de la Cuenca Flores contemplaba la construcción in situ de un conducto rectangular que iba a posibilitar la evacuación de los excesos pluviales de avenida Peñaloza, aliviando la única salida existente en toda la cuenca. Nacería en esa avenida y se extendería hacia el oeste por calle Larrea, continuando hacia el sur por Camino Viejo a Esperanza hasta Risso y de ahí hasta su desembocadura sobre el bañado del río Salado.
La obra contemplaba la colocación de entubados sobre las cunetas, que iban a permitir a través de la conexión al conducto principal eliminar los excedentes hídricos de varios barrios de la ciudad -Villa Las Flores, 21 de Octubre, Tránsito y Juventud del Norte-. Entre las ventajas del nuevo colector Larrea se destacó la eliminación de un canal a cielo abierto de grandes dimensiones sobre Camino Viejo a Esperanza, lo que iba a generar un impacto ambiental muy favorable en la zona.