Sigue la polémica por la decisión de Alberto Fernández de cerrar las escuelas en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Sobre todo, porque el mismo día del anuncio pero horas antes el ministro de Educación, Nicolás Trotta, había manifestado que la presencialidad no estaba en riesgo.
Al quedar desacreditado por el propio presidente, el funcionario no apareció en la escena pública por una semana. En el medio, algunos rumores indicaban que había presentado su renuncia. Pasaron siete días y el ministro educativo reapareció.
Primero en una reunión con Alberto Fernández, luego en algunos medios de prensa. "Había diferentes miradas que se venían planteando en el marco de las distintas reuniones. El Presidente escuchó la posición que tenía el Ministerio de Educación y la que tenía Carla Vizzotti (de Salud) y saldó el debate con su decisión", dijo.
"Yo no presenté mi renuncia, fue un momento de zozobra, pero tengo que reconocer algo muy valioso: el Presidente se hace responsable de la carga que implica gobernar", agregó Trotta.
Trotta consideró que Fernández tomó la decisión "no por lo que ocurre dentro de la escuela, sino por la movilización que es la preocupación del Presidente y marcan las referencias del campo epidemiológico".
"Para nosotros es importantísima la presencialidad en el marco de la pandemia, que es algo que queremos reafirmar en todo momento y el presidente adoptó una decisión que se vio reflejado en tres aspectos centrales: nocturnidad, presencialidad y uso del transporte público solo para esenciales", señaló.
"Vemos un horizonte de mucha complejidad", apuntó Trotta cuando se le preguntó por la continuidad de las restricciones.