La oposición no consiguió los votos para rechazar el veto parcial presidencial a la Ley de Reforma Política, aunque un sector advirtió que recurrirá a la justicia al plantear discrepancias a la interpretación constitucional y reglamentaria para definir la votación que aplicó esta madrugada el presidente de la Cámara baja, el kirchnerista jujeño Eduardo Fellner.
Luego de tres horas y media de debate que giró sobre distintas interpretaciones constitucionales y reglamentarias del funcionamiento interno de la Cámara, Fellner definió que para rechazar el veto parcial se necesitaban dos tercios de los votos de los diputados presentes.
Ante esta situación, la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, afirmó que impugnará ante la justicia la decisión.
La oposición sólo cosechó 142 votos por el rechazo (16 menos de los necesarios para alcanzar los dos tercios ya que en el recinto había 238 diputados sentados), contra 95 del oficialismo a favor del veto y una sola abstención.
Los argumentos fueron de uno y otro lado de distinta índole, donde el oficialismo insistió en forma permanente sobre que se trataba de un veto por lo cual se precisaban dos tercios para rechazar por mayoría simple una ley que precisó a fines del año pasado de una mayoría calificada (de 129 votos por tratarse de una reforma del Código Electoral norma electoral).
El veto presidencial fue sobre la fecha de vigencia de la ley (ya que en la versión aprobada empezaba a regir en diciembre de 2011, es decir después de la elección presidencial) y con ese cambio obligaría a los partidos políticos a dirimir sus candidatos en internas abiertas, simultáneas y obligatorias para los comicios venideros.
Entre los oficialistas que defendieron esos argumentos estuvieron el riojano Jorge Yoma, el bonaerense Jorge Landau y el santafesino Agustín Rossi.
Mientras, la oposición interpretó que no era un veto sino una promulgación parcial de una ley, por lo cual debía ser tratado como un decreto, por lo cual si se contaba, como ocurrió, con un dictamen de comisión, solo era necesario una mayoría simple (la mitad más uno de los presentes).
En esa línea estuvieron desde los sectores anti-K más duros hasta aliados u opositores más cercanos al oficialismo, como Proyecto Sur y sus aliados del interbloque de centroizquierda así como la bancada Nuevo Encuentro Popular y Solidario, que preside el ex intendente de Morón Martín Sabbatella.
Durante el debate, Sabbatella, aliado K, fue esta vez en contra del oficialismo al apuntar que los cambios efectuados a la ley votada antes del recambio parlamentario “lesiona la calidad democrática, tanto para las fuerzas políticas que tenemos vocación de mayoría y vocación de gobernar, como también a las fuerzas que nacen con vocación de representar a minorías, que el sistema político tiene que respetar”.
La presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, Graciela Camaño, señaló que el proyecto que dio origen a la ley de reforma política fue producto de “acuerdos parlamentarios” y acusó al gobierno de no respetarlo luego.
El veto parcial presidencial es cuestionado por los partidos más chicos que encuentra complicaciones a la hora de cumplir los plazos para actualizar sus afiliados.
Al respaldar la decisión presidencial, el kirchnerista Landau afirmó que la normativa y sus cambios buscan “partidos fuertes, partidos con gente” y acotó que “las observaciones parciales no afectan la unicidad y la aplicación completa de esta ley”.
A su turno, Rossi negó que el oficialismo haya violado algún acuerdo político y aseguró que, en cambio, al proyecto inicial se le hicieron cambios sugeridos por partidos que luego no lo acompañaron en el recinto.
Fuente: DyN