Juan Chiummiento
Se presentaron hace dos meses en Rosario. El gobernador de la provincia mesopotámica se atrevió a dar un paso que no se animó Perotti, que prefirió esperar un aval nacional que todavía sigue en trámite.
Juan Chiummiento
A poco de comenzar el período de aislamiento, se produjo un hecho que llenó de orgullo a la provincia: un grupo de especialistas locales presentó un prototipo de respiradores artificiales de bajo costo para el tratamiento del coronavirus. Aquella satisfacción inicial se transformó esta semana en un golpe al amor propio de los santafesinos, cuando se conoció que no será aquí sino en Corrientes donde se iniciará su fabricación en serie. La situación no deja de ser un nuevo llamado de atención para el gobernador Omar Perotti, a quienes todos los actores implicados en el proyecto le achacan falta de iniciativa política y escasa rebeldía frente al statu quo.
Lo que sucedió en estos 60 días puede resumirse de la siguiente manera: mientras que Santa Fe esperó este tiempo por la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), el gobernador correntino Gustavo Valdés se atrevió a redactar una normativa especial que, sin transgredir las leyes nacionales, permitiera utilizar esos dispositivos en su provincia. El mismo camino transitan otros mandatarios, entre ellos Gerardo Morales de Jujuy.
El desarrollo realizado en conjunto por la empresa rosarina Inventu y la Universidad Nacional de Rosario fue bautizado como ‘Un Respiro‘ y sirve para atender específicamente afecciones respiratorias causadas por el Covid-19. Una de sus principales ventajas pasa por su bajo costo de fabricación: mientras que en el mercado uno convencional puede costar de 20.000 a 30.000 dólares, aquí se propone uno que oscila entre el 10% y 20% de ese valor.
El proyecto fue lanzado a finales de marzo y tuvo su presentación en sociedad el pasado 9 de abril, en un acto que contó con la participación de Perotti, el intendente de Rosario Pablo Javkin y del ministro de Educación Nicolás Trotta (por videoconferencia). Durante la actividad -que fue ampliamente cubierta, incluso por señales internacionales como CNN-, las autoridades plantearon que antes de pasar a la fabricación en serie se requería la autorización de la Anmat, trámite que se iniciaba al poco tiempo. También se indicó que ‘Un Respiro‘ era una iniciativa de código abierto, por lo que cualquiera podía disponer de los planos para producirlos.
Varias semanas pasaron desde aquél entonces y el expediente sigue sin salir favorable en el organismo que tiene su sede en Buenos Aires, donde no pocos afirman que talla fuerte el lobby del sector privado antes que el interés público. A principios de año, por caso, una investigación periodística reveló esa trama, cuando tras el reclamo de laboratorios, la Anmat dio marcha atrás con la prohibición de un medicamento masivo, que había salido de circulación por sus riesgos para la salud.
Obstáculos y llaves
En una entrevista concedida en 2017, Lila Siegrist, una artista rosarina que cumplía funciones como subsecretaria de Cultura, definió que la tarea del funcionario público era ‘identificar la llave correcta‘ dentro de la enorme caja de herramientas que tiene el Estado. La frase viene a colación porque, a veces, la burocracia puede ser un freno para cualquier iniciativa. Sin embargo, es de esa misma burocracia donde surgen las mejores oportunidades para solucionar los problemas de la gente. Así lo entendió el gobernador correntino Gustavo Valdés, quien hizo uso de las facultades que otorga la normativa nacional y dictó una serie de decretos que autorizan a su provincia a utilizar los respiradores artificiales de bajo costo. Ya presentó los primeros 10 y prometió que en un mes tendrá 100.
En diálogo con este medio, el ministro de Ciencia y Tecnología de Corrientes Orlando Maccio, precisó cómo fue el camino para llegar a la presentación de los equipos, realizada el pasado lunes. Primero se firmó un decreto -el 724, fechado el 7 de mayo- creando una comisión técnica con competencia para ‘realizar estudios y evaluaciones de productos tecnológicos médicos con la finalidad de autorizar su uso en el territorio de la provincia exclusivamente‘. Posteriormente, a través de otro decreto, se designó los integrantes de esa comisión, que ascendían a más de una decena e incluían especialistas en salud, ingenieros y asesores legales. La coordinación de esa mesa quedó a cargo de los doctores Jorge Ojeda y Fabián Plano, también integrantes del Comité de Emergencia Local. Ese equipo evaluó las aptitudes de la tecnología diseñada en Rosario y tras el dictamen favorable se avanzó con la fabricación de los primeros dispositivos.
‘Se trabajó en conjunto durante varias semanas de forma consecutiva, en sedes de la Universidad Nacional del Nordeste, y luego se hizo un dictamen que aconsejaba al ministro la aprobación de los equipos‘, contó Maccio, quien comentó que el ensamble de las partes se realizó en la Facultad de Ciencias Exactas. La decana de esa casa de estudios, Viviana Godoy, comentó por su parte que el uso de los dispositivos queda absolutamente circunscripto al Ministerio de Salud.
La provincia mesopotámica no fue la única interesada en reproducir el equipo diseñado en Rosario. Por el contrario, ya hay avanzados diálogos con Jujuy, La Rioja y Catamarca para avanzar en el mismo sentido. Incluso también con otros países, como Paraguay, Honduras, República Dominicana y Perú.
Sabor a poco
Mientras que las autoridades provinciales prefirieron no ahondar en mayores precisiones sobre el caso -simplemente volvieron a plantear que estaban aguardando la aprobación de Anmat-, el resto de las autoridades políticas locales optó por no echar leña al fuego y destacar el “orgullo” que el producto nacido en Rosario ya se esté fabricando a escala.
“Tenemos la vocación y la aspiración de que también se pueda hacer en la provincia y donde haga falta. Que en Santa Fe tengamos esa misma gran noticia que tenemos hoy de Corrientes. Vamos a trabajar para eso‘, dijo en declaraciones periodísticas el rector de la UNR Franco Bartolacci, quien agregó que lo de Corrientes “fue una decisión política del gobernador, ya que la habilitación, dentro de los límites provinciales es competencia del gobierno provincial”. Similares palabras utilizó el intendente rosarino Pablo Javkin.
Con los micrófonos apagados, el panorama es otro. ‘Si seguimos así, en Santa Fe va a ser el último lugar donde se van a fabricar los respiradores‘, dijo uno de los principales actores implicados en el proyecto. Más que orgullo, la noticia de esta semana se asemeja más a un premio consuelo para Santa Fe, que se presenta como la provincia invencible. El gigante, al parecer, sigue dormido.