El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlo Rosenkrantz, aseguró que en la elección para renovar autoridades del máximo tribunal "no influyen medios ni política", a la vez que advirtió que en la lentitud de los procesos judiciales "hay cuestiones procesales que escapan a los jueces".
"Nosotros somos jueces a la altura de nuestras responsabilidades institucionales. Vamos a decidir antes de fin de mes al próximo presidente de la Corte Suprema. No influyen medios ni política en la elección", sostuvo el magistrado.
El jurista se refirió al tema en momentos en que arrecian las especulaciones (y también las operaciones de prensa) sobre quien ocupará ese lugar para el próximo período, y que en las últimas horas apuntaron concretamente al santafesino Horacio Rosatti, aunque desde la propia Corte confirmaron a El Litoral que aún no hay ninguna definición al respecto.
En ese sentido, otras de las especulaciones apuntaban a una posible vuelta al cargo del rafaelino Ricardo Lorenzetti, quien lo ocupó durante casi 12 años, sobre todo a partir de la presentación de un proyecto de ley del diputado radical Emiliano Yacobitti para que la presidencia de la Corte quede en manos del juez más antiguo del cuerpo, quitando así la potestad de los ministros para elegir a la cabeza del tribunal.
Tenés que leerUn fallo de la Corte Suprema de la Nación permitirá a los supermercados cerrar los domingos Si se sancionara esta norma, con estado parlamentario pero sin apoyos significativos hasta ahora, el próximo presidente sería Juan Carlos Maqueda o en su defecto Elena Highton de Nolasco, los dos miembros más antiguos. Sobre la base de que probablemente ambos ministros declinaran, eso abriría espacio a Lorenzetti, como el tercero en antigüedad.
Pero nada indica que el proyecto vaya a aprobarse antes de la próxima elección y, en todo caso, el propio Rosenkrantz fue taxativo en su rechazo. "Viene a resolver un problema que no existe, porque no ha habido instancias donde los ministros no se hayan puesto de acuerdo respecto a la elección del presidente", sentenció, en una entrevista con el periodista Joaquín Morales Solá, en TN.
A propósito, el magistrado se refirió a la actual conformación del máximo tribunal y afirmó que "la Corte está integrada por ministros que vienen de extracciones diferentes, convicciones ideológicas y políticas diferentes, nombrados por distintos presidentes".
"La Corte que me tocó presidir es muy plural. Somos individuos con ideas relativamente fuertes. En esta Corte supimos consensuar y disentir. Todos nosotros tenemos disidencias y coincidencias con todos los demás. Es un gran logro republicano y un valor que debemos conservar", manifestó.
Y agregó: "Muy temprano la Corte decidió distribuir entre los ministros varias funciones del presidente de la Corte Suprema. Al principio estuve en contra porque quería hacerlo de un modo distinto, pero ahora entiendo que fue un gran activo, porque hizo que interactuemos unos con otros. La forma en que tomamos las decisiones en esta Corte garantiza su perdurabilidad".
En ese sentido, Rosenkrantz consideró que "sin duda esto llegó para quedarse" porque son "pares" e insistió: "Muchas cabezas piensan mejor ciertas cuestiones administrativas intrincadas. El sistema es mejor que el que rigió antes de mi Presidencia".
Asimismo, el titular del máximo tribunal analizó el desempeño de la Corte: "Sobrevivimos porque las decisiones que tomamos son de las cuales estamos jurídicamente convencidos".
"No siento presiones políticas en mi caso. Tenemos alguna sensibilidad a ciertas manifestaciones que ocurren por fuera de la Corte. Hay una actitud de respeto a la Corte y no ha habido presiones de ningún tipo. Si uno cree que es susceptible de ser presionado, no puede tener este trabajo", expresó.
Tenés que leerPresentaron una solicitud de juicio político para cuatro miembros de la Corte Suprema Por otra parte, Rosenkrantz también se refirió al sistema judicial y a las constantes críticas en su contra, ante lo cual aclaró que no todo es responsabilidad de los magistrados.
"Cuando vemos los procesos lentos, creemos que es responsabilidad de los jueces. Hay cuestiones procesales que escapan a los jueces, hay elementos del proceso que lo ralentizan como la idea del abogado de recurrir a otras instancias. Los procesos judiciales pueden terminar en errores por eso hay necesidad de revisiones", señaló.
"No hay nada peor que un inocente condenado. El modo de mejorar requiere ciertos cambios organizacionales que la Justicia debe encarar. Debe haber cambios en lo procesal pero también en la forma del ejercicio de la profesión", indicó el presidente de la Corte.
Y remarcó: "En un Estado liberal y democrático, la libertad es la regla y la restricción es la excepción. Pena y venganza son, ante todo, antinómicas. La idea de la puerta giratoria tiene que ver con la gestión de la prisión preventiva. Esta se usa cuando los acusados pueden entorpecer el proceso. Hay una tendencia de los países a recurrir al punitivismo para resolver la seguridad. La seguridad no se puede hacer al margen de la Constitución y la presunción de inocencia. Las prisiones preventivas no deben ser arbitrarias".
"Estoy convencido de que el que cree que lo jurídico y lo político es lo mismo no puede ser juez. El Poder Judicial y la Corte no pueden ser instituciones políticas. Nuestra única política posible es el resguardo de la ley", insistió.
Finalmente, el magistrado se refirió a la causa por presunto espionaje ilegal en la que fue citado a declarar como testigo por parte de la jueza federal María Romilda Servini: "Me llamó a testificar en una causa de supuesto espionaje al Grupo Indalo, Cristóbal López y Fabián de Sousa. Se investiga a funcionarios del Gobierno anterior. Me preguntó sobre si conocía a los imputados, al Grupo Indalo. Me une una relación de amistad con Fabián Rodríguez Simón y Mario Quintana".
Con información de NA y Télam