Otra Sesión Preparatoria con fuertes tensiones en el Senado
No hubo cambios en los nombres de los vicepresidentes, ni en la mesa directiva. Sin embargo, entre desprolijidades y algunas escenas de cierto amateurismo, dominó la confusión.
Gentileza Prensa Cámara de Senadores de Santa Fe Inédito: a la senadora Cristina Berra, electa otra vez vicepresidenta segunda de la Cámara alta, no la votaron sus flamantes compañeros del bloque Lealtad.
La historia se repitió, como comedia. O mejor como una tragicomedia, en esta apurada cita de la conocida expresión hegeliana. Como en la primera sesión preparatoria del Senado santafesino, aquella de diciembre de 2019, cuando se discutieron los integrantes de las comisiones ante los invitados especiales y las familias de los senadores, hubo este jueves 29 de abril unas muy fuertes tensiones y episodios poco prolijos.
Otra vez quedaron expuestas en el recinto diferencias que muestran el estado de las peleas en el peronismo del Senado, en medio de un acto en el que juran las autoridades de la Cámara que son designadas por los senadores, para cada período ordinario de sesiones, y que acompañan al vicegobernador que (solamente) preside las sesiones.
Se elige nada menos que la tercera autoridad en orden sucesorio de la Provincia. Pero la sesión preparatoria se pareció a una asamblea de estudiantes, más allá de los deseos de sus protagonistas.
Hubo aplausos unánimes para la jura de Rubén Pirola (PJ-JDP-Las Colonias) como presidente provisional del Senado, del vicepresidente primero Germán Giacomino (UCR-Constitución) y de la vicepresidenta segunda Cristina Berra (PJ-Lealtad-San Martín). Pero debieron haber quedado detrás de bambalinas los enojos, los gritos del jefe del radicalismo Felipe Michlig (UCR-San Cristóbal) aunque tuviera razón de quejarse de que se lo privara de hablar, las cuentas mal sacadas en la Secretaría Parlamentaria y las maneras fuera de reglamento de intentar reencauzar una sesión que comenzó mal: con una intervención algo confusa del senador Ricardo Kaufmann (PJ-Lealtad-Garay).
El senador de la zona de la Costa sorprendió al anunciar que el bloque que integra se abstendría de votar a cada uno de los que iban a ser designados.
Gentileza Prensa Cámara de Senadores de Santa Fe Les pido que tomen asiento y que guarden silencio. Y si no, voy a establecer yo un cuarto intermedio , dijo en tres oportunidades la vicegobernadora Alejandra Rodenas, que en rigor no tiene atribuciones reglamentarias para ello.
"Les pido que tomen asiento y que guarden silencio. Y si no, voy a establecer yo un cuarto intermedio", dijo en tres oportunidades la vicegobernadora Alejandra Rodenas, que en rigor no tiene atribuciones reglamentarias para ello.Foto: Gentileza Prensa Cámara de Senadores de Santa Fe
Al principio no se entendió muy bien qué quería decir, pero luego explicó con toda calma y claridad que su bloque optó por la abstención para mostrar su disconformidad ante el entendimiento entre los demás senadores que habían acordado, a espaldas de Lealtad, cargos y comisiones.
"No se ha consultado nuestra opinión. No hay ninguna cuestión personal, todo lo contrario, es una cuestión de procedimiento; en este proceso de designaciones se ha ignorado la opinión del bloque Lealtad. Hay una parte del justicialismo que ha preferido con toda libertad unirse con la oposición. Para nuestro bloque es una cuestión de equidad y dignidad", concluyó.
Acaso porque al comenzar su intervención Kaufmann dio un rodeo demasiado largo, o simplemente porque no estaba previsto, la vicegobernadora Alejandra Rodenas creyó conveniente tomar aquellas palabras como una posición personal del representante por Garay, y no de todo el bloque.
Buscó ayuda en el jefe de la bancada leal, la más cercana a la Casa Gris, pero Alcides Calvo guardó silencio porque consideró que estaba todo dicho o tal vez, su voz resultó inaudible para la transmisión en vivo de la sesión.
Todo fue más claro cuando luego habló Marcos Castelló (PJ-Lealtad-La Capital), que dijo lo mismo que Kaufmann, que la bancada no iba a votar "en todos los actos de esta sesión preparatoria".
Entonces, probablemente porque sabía que iba a ser electa como vicepresidenta segunda nuevamente Berra, que justamente un par de horas antes había oficializado su pase a Lealtad con Eduardo Rosconi, la presidenta de la Cámara repreguntó al líder de Kaniche: "¿senador, todos y cada uno de los integrantes de la bancada se abstienen?". Y tras el sí rotundo del ex concejal santafesino, el murmullo creció aún más al punto de lo desagradable.
Desde su banca virtual, pidió la palabra Hugo Sosa (PJ-JDP-Vera) y con diplomacia razonó: "no todos los integrantes del bloque que ha pedido la abstención están en condiciones de cumplirla" y de inmediato sugirió un cuarto intermedio.
Parecía que el médico del interior tenía el remedio para ordenar las cosas, pero Castelló insistió "que se vote", luego de que Armando Traferri, el jefe del bloque Nes, Juan Domingo Perón, también preguntara si realmente se iban a privar de votar a todos los propuestos. (Pensaba que sólo lo harían, como dos años atrás, al momento de tratar la moción para integrar las comisiones). Ni por fijar los días y horarios de la sesión iban a votar los senadores de Lealtad.
Entonces se desordenó la sesión tanto, que ya poco tenía de virtual porque estaban en sus bancas en el recinto casi todos los senadores, que reinaba una confusión inaceptable. En ese panorama, los que hablaban buscaban cómo evitarle a Berra la desagradable misión de no votar a sus pares de la mesa directiva.
Lealtad había dejado a la senadora en una situación imperdonablemente incómoda y de ella la dama salió como tal: votó por la afirmativa, en todos los casos, sin atender decisiones de su nuevo bloque, que lucieron muy improvisadas: no las enunciaron ni su presidente, ni su vicepresidente y provocaron lo impensado.
Es inédito: el bloque Lealtad llevó su queja respecto del acuerdo entre los otros justicialistas del Nes y el radicalismo (que sin dudas no los tuvo en cuenta), al punto de no votar por Berra, una de los suyos.
Todas las autoridades se aprobaron con cinco abstenciones de Lealtad, más otra de rigor: la de quien corresponde que no vote, porque ha sido designado.
Para cuando la sesión había terminado y pocos pensaban en las buenas intenciones de todos los que fracasaron en su intento de recuperar el diálogo, en los límites del reglamento, en el consenso que parece cada vez más difícil aunque se voten los proyectos que pide el Ejecutivo (habían avanzado cuatro leyes reclamadas por gobierno), en los costos ante la opinión pública que es de carne y hueso y sufre la pandemia, en la historia que se repite como farsa, y en las malas traducciones y las peores lecturas de "El 18 Brumario", rondaba un rumor por contactos de whatsapp: "Hubo una orden desde el gobierno, no votar por ninguna de las autoridades, además de no convalidar el reparto arbitrario de las comisiones".