Susana Rueda
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El Arzobispo de Rosario se opone con firmeza a la legalización del aborto y sostiene que el Estado debe acompañar y proteger a la mujer embarazada.
Susana Rueda
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Después de 7 intentos fallidos, varios proyectos que tratan la despenalización del aborto y la posibilidad de aborto gratuito, legal y seguro comenzaron a ser debatidos en el Congreso de la Nación, y también en cada espacio de la Argentina, con movilizaciones populares a favor y en contra (como la de este domingo).
La realidad del aborto clandestino golpea con fuerza poniendo en riesgo la salud y la vida de mujeres humildes que buscan una solución desesperada a su situación de emergencia y miseria, y resuelve la urgencia culposa de quienes pueden pagarlo en otras condiciones de salubridad.
Por supuesto, la Iglesia Católica ha sentado ya su posición al respecto, afirmando la nocíón de defensa de la vida desde el seno materno. Una línea firme que encarnan los obispos de todo el país, incluido el de Rosario.
Monseñor Eduardo Martin es un hombre amable, pacífico y conciliador, pero firme en sus convicciones y en la defensa de la línea trazada por el Papa Francisco. Sólo se muestra flexible cuando acepta que la iglesia no ha condenado con la misma fuerza y énfasis a los padres que abandonan a sus hijos, o dejan sin amparo ni compañía a las mujeres que embarazan.
—Usted ha dicho que este gobierno desilusionó a los votantes por plantear el debate sobre el aborto Monseñor. ¿Por qué?
—Es una crítica que yo hago. Es como una paradoja. Los votantes del Frente Progresista votaron a un candidato que se ha manifestado a favor de la vida y en contra del aborto (Luis Contigiani), cuando muchos de los votantes del Frente son pro aborto, y en el otro partido (Cambiemos) también votamos candidatos que están a favor del aborto, cuando el presidente dice que está en contra. Entonces los votantes no hemos sabido qué votábamos, porque en este tema votamos a ciegas. Yo como votante no he sido interpretado.
—Pero ahora se han hecho encuestas que señalan que la mayoría de los argentinos está a favor de la despenalización...
—Bueno, hay que ver las encuestas. Acá hacen encuestas también de las elecciones y después resulta que los resultados son al revés; los que dan como ganadores pierden y los que dan como perdedores ganan. En este tema me gustaría ver especialmente la seriedad de las encuestas. pero yo quisiera distinguir.
Nosotros, los cristianos, los católicos particularmente, y también los sacerdotes y los obispos, además de ser cristianos somos ciudadanos argentinos, y cuando esto lo planteamos en la arena pública lo hacemos no desde el dogma de la fe o desde la religión, sino desde la razón humana, que encuentra argumentos valederos para sostener que hay que respetar la vida desde su concepción hasta la muerte natural.
—El argumento sobre defender la vida a veces puede sonar injusto con las mujeres, porque en las marchas por la seguridad por ejemplo la mayoría de las participantes son mujeres. Las mujeres somos las principales adversarias de la guerra, de las armas y de la violencia. Por eso genera cierto escozor que desde la Iglesia, cuya jerarquía eclesiástica está encarnada básicamente por hombres, no se contemple la desesperación y la soledad con que llegan las mujeres al momento del aborto.
—Nosotros tenemos asociaciones que justamente intervienen ante mujeres que se ven en dificultad, que tienen miedo, que tienen problemas económicos, que por alguna circunstancia se ven tentadas en hacerse un aborto. Y se las acompaña para que puedan finalmente tener a su hijo. y en última instancia si no pueden educarlo por las circunstancias de su vida, puedan darlo en adopción.
—Esa es una decisión tremenda también. una vez que el niño nace, la entrega en adopción es la opción más dolorosa. Por eso hay tan poco bebés que se entregan para adopción.
—Pero es que cuando una mujer se hace un aborto, eso también genera consecuencias psicológicas y espirituales. Yo conozco mujeres arrepentidas de haberse hecho un aborto, pero no conozco mujeres arrepentidas de tener un hijo. En mis 25 años de sacerdocio, antes de ser obispo, he confesado muchos casos de aborto, y con un dolor y un arrepentimiento por lo que habían hecho. Entonces nosotros entendemos que hay que buscar leyes que sean positivas. Hay que leer el artículo 75, párrafo 23 de la Constitución Nacional argentina, que dice que hay que proteger al niño desfavorecido, y desde el embarazo hasta la lactancia.
—Sin embargo, miles de mujeres pobres embarazadas sienten absoluta soledad, y desamparo, y miles de niños deambulan pidiendo en las calles.
—Pero es lo que está marcando la Constitución. Por lo tanto la que está en deuda es la dirigencia, es el Estado. La Constitución dice que a la madre también hay que cuidarla. La solución no es matar a alguien para resolver el problema.
—¿Y cuál es el mensaje para los hombres? Porque hay miles de hombres que abandonan a sus hijos, que no se arrepienten de tener hijos porque nunca los reconocieron, y abandonan a las mujeres después de embarazarlas. Sin embargo, no tienen sanción social ni punibilidad por ese “aborto” que promovieron de alguna manera.
—Deberían sancionarse leyes para obligar a los hombres a hacerse cargo de sus hijos.
—Sin embargo, la Iglesia no parece cuestionar esta actitud con la misma contundencia.
—Sor Juana Inés de la Cruz decía “”hombres necios que acusáis a la mujer sin razón sin ver que sois la razón de los mismo que culpáis”, y tenía razón. Acá nadie tiene coronita. Esto está focalizado en la mujer porque es la que lleva el niño en el vientre, evidentemente es la que carga con el mayor peso, y en el fondo es su decisión la que determina el aborto. Yo he tenido casos de chicas que han venido dolorosísimas porque me decían que si no abortaban la echaban de la casa. No es que la Iglesia no comprenda esas situaciones, Además cuando una mujer viene a pedir perdón no le vamos a dar un castigo ejemplar, sino lo contrario. Lo primero es decirle “Dios te perdona.” Pero lo que vemos es que lo que más nos cuesta a todos es perdonarnos a nosotros mismos.
—La iglesia vivió un momento difícil cuando se sancionó en la época de Alfonsín el divorcio vincular. ¿Ustedes ven el ingreso al Congreso del proyecto de aborto como un quiebre?
—No, el debate está abierto, el resultado es incierto. Pero si no sale la ley, no nos quedaremos de brazos cruzados, porque todo ser humano tiene que seguir trabajando en favor de la vida. Y si saliera una ley en favor del aborto, también seguiríamos trabajando en favor de la vida.
Las leyes son necesarias, pero si son buenas mejor. Creemos que sería mejor una ley que acompañe la vida de la mujer y la vida del niño, como dijo el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez. El es un agnóstico, es del Frente Amplio, y vetó la ley de aborto diciendo que el grado de evolución de una sociedad se mide por la defensa de los más débiles. Y que la solución es la solidaridad, no eliminar a uno para resolver el problema del otro.
El compromiso nuestro por la vida es ineludible, haya ley o no la haya. Leí un artículo el otro día que decía que en Italia, donde está la ley, los abortos clandestinos siguen, porque culturalmente a las mujeres les termina dando vergüenza ir a sitios oficiales a practicarse un aborto.
El proyecto en discusión
Si bien el congreso analiza varios proyectos de ley con diferentes modalidades, el promovido durante la Campaña por el aborto Legal, seguro y gratuito cuenta con la firma de más de 70 legisladores de distintos partidos políticos. En la elaboración participaron médicas, bioeticistas, comunicadoras, abogadas y antropólogas, y sostiene el espíritu del primer proyecto presentado hace 11 años, que contó con la firma entre otras de la actual intendenta de Rosario Mónica Fein, entonces diputada. Básicamente establece que “toda mujer tiene derecho a decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras 14 semanas, y sin restricción de tiempo en caso de que éste sea producto de una violación, o si estuviera en riesgo la vida de la mujer y si existieran malformaciones graves que implicarían la inviabilidad extrauterina del feto”. Además establece que” las obras sociales y el sector público de salud están obligadas a brindar a sus afiliadas o beneficiarias la cobertura integral” en todas las formas en que establece la Organización Mundial de la Salud.. Los artículos 11 y 12 derogan los artículos del código penal que “pena de uno a cuatro años de prisión a las mujeres que causaren su propio aborto o consintieran para que otro se lo realice y a los profesionales de la salud que lo practicaren”
La campaña siempre tuvo como consigna el aborto como última opción: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, y aborto legal para no morir”
El sueldo de los obispos
—¿Le molestó que se divulgara el sueldo de los obispos?
—No, es una información pública, Yo gano 46 mil pesos, pero no es un sueldo, no tiene obra social ni aporte jubilatorio. Eso se lo dan a la Conferencia Episcopal y la Conferencia lo envía a cada Arquidiócesis. La contadora o ecónoma del obispado es la que administra, yo tomo para mis gastos y después para distribuir en obras.
—¿Le alcanza?
—Sí, claro. Yo tengo la conciencia tranquila de no haberme enriquecido con el ministerio.