Nancy Balza
En 15 años el porcentaje aumentó del 15 a más del 35 %. A través de entrevistas a 95 trabajadoras de las cinco regionales más importantes de Santa Fe se establecieron experiencias, demandas, dificultades y logros de esta población. El estudio revela además, qué cambios operaron en los últimos años.
Nancy Balza
Ingreso; formación; familia y trabajo policial; carrera; tareas policiales; relaciones con la ciudadanía, uso de la fuerza y armas de fuego; relaciones con los varones policías; maltrato laboral, y acoso sexual. Esos son los nueve tópicos que se analizaron a través de entrevistas con 95 mujeres que integran la fuerza policial en las principales regionales de la provincia.
El resultado es una radiografía de las "experiencias, representaciones y prácticas en relación a su inserción en el trabajo policial, identificando diversos problemas y dimensiones", tal cual sintetiza la conclusión de esta investigación social inédita, desarrollada entre 2020 y 2021 por un equipo liderado por el docente e investigador Máximo Sozzo (ver Ficha técnica).
El primer dato que revela el informe denominado "Trayectorias y Roles Laborales de las Mujeres Policías de la Provincia" es que la presencia femenina en la fuerza creció en los últimos años: "En la provincia de Santa Fe, para 2005, de 15.020 policías, 2321 era mujeres (un 15,4%). En 2020, de 21.563 policías, 7601 eran mujeres (un 35,2%). En términos absolutos el número de mujeres policías en esta jurisdicción más que se triplicó y en términos porcentuales esto implicó más que una duplicación en sólo 15 años.
Pero, ¿cómo ingresan las mujeres a la fuerza policial? ¿Qué las motiva? ¿Cómo es su desempeño una vez que ingresan? ¿Existe también allí el "techo de cristal"? ¿Cómo es la relación con los varones? Estos son algunos de los puntos que se abordan en el relevamiento cuyos resultados se conocieron ahora. "Consideramos que esta investigación, en su conjunto, genera un aporte fundamental a los fines de alimentar el debate público acerca de las decisiones y acciones en materia de política policial con respecto a las mujeres policías, que busquen promover la igualdad y el mejoramiento de sus condiciones de trabajo", sintetizan sus autores.
A la hora de delimitar las motivaciones de las mujeres para ingresar a la institución, las entrevistadas subrayan la importancia de la "vocación policial", colocando en un segundo plano la búsqueda de estabilidad económica y el peso de la presencia de familiares cercanos que son parte de la fuerza policial. Sin embargo, más de la mitad tenían un familiar cercano al momento de decidirse a ingresar a la fuerza y de las que no lo tenían en ese momento, más de un tercio lo tienen actualmente. Esto parecería indicar que sí existe un peso significativo de la 'familia policial' en las dinámicas del ingreso a la institución policial. La gran mayoría de las entrevistadas -8 de cada 10- no se arrepiente de haber ingresado a la policía.
En cuanto a la capacitación, quienes fueron a la Escuela de Cadetes -poco más de un cuarto del total- tienen frecuentemente una mirada relativamente positiva -aunque señalan experiencias traumáticas y violentas, consideran que fueron útiles para prepararlas para el trabajo policial. Solo un sexto presenta una mirada negativa. Las que fueron a los Centros de Instrucción en Destino -poco más de un décimo del total- tienen mayoritariamente una mirada negativa de la formación recibida, en función de su corta duración y su escasa calidad. En cambio, más de la mitad de las que fueron al Instituto de Seguridad Pública -casi dos tercios de las entrevistadas realizan una valoración positiva de su formación inicial.
La existencia de relaciones de pareja con otros/otras policías se encuentra ampliamente extendida entre las entrevistadas. Todas sostienen que se trata de un fenómeno muy difundido. Casi dos tercios sostienen que cuando ambas partes de la pareja son policías resulta muy difícil conciliar las exigencias laborales con la vida en común. Un cuarto de las entrevistadas, sin embargo, sostienen que eso aporta comprensión acerca de las exigencias del trabajo policial y lo vuelve más fácil. Sólo un tercio sostuvo que la existencia de una relación de pareja en ese ámbito ayuda a la integración de las mujeres en la institución policial.
La enorme mayoría de las entrevistadas se opone a que sus hijos e hijas ingresen a la institución policial.
Casi 9 de cada 10 entrevistadas sostuvo que resulta difícil articular las exigencias de la vida familiar -con su sobrecarga de tareas de cuidado en las mujeres en comparación con los varones- con las exigencias del trabajo policial.
Más de la mitad de las entrevistadas sostuvo que la institución policial no se ocupa adecuadamente de los problemas que nacen en el trabajo policial como consecuencia de las tareas de cuidado asociadas a la maternidad. En el resto que opinó más positivamente se tiende a enfatizar que esto ha cambiado en los últimos año
7 de cada 10 entrevistadas sostienen que existe igualdad de oportunidades para el ascenso en la carrera policial entre varones y mujeres. Muchas de ellas afirman que esto es resultado de un cambio en los últimos años. Un quinto, sin embargo, afirma la persistencia de desigualdades que asocian al machismo.
Dos tercios de las mujeres policías afirman que las posibilidades de ascenso para las mujeres en la carrera policial han mejorado en los últimos años. Ese porcentaje asciende 9 de cada 10 entre quienes ocupan posiciones directivas, reflejando sus propias trayectorias profesionales.
8 de cada 10 entrevistadas sostuvieron que no han tenido personalmente obstáculos por el para ascender en la policía por el hecho de ser mujer. Sin embargo, muchas de ellas señalan que conocen casos en donde eso ha ocurrido.
Poco más de un cuarto de las entrevistas sostienen que las mujeres deben trabajar más duro que los varones para ascender en la jerarquía policial. Esa creencia esta más difundida entre quienes ocupan posiciones directivas y menos entre quienes están en la base de la estructura jerárquica.
6 de cada 10 entrevistadas consideran que muchas veces las mujeres policías deciden no ascender en la carrera policial y muchas entrevistadas asocian esta decisión a la necesidad de compatibilizar su trabajo con las exigencias ligadas a las tareas de cuidado asociadas a la maternidad que recaen desigualmente sobre sus espaldas.
La enorme mayoría de las entrevistadas -8 de cada 10- consideró que el hecho de que haya una jefa de policía en la provincia es un incentivo y un mensaje al resto de las mujeres policías acerca de que es posible ascender en la estructura jerárquica. 7 de cada 10 mujeres policías consideran que es posible actualmente alcanzar el grado máximo de desarrollo de su carrera policial que tienen en mente.
La enorme mayoría de las mujeres policías consideran que se encuentran igualmente capacitadas que los varones policías para ocupar puestos de mando. Algunas entrevistadas señalaron incluso que las mujeres aportan una serie de cualidades específicas que les permiten ganarse el respeto y consolidar su liderazgo, como el mayor apego a las reglas y la mayor predisposición al diálogo.
Una enorme mayoría de las entrevistadas están satisfechas con su trabajo -más de 8 de cada 10. Entre quienes manifiestan insatisfacción aparecen diversos motivos como el estancamiento en la carrera policial y experiencias de maltrato laboral.
6 de cada 10 mujeres policías dijeron realizar exclusivamente tareas administrativas -mientras que de acuerdo al Censo Policial 2020 esta opción es elegida solo por 2 de cada 10 policías. Solo un cuarto de las entrevistadas señala que se dedican exclusivamente a tareas vinculadas a la policía de seguridad. El resto se desempeña en otras áreas, como capacitación.
En el plano de las experiencias personales, casi 6 de cada 10 de las entrevistadas afirmaron que en el pasado se habían encontrado con varones policías (sean sus superiores o sus colegas) que impugnaran su capacidad de llevar adelante determinada tarea dentro del trabajo policial por el hecho de ser mujeres. Pero sólo un 14% dijo experimentarlo en la actualidad
Casi la mitad de las mujeres policías consideran que experimentan el estrés del trabajo policial de una manera más marcada que sus pares varones. Asocian esto a las responsabilidades que implican las tareas de cuidado en el contexto familiar que recaen frecuentemente sobre sus espaldas. Pero también a la necesidad de demostrarle a los varones policías de lo que son capaces y a la constante posibilidad del maltrato y el acoso.
La enorme mayoría de las mujeres policías -9 de cada 10- señalan que los varones policías las apoyan cuando es necesario en el desarrollo de sus labores cotidianas del mismo modo que lo hacen con los varones policías. Al explicar esto señalan frecuentemente la existencia de un compañerismo que va más allá de las diferencias de género. Pero también emerge la existencia de un cierto "paternalismo" que revela la persistencia de la desigualdad y la identificación de la mujer en la policía como débil y necesitada de cuidado por parte de los varones policías. También la enorme mayoría -casi 9 de cada 10- entrevistadas señalan que confían en sus compañeros varones en el desempeño de sus tareas en el trabajo policial cotidiano.
Más de la mitad de las mujeres policías consideran que la imagen que la ciudadanía tiene de la policía es la de un agente policial varón. Casi dos tercios de las entrevistadas consideran que la ciudadanía trata desigualmente -en forma más negativa- a las mujeres con respecto a los varones policías. 4 de cada 10 mujeres policías señalan que, a lo largo de su carrera, ha sido maltratada alguna vez en el desempeño de su tarea "en la calle" por el hecho de ser una mujer y no un varón policía.
La enorme mayoría de las entrevistadas -casi 9 de cada 10- ha participado alguna vez a lo largo de su carrera en la detención de un/a ciudadano/a. A su vez, dos tercios de ellas sostuvieron que para efectivizar la detención tuvieron que hacer uso de la fuerza, en general acompañadas de compañeros varones, aunque también existen relatos en que solo actúan mujeres policías.
7 de cada 10 mujeres consideran que el arma de fuego es un elemento fundamental para el desarrollo del trabajo policial. La mayor parte de las mujeres policías -8 de cada 10- no tenían experiencia de manejo de armas de fuego antes de ingresar a la policía. 6 de cada 10 mujeres policías nunca han usado sus armas de fuego en el marco de sus tareas policiales. Este porcentaje es extraordinariamente menor entre el personal directivo -poco más de un cuarto de este grupo. Un tercio de las entrevistadas fue herida alguna vez en el marco del cumplimiento de sus tareas policiales, pero nunca con un arma de fuego.
Tres cuartas partes de las entrevistadas piensan que los varones policías recurren más al uso de la fuerza para cumplir su trabajo que las mujeres policías. Las mujeres policías justifican esto diciendo que ellas suelen recurrir en mucho mayor medida al diálogo y a la mediación.
Casi la misma proporción de mujeres policías -4 de cada 10- trabajan en ámbitos en donde son mayoría los varones policías y en ámbitos en donde son mayoría las mujeres policías mientras el resto trabaja en espacios con igual proporción de varones y mujeres. Sin embargo, 6 de cada 10 tienen superiores varones. 8 de cada 10 consideran que el trato respetuoso por parte de los varones policías se encuentra en la actualidad más difundido que en el pasado en la institución policial.
El Proyecto de Investigación Trayectorias y Roles Laborales de las Mujeres Policías de la Provincia- Provincia de Santa Fe estuvo a cargo de un equipo de trabajo del Programa Delito y Sociedad de la Universidad Nacional del Litoral, a partir de un acuerdo con el Consejo Federal de Inversiones que aportó los recursos para su realización, a partir de la propuesta de la Subsecretaria de Bienestar y Género del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Santa Fe.
Se inició en septiembre de 2020 y hasta 2021 fueron entrevistadas 95 trabajadoras policiales que se desempeñan en las cinco unidades regionales más importantes de la provincia, con diferentes grados y antigüedades, y en distintas tareas policiales.
La dirección estuvo a cargo de Máximo Sozzo, y el equipo de trabajo estuvo integrado por María Victoria Puyol, María Paula Spina, Juan Saba, Rocío Truchet y Guadalupe Jancick.
Un tercio de las mujeres policías consideran que el maltrato laboral se encuentra difundido en la institución policial y 1 de cada 10 entrevistadas dijeron haber tenido alguna experiencia de maltrato por parte de otra mujer policía. Frente a estas situaciones, solo un puñado de mujeres policías realizaron una denuncia formalmente.
Otras reacciones resultan mucho más frecuentes como hablar con compañeros y compañeras de trabajo para buscar alguna forma de apoyo, enfrentar directamente a quien las maltrata para poner fin a esa situación, hablar con un superior para que haga cesar la situación y pedir el traslado a otro lugar de trabajo. Se observa una fuerte predominancia de modos informales de resolver este tipo de problema.
En torno al acoso sexual, 4 de cada 10 mujeres policías sostuvieron que es un fenómeno difundido en la policía santafesina. A medida que se desciende en la escala jerárquica el acoso sexual se representa como más difundido.
Casi la mitad de las entrevistadas consideran que el fenómeno del acoso sexual contra las mujeres en la institución policial ha venido disminuyendo en los últimos años. 8 de cada 10 mujeres policías que padecieron una situación de acoso sexual señalaron que los protagonistas eran sus superiores jerárquicos, lo que evidencia su fuerte vinculación con las relaciones de mando y obediencia al interior de la institución policial.
Sólo el 12% de las mujeres policías dijeron haber denunciado formalmente el acoso sexual sufrido.
Capacitación en género
De la investigación que incluyó entrevistas a 95 agentes policiales, se concluye que casi dos tercios se manifestaron de acuerdo con que las actividades policiales ligadas a la violencia de género sean llevadas adelante casi con exclusividad por mujeres policías. El resto suele enfatizar, sin embargo, que "lo importante es la capacitación con perspectiva de género, independientemente de que se trate de varones o mujeres policías".