Traferri sostiene que los fiscales que pide apartar trabajaron en la vivienda del ex ministro Sain
El legislador es una de las víctimas en la causa de abuso de autoridad del ex ministro de Seguridad. De ella lleva pruebas a la fiscal Iribarren para que Edery y Schiappa Pietra ya no sean sus acusadores.
“Sufrí una persecución política”, advierte el senador por el departamento San Lorenzo que tras tres años de haberse refugiado en sus fueros pidió enfrentar el caso. Crédito: Manuel Fabatía
Esta semana se hicieron públicos los argumentos que los abogados del senador Armando Traferri despliegan, en 84 carillas, para solicitar a la fiscal regional de Rosario, María Eugenia Iribarren, que se cambie por otros a los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery, que lo habían acusado.
El representante reelecto por el departamento San Lorenzo no solo sostiene que fue imparcial la actuación de ambos, sino que hubo una "persecución con fines políticos" desde la Casa Gris en su contra, que usó recursos públicos y cometió incluso irregularidades en los procesos judiciales.
Traferri solicita a la fiscal regional de Rosario, María Eugenia Iribarren, que se cambie por otros a los fiscales que lo habían acusado. Crédito: Guillermo Di Salvatore
De la lectura del extenso PDF que llegó a los periodistas se desataca un hecho singular. En el departamento que era la vivienda del ex ministro de Seguridad Marcelo Sain en la ciudad de Rosario, los dos fiscales desarrollaron su trabajo en al menos una oportunidad, acompañados por funcionarios de Poder Ejecutivo Provincial.
El pedido de Traferri dirigido a Iribarren habla de una "entrevista exploratoria" a un presunto testigo que habría acercado información sobre el senador. Pero lo realmente curioso es que se haya usado ese domicilio de un ministro del gobierno provincial para labores judiciales, más allá del carácter que haya podido tener esa reunión. Hay bastante más que un vínculo institucional si en verdad se prestó a Edery y Schiappa Pietra la casa de Sain. Eso se desprende de la transcripción de los audios que se ventilaron en la causa que iniciaron los fiscales Ezequiel Hernández y Mariela Jiménez, quien luego se jubiló y fue reemplazada por Federico Grimberg.
Es de esa mal llamada causa de espionaje ilegal que se conocieron tantos audios sobre, por ejemplo, como Sain se ufanaba de utilizar métodos autoritarios y violatorios de las garantías constitucionales en sus órdenes a la policía durante la pandemia, cuando a su interlocutor le contaba de cómo había enviado al calabozo a una mujer por sacar a pasear su perro. El tiempo demostró que no era más que una escena imaginaria, pero también por entonces se divulgaron audios donde un alto funcionario del Ministerio de Gobierno, Gabriel Somaglia, le dice a Sain que había logrado "limar" en "tu protección" para que "numerosas escuchas" de "ciertas situaciones" sean (aparentemente luego de realizadas) "autorizadas por un juez". La causa contra Sain es por abuso de autoridad, entre otra figuras.
Argumentos y contexto
Traferri en su escrito busca demostrar que los fiscales carecieron de lealtad a los hechos, de probidad en el cargo y buena fe en su proceder. Lo hace mediante las pruebas de este otro expediente judicial en el que se ha comprobado la existencia de "perfilamientos" según la defensa de Sain o de "carpetas" sobre la vida privada de dirigentes políticos de la oposición e incluso del gobierno, empresarios, gremialistas, editores y titulares de medios (tal el caso de El Litoral) y periodistas. Entre ellos, se investigó al diputado provincial radical hoy gobernador electo Maximiliano Pullaro: todo fue ordenado desde la Casa Gris con la colaboración del Organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación. Ese esquema configura según la acusación contra Sain y otros ex funcionarios de ambos poderes una asociación ilícita.
Hay bastante más que un vínculo institucional si en verdad se prestó a los fiscales Edery y Schiappa Pietra la casa del ex ministro Sain. Crédito: Manuel Fabatia
La labor de los defensores de Traferri, Oscar Romera y Juan Murray, consiste en mostrar que eran parte de ese grupo también ambos fiscales. Las pruebas provienen en su mayoría de los teléfonos secuestrados en la causa que se ventila en la Fiscalía Regional de la ciudad de Santa Fe, así como de testigos de esa causa. Constan conversaciones de un trato cotidiano, abundante -incluso cercano- entre Edery (hoy bajo la lupa en la Comisión de Acuerdos de la Asamblea Legislativa por su labor y contactos con una integrante de Los Monos), Schiappa Pietra y los colaboradores de Sain, tanto en el ministerio que encabezaba como en el OI del MPA, del que también seguía como director bajo licencia sin goce de sueldo.
Como tantas se ha dicho, con un pie en cada Poder, el poder de Sain era enorme y su paso marcó a la gestión del gobernador Omar Perotti pronta a terminar. El diputado provincial electo por Juntos también es señalado en algún párrafo en la acusación de Traferri contra los fiscales, aunque no aparezca en los títulos del texto.
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