Por violencia de género contra Fabiola Yáñez, Alberto Fernández volvió a ocupar la centralidad en Casa Rosada
Los rumores de discusiones con su entonces pareja siempre fueron recurrentes en la sede de Gobierno, mediante versiones que llegaban desde la Residencia de Olivos.
En el transcurso de su estadía en lo más alto del Estado nacional hubo intentos de conformar el “albertismo”, un fallido aparato de oposición al cristinismo. Foto: Reuters
Los cuatro años de Alberto Fernández en el poder vuelven a resonar más que nunca en Casa Rosada en estos ocho meses de la administración de La Libertad Avanza. El hombre elegido en su momento por Cristina Kirchner para ser parte de la fórmula del Frente de Todos, pero con él como candidato a presidente, llegó al sillón de Rivadavia luego de la gestión de Cambiemos que dejaba una inflación interanual del 53,8% y un plan económico que fracasó derivando en un empréstito del FMI por valor de 55.000 millones de dólares.
Alberto Fernández asumió como presidente de la República Argentina el 10 de diciembre de 2019 y entregó el cargo a su sucesor, Javier Milei, el 10 de diciembre de 2023. Foto: Agencia
La vuelta al poder del peronismo prometía ir en favor de una recuperación de la situación argentina, sin embargo, el 20 de marzo de ese 2020 -a tres meses de haber asumido- el Poder Ejecutivo emitió el Decreto 297 que dio inicio al aislamiento social, preventivo y obligatorio como consecuencia de la pandemia del Covid-19 que azotaba al mundo. Poco antes, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, había declarado a los acreditados en Balcarce 50: “Me preocupa más el Dengue que el Coronavirus”.
Esa primera medida se fue extendiendo en el tiempo con diversas variantes, como la DISPO, y durante dos años -atravesados por el polémico esquema de inoculación que generó denuncias como el denominado “vacunatorio vip” y la “fiesta en Olivos”- determinaron que esa imagen positiva de Fernández –que había alcanzado el 68%- cayera al 8% en agosto de 2022.
Diferencias con CFK
Las diferencias con quien había prometido no volver a pelear; su vicepresidenta, fueron in crescendo hasta tornar al gobierno del FdT en una interna permanente (aún irresoluta) y que culminó con la salida de Martín Guzmán del Palacio de Hacienda y la llegada de Sergio Massa, quien completó el mandato en Economía dejando un Índice de Precios al Consumidor interanual del 140 por ciento y una pobreza que rozaba el 45% con 20,8 millones de argentinos en esa situación.
Las diferencias con su vicepresidenta, Cristina Fernández, fueron in crescendo hasta tornar al gobierno del FdT en una interna permanente. Foto: NA
Con esos guarismos el Justicialismo apostó sus últimas fichas electorales al tigrense, quien fue derrotado por Javier Milei en la última vuelta del 19 de noviembre de 2023.
En el transcurso de esa estadía en lo más alto del Estado nacional hubo intentos de conformar el “albertismo”, un fallido aparato de oposición al cristinismo. El principal gestor de la idea circulaba frenético por Casa de Gobierno acercando referentes de diversos sectores a tal fin. Nos referimos a Juan “Juanchi” Zabaleta, que pasó de intendente de Hurlingham a la cartera de Desarrollo Social con el objetivo de conformar ese nuevo frente en conjunción con las organizaciones sociales más poderosas, como el Movimiento Evita, que ya tenía al socio de Emilio Pérsico, Fernando “Chino” Navarro con despacho en la sede del PEN.
Tanto la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) como los llamados “Gordos” de la CGT le pedían a Fernández que usara el poder que tenía para diferenciarse de la ex presidenta, especialmente después de la derrota acaecida en las legislativas de 2021, en las que días después, en un acto que se organizó en su apoyo por ese grupo de peronistas que se oponían al dedo de CFK y exigían internas, el entonces titular del Ejecutivo dijo en una Plaza de Mayo con muchas ausencias que “el triunfo no es vencer, sino nunca darse por vencido”.
En esas jornadas aciagas, en las que en medio de las tormentas con su vice le había soltado la mano a varios de los integrantes de su entorno más íntimo, Alberto Fernández se manejaba casi sin agendas públicas. Eso sí, mantenía como en los tiempos de Juan Pablo Biondi como vocero y amigo, asistencias a su despacho del primer piso del palacio gubernamental, que se alternaban con repentinas salidas que no se comunicaban oficialmente, sino que eran observadas por los periodistas que cumplen tareas en la Casa. Lo poco que se podía averiguar al respecto mediante fuentes que hablaban en off era que el mandatario solía ir a dormir siestas al departamento que le presta José “Pepe” Albistur en Puerto Madero, no muy distantes de la Rosada. Lo llamativo de esos movimientos era que el presidente solía hacerlos sin personal de custodia, y en más de una oportunidad en su auto particular.
El límite de los gritos
Los rumores de discusiones con su pareja, Fabiola Yáñez, siempre fueron recurrentes en la sede de Gobierno, mediante versiones que llegaban desde la Residencia de Olivos. Aunque algunos se atrevían a decir que muchas de ellas cruzaban el límite de los gritos, nadie podía chequear esa información porque el hermetismo es uno de los puntales de la Casa Militar que cubre la seguridad de Balcarce 50 y la quinta presidencial.
“Alberto primero te escucha, después te clava el visto, y al final te entrega”, dijo una persona que está hace más de cuarenta años en Casa Rosada y entabló una fuerte amistad con él (hoy terminada). Foto: Fernando Nicola/Archivo
De hecho, en septiembre de 2023 se filtró una decisión interna dirigida al personal que cumplía funciones en Villate 1000 que los obligaba a ingresar a cumplir sus tareas sin celulares ni dispositivos electrónicos y digitales que pudieran registrar nada de lo que allí acontecía.
Funcionarios del área de comunicación de aquel momento explicaron que era una decisión vinculada a temas de seguridad del presidente, sin dar mayores detalles. La resolución llegó a manos de la prensa acreditada en Balcarce 50 debido a las quejas de los trabajadores de esa locación que a partir de ese momento quedaban totalmente incomunicados con sus familiares durante largas jornadas laborales, inclusive aquellos que ni siquiera tenían acceso medianamente cercano al casco de la morada donde la pareja presidencial vivía.
Foto de cumpleaños
Antes de que tomara estado público el cumpleaños de Yáñez que se realizó en ese lugar cuando todavía se mantenía el encierro sanitario, en junio de 2021 Fernández recibió en Casa Rosada, en una actividad que inclusive apareció en una de sus irregulares agendas de trabajo, a una pintora mendocina, con la que almorzó y se sacó fotos en el despacho presidencial. Ese día la invitada -que le había regalado una de sus obras al anfitrión- explicó que hablaron de arte y que inclusive, él mismo le había hecho de guía en una recorrida por el Museo del Bicentenario y otras dependencias del histórico edificio gubernamental.
La foto del cumpleaños de Fabiola, en junio de 2021, desató una crisis general en el gobierno de Alberto Fernández durante la pandemia. Foto: NA
A causa de las críticas que produjo ese tiempo, que en el complejo contexto del país, el mandatario dispensaba a estos encuentros de tipo privado, se publicaron postales y vídeos donde se los ve a ambos con barbijo; ella sentada en el escritorio del despacho presidencial; detrás suyo en el paseo, y comiendo sonrientes.
Fuera de estas entrevistas públicas y en el marco de lo que hoy sale a la luz a través de la causa de los seguros -y la que deriva de esta- por violencia de género contra Fabiola Yáñez (mientras surge material audiovisual de personas que estuvieron en la sede Ejecutiva y están en las actas de visitantes) lo cierto es que siempre hubo sospechas sobre la posible falibilidad de los registros de ingresos y egresos a Gobierno y Olivos.
Registros quemados
En 2015, un cortocircuito generó un incendio y provocó que se perdiera gran parte del historial de personas que entraron a Casa Rosada. En ese momento, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, aseguró que existía un backup de todo, que en rigor de verdad, nunca se dio a conocer. En 2009, el mismo funcionario había ordenado iniciar un sumario interno para investigar por qué la presencia del “valijero” Guido Antonini Wilson, no figuraba en los controles de la Casa de Gobierno.
Esta semana el vocero presidencial Manuel Adorni, después de repudiar el hecho por los que se lo acusa a Fernández -si es que los confirma la Justicia, aclaró- fue quien garantizó que colaborarán con la investigación en lo que sea necesario en base a los hechos que se podrían haber sucedido en la sede del Poder Ejecutivo Nacional y en la quinta de Olivos. El representante de Javier Milei pidió “que esto no quede en la nada, y ojalá que todo sea una gran confusión, pero me parece que el sentimiento es que acá no hay demasiada confusión”.
Muchos se preguntan cómo es que, pese a que en términos judiciales, todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario, el ex presidente esté casi en una absoluta soledad y no reciba apoyo más que de su compañero y ex secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, y un medio hermano. Hubo respuestas en Casa Rosada de parte de una persona que está allí hace más de cuarenta años y entabló una fuerte amistad con él (hoy terminada), inclusive desde antes de que fuera jefe de Gabinete de Cristina y Néstor Kirchner: “Alberto primero te escucha, después te clava el visto, y al final te entrega”.
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