La vida institucional de los pueblos y ciudades de la provincia tiene una fuerte impronta social, con marcas que quedan enquistadas en las comunidades. Este 28 de febrero se cumplieron 80 años de una institución que convivió con una buena parte de la historia de la localidad: el Centro Comercial Industrial, Rural y de Servicios de Ceres.
Desde el noroeste de la provincia, Darío Bovero, presidente de la entidad, comentó cómo los encuentra esta celebración de ocho décadas de permanencia en la comunidad ceresina. "El aniversario nos agarra con una situación compleja, tras un año atípico. De todos modos, recibimos el nuevo aniversario con un centro comercial muy activo. Se ha renovado la comisión casi por completo en el último tiempo y hemos podido armar un muy lindo grupo de trabajo. El año pasado estuvimos en el día a día por los motivos de la pandemia, con las actividades que debieron suspenderse y manteniendo reuniones con el Poder Ejecutivo local. Es decir que este año, también con pandemia, nos agarra con un centro comercial sólido y muy activo".
Actualmente hay 340 afiliados al centro comercial, aunque están en un plan de hacer nuevos socios. "Estamos conformes con el número pero creemos que tenemos para crecer y semana tras semana vamos detrás de ese objetivo con una estrategia que venimos utilizando ya desde el año pasado", dijo Bovero.
Actividad gremial empresaria
Uno de los principales desafíos de los centros comerciales ese justamente ese: hacer que la gente se acerque a trabajar en lo institucional, a sumar ideas y proyectos. "Acá se hace todo a pulmón y uno debe dejar sus actividades personales para tener un centro activo, pero hemos armado un lindo equipo, con jóvenes, profesionales y gente con muchas ganas", remarcó el dirigente.
Para Darío Bovero, el hecho de ser la comisión que está al frente del centro en sus 80 años de vida les pone la vara bastante alta. "Aquí han pasado dirigentes muy importantes y es una institución de referencia en la zona, que vio crecer mucho de la historia de la ciudad y la región. Además de lo comercial, en nuestra entidad se ha creado un colegio; la tarjeta postal hace muchos años; las primeras líneas telefónicas nacieron también desde el centro comercial, con lo cual es una institución que ha ganado un prestigio muy grande a lo largo del tiempo".
Ceres fue la primera ciudad de la provincia en entrar en cuarentena. "El balance que nos deja la pandemia es que nos aceleró un montón de procesos, pero de los cuales hemos sido participantes. Ceres fue una de las primeras ciudades que cerró prácticamente todas las actividades por el Covid. Nos pusimos a trabajar inmediatamente en varios frentes y armamos un buen canal de diálogo con el Ejecutivo y el Legislativo de la comunidad, de hecho hoy somos integrantes de la Junta Civil de Ceres, junto a otras instituciones. Esto fue muy importante porque hacía mucho tiempo que el centro comercial no integraba esa Junta, siempre en defensa de la comunidad y de los sectores que representamos. Y más allá de que nos agarró todo de golpe, sin un manual de instrucciones ni un horizonte claro hacia dónde ir, pero los avances se fueron dando", dijo el presidente del centro.
-El comercio, como otros sectores, ha mostrado nuevas expresiones en cuanto a la tecnología y frente a la imposibilidad de circular que hubo. ¿Ceres pudo subirse a esa ola o falta inversión en conectividad?
-La tecnología ha llegado más rápido de lo que pensábamos porque la pandemia aceleró ese proceso. Pero el gran punto de inflexión y el talón de Aquiles es la conectividad y la falta de inversión que hay en gran parte del interior. Igualmente, el comercio y los servicios empezaron a amigarse con las nuevas herramientas tecnológicas. Antes veníamos haciendo algo, pero la pandemia generó que quienes tenían recelo de esa utilización hoy no duden en hacerlo.
-Respecto de lo productivo, ¿qué impacto tuvo la caída de la actividad tambera?
-Hace años era preponderante en la zona, pero luego se fue diversificando. Hoy tenemos bastante agricultura en la zona y mucha cría y recría de ganado. Se dividen bien las actividades, aunque sí es cierto que la ola de cierre de tambos ha llegado a la región y ha cambiado algunos tambos por agricultura. Pudo mantenerse la actividad, que en el conjunto de las actividades vinculadas al agro hacen que sean preponderantes para la zona. Acá no tenemos fábricas, pero sí hay mucha producción rural primaria que es de suma importancia.
-¿Cuesta retener a los jóvenes o hacer que regresen tras formarse en las grandes ciudades, o aún tienen en el radar a su pueblo de origen?
-Cuesta mucho, fundamentalmente porque acá no tenemos nivel universitario ni terciario. Entonces, todo joven que tiene formarse en una profesión debe emigrar a otras ciudades como Santa Fe, Rosario, Córdoba, Rafaela, entre otras. Pero luego se hace que puedan volver.
"Son siempre buenas, tratando de ir para adelante. Los que estamos en las instituciones sabemos que generalmente las cosas son difíciles pero se le busca una vuelta de tuerca para que mejoren, y las oportunidades aparecen. En el Centro comercial estamos viendo con atención qué actividades aún quedan sin poder trabajar y analizando qué se puede hacer para ayudar a estos sectores, y tratando de acomodarnos a la nueva normalidad con mucha gestión por delante", proyectó Bovero.
Este lunes habrá un agasajo a la prensa, sin grandes festejos. Allí se hará un anuncio del proyecto de mejora de la fachada a la sede del Centro, resguardando la estructura del edificio que es un patrimonio de la comunidad.