El personal penitenciario deberá sacrificar las “mateadas” durante quince días, según informó a El Litoral el subsecretario de Asuntos Penitenciarios Héctor Acuña: “Hoy no tenemos ningún interno en el servicio a esta hora pero nadie puede garantizar que el virus no nos afecte”, argumentó el funcionario.
“Hoy tenemos 24 empleados con Covid positivo, 172 empleados aislados y 140 por decreto, en situación de riesgo; arrancamos con nueve positivos, todos contagiados fuera del ámbito penitenciario, los otros quince que se sumaron son de esa lista de aislados, es decir, no tuvimos un hecho positivo fuera de los que ya estaban aislados”, detalló Acuña. “Por eso – prosiguió - la prohibición de tomar mate es una orden interna que la establecimos en consonancia y con acuerdo de la plana mayor del servicio, con los jefes de cada unidad penitenciaria”.
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Además, el secretario admitió que la medida fue tomada “en función de la recolección de datos que tiene el Comité de Crisis”: “cuando nosotros aislamos a una persona, le preguntamos cuál fue el posible contacto con alguien positivo; muchísimos se sinceraron y dijeron ‘tomamos unos mates’”, puntualizó. “No dramatizo sobre la medida pero quiero pensar en voz alta: a nadie se le va a ocurrir cesantear o exonerar a un empleado por tomar mate, pero una cuestión de negligencia o una falta menor nos puede causar un perjuicio mayor”.
“Entonces -añadió-, en función de esa propia confesión de los empleados, nosotros decidimos por catorce días -no es mucho – tratar de aplanar la curva”. “Son medidas que intentan frenar la acción del virus en los lugares de servicio”, concluyó.
El dato: preparados para afrontar la crisis
Acuña insistió en que la medida es “preventiva”. Asimismo, aseguró que en caso de que se registren casos dentro de las unidades penitenciarias, están “preparados”: “el servicio cuenta con 4,5% de camas para aislamiento, mucho más de lo que exige la OMS, que establece entre un 2,5 y un tres por ciento”, adelantó.