Viernes 26.8.2022
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Un video que se dio a conocer en los últimos días y que nunca se había visto, muestra al suboficial principal venadense, Ricardo B. Ceppi, reparando en la Antártida el primer tractor Caterpilar que se llamó Venado Tuerto, a finales de los años '50 (1957). El material, fue difundido a través de las redes sociales por Ricardo Ceppi (H).
Este fragmento de historia recuperado con la presencia del mecánico Ceppi, da cuenta del viejo anhelo del general Hernán Pujato, fundador de las bases San Martín, en Bahía Margarita, y Belgrano, en la barrera de Filchner. Fue el puntapié inicial para darle forma a esta aventura extrema: colocar la bandera argentina en el vértice sur de la Patria, reafirmando los derechos de la soberanía territorial esgrimidos por el país en la Antártida Argentina.
Ese vehículo que aparece en el video y otros más, luego fueron reemplazados por tractores oruga marca Snow Cat, con los cuales 10 hombres recorrieron 2900 kilómetros en la región más inhóspita del planeta, plagada de invisibles grietas, bajo un clima extremo y esporádicos vientos blancos. Fue esa la primera vez que una expedición terrestre alcanzaba el Polo Sur desde el mar de Weddell, atravesando el Macizo Saravia para trepar a la Meseta Polar, y transitando siempre nuestro propio territorio.
Debe recordarse que el Snow Cat "Venado Tuerto", uno de los tres tractores que completaron la Primera Expedición Terrestre al Polo Sur en el año 1965 y posteriormente donado por Ricardo Bautista Ceppi al Complejo Museográfico Enrique Udaondo de la ciudad de Luján, fue declarado "Bien Histórico Nacional" por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos de la República Argentina.
10 hombres recorrieron 2900 kilómetros en la región más inhóspita del planeta.Crónica de la aventura
En 24 de octubre de 1965 es enviada una patrulla, denominada 82, con 4 hombres provistos de trineos para que asegurarán la ruta hasta los 83,2 grados Sur. Además, su comandante, el teniente Adolfo Eugenio Goetz, efectuaría inspecciones geológicas, analizando una zona totalmente nueva para el conocimiento del hombre.
Al contar con el trayecto marcado previamente, dos días más tarde, el grupo de la Operación 90 salió a buscar la travesía más importante, es decir, descubrir todos los rincones de lo que el país considera su soberanía en el territorio. Al día siguiente, soportando ráfagas que anulaban la visión y áreas de grandes grietas, los Snow Cat y los trineos de la patrulla continuaron su marcha hasta el cordón Santa Fe. A la Base Sobral, llegarían el 4 de noviembre, resistiendo temperaturas que rondaban los 33 grados bajo cero.
El jefe de la expedición describe, en un comunicado que envía al Comando en Jefe del Ejército, el lugar con el que se encontraban a cada paso: “El teatro en donde se desarrolló la Operación 90 forma parte de un continente extraño, que por sus condiciones geoglaciológicas, su clima, por inhóspito y falto de todo recurso, se opone terca y porfiadamente al cumplimiento de toda misión. Una tierra en donde se enseñorea una hostil naturaleza —la más fría y tempestuosa del planeta— reacia a los hombres, perros y máquinas y en donde las tormentas polares y las interferencias magnéticas anulan las comunicaciones y afectan a los instrumentos volviéndolos inexactos e influyendo, por lo tanto, en la inteligente confianza que el hombre debe depositar en los mismos. Un lugar en donde los lubricantes se convierten en sebo y los metales se cristalizan, donde las mejores aleaciones se quiebran al desintegrarse la materia”.
Casi un mes después de haber realizado el trabajo de abrir los caminos necesarios para llegar al objetivo, la Patrulla 82 se separó del grupo comandado por Leal. Una vez solos, los expedicionarios siguen su arduo recorrido para concluir la marcha hacia su mayor ilusión.
La meta era clara, pero los obstáculos eran cada vez más grandes. Se transitaba en intervalos largos y las maquinas sufrían desperfectos que hacían estudiar la continuidad de la expedición, debido a que sin los trineos era imposible llegar al Polo Sur. Un Snow Cat fue dejado en el camino como depósito de combustible y guía para hallar con facilidad el camino de regreso.
La situación era complicada, sin embargo, se planeó emplazar un campamento, sobre los 83 grados de latitud Sur y a 1900 metros de altura sobre el nivel del mar, para arreglar las averías. Una vez que se compuso el estado general del transporte, la Operación 90 continuó su camino y logro llegar, luego de 45 días, al Polo Sur.
El Snow Cat "Venado Tuerto", uno de los tres tractores que completaron la Primera Expedición Terrestre al Polo Sur en el año 1965.Flamea en el Polo Sur
El 10 de diciembre de 1965, el coronel Leal arriba en el lugar y coloca la bandera de la Patria, donada por la Asociación Antártica Argentina, en el solitario punto Sur de la Argentina. El mismo día en que se conmemora el inicio de la aventura hacia el Polo Sur, pero de 2008, es trasladado un tractor Snow Cat al Complejo Museográfico "Enrique Udaondo". En la actualidad, se encuentra en el Salón del Automóvil junto al Papamóvil, el Rambler Presidencial Argentino y otros vehículos que hicieron historia.
Crédito fotos y video: Ricardo Ceppi (H)