Los búfalos como terapia emocional para chicos con espectro autista
Un productor rural de San Martín de las Escobas impulsa el tratamiento con tres bubalinos en su campo. El proyecto, inédito en el país, es completamente gratis y tiene espíritu solidario. La iniciativa llegó a oídos de una cadena rusa que se acercó a hacer un informe que fue reproducido en 50 países y traducido a cuatro idiomas.
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Rodrigo Pretto
De acuerdo a las últimas estimaciones, en Argentina existen cerca de 200.000 búfalos distribuidos en Corrientes (unos 50.000), Formosa (otros 45.000) y el resto en Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe. Y en nuestra provincia, tres de ellos se encuentran en la localidad de San Martín de las Escobas. La causa es más que interesante y noble: realizar tratamiento con bubalinos, una alternativa a la equinoterapia para ayudar a chicos con espectro autista y adultos con otras discapacidades. El proyecto, de espíritu solidario, lo puso en marcha hace un año Marcelo González, un pequeño productor tambero. “Es gratificante ver cuando una mamá abraza al hijo y llora de alegría tras los primeros resultados”, le dijo a este medio.
La experiencia es inédita. O al menos no hay registro que se realice en el país. Con ayuda de internet y ante la escasa información en la materia, González descubrió que en 2010 el ejército tailandés llevaba adelante la terapia con búfalos para niños con espectro autista. “Estoy en contacto con la Asociación de Bubalinos de Corrientes y de Santa Fe, y no conocen que haya registro sobre esto en Argentina”, contó el productor que impulsa la iniciativa totalmente ad honorem y ya recibe la visita de personas de toda la región.
A su campo se acerca gente con patologías diferentes. Desde niños con autismo hasta adultos con pánico y personas que sufrieron algún ACV severo. “Hubo un chico que tuvo un accidente y luego de estar seis meses en su cama por problemas de ánimo y negarse a hacer la rehabilitación con el kinesiólogo, se acercó y comenzó a relacionarse con los búfalos. De venir un día a la semana, pasó a llegarse diariamente. Los resultados fueron fabulosos”, indicó orgulloso.
Según su experiencia, la diferencia entre la equinoterapia y el tratamiento con bubalinos radica en el comportamiento social de estos últimos animales. Si bien reconoció que el movimiento que generan los caballos es incomparable al momento de trabajar con personas que poseen inconvenientes motrices, los búfalos se destacan por ser animales de manada. “Al tomar contacto con los chicos, estos ya logran integrarse rápidamente porque se mueven siempre juntos. Además son animales muy inteligentes y nobles, obedecen y se pueden hacer ejercicios para que quienes vienen pierdan miedos y tomen confianza”.
“En nuestra primera visita, Ivo logró lo impensado para nosotros y amó el lugar. Ivo se sintió un niño valiente, seguro de sí mismo y para mí eso es motivo de celebración total. Como mamá de un niño con TEA (trastorno de espectro autista) les recomiendo esta maravilla de lugar”, escribió en su cuenta de Facebook Emilia Vallejos tras la experiencia vivida.
Del sueño a la terapia
El anhelo de González por criar un búfalo viene de larga data, más precisamente de hace dos décadas atrás. Sin embargo, por razones económicas nunca pudo llevar adelante su idea. Y fue a mediados del 2020 cuando, ante la inminente llegada del cumpleaños de uno de sus hijos, se comunicó con un conocido para adquirir un búfalo. “Al final me terminó regalando el animal, y como agradecimiento le dije que me iba a encargar de adiestrarle uno para él. Fue así que al momento de ir a buscarlos, terminé trayendo tres al campo”, recordó el productor sobre el primer momento en que tomó contacto con los bóvidos.
La respuesta fue automática y llamó poderosamente la atención de González. Es que con tan sólo dos meses de vida mostraron una reacción casi doméstica con el entorno. “A los ocho días de haberlos traído, ya seguían a los chicos como un perro. Los acompañaban para todos lados, los nenes se tiraban en el piso y ellos también se acostaban. Me llamó la atención la conducta y su comportamiento”, explicó.
Así las cosas, y al enterarse de que en el campo habitaban tres búfalos, los amigos de los pequeños mostraron interés por conocerlos. Y la reacción de los animales fue similar. “Se cree que son agresivos, aunque no es así. Por eso invité a un chico que tiene una discapacidad y observé cómo se comportaban con él y viceversa. Tuve muy buenos comentarios de las madres de los nenes. Ese fue el inicio de la terapia con bubalinos”, recordó.
La terapia que atrajo al mundo
Tras difundirse el proyecto con bubalinos, una cadena rusa se logró contactar con González para interiorizarse en el proyecto. Corresponsales dieron con el productor rural y se acercaron para realizar un informe. La noticia generó tal impacto a nivel mediático que en poco tiempo “ya se había emitido en 50 países del mundo y traducido a cuatro idiomas”.
Es más, el impacto fronteras afuera fue de tal magnitud que un antropólogo –también de Rusia– ya se comunicó con el productor rural y, de no mediar inconvenientes, en febrero del año próximo llegará junto a un equipo de profesionales para estudiar el caso de la terapia con bubalinos impulsada en San Martín de las Escobas.
Viajando con bubalinos
Hasta el campo se acercan profesionales para realizar ejercicios de rehabilitación con búfalos. Lo hacen dos veces a la semana, pero la intención es avanzar con este tipo de iniciativa por el interés y respuesta social. “Desde hace un tiempo vamos viajando por los pueblos con los animales para que los vecinos los conozcan. Hay mucha demanda por hacer el tratamiento, entonces empecé a organizar turnos de visitas los fines de semana. Igual, era mucha la cantidad de personas que quiere acercarse. Por esta razón tomamos la decisión de salir a recorrer nosotros cada localidad”.
Así, González ya coordinó su agenda con una recorrida por Colonia Belgrano, Carlos Pellegrini y San Lorenzo, punto donde colaborará con una profesional que realiza equinoterapia y se contactó para realizar tareas con bubalinos. “Como no puedo solventar los gastos de traslado porque no vivo de esto ni cobro por lo que hago, las comunas se encargan de afrontar los costos de traslado”, concluyó.