Ana Ines Dobal | [email protected]
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"Son imágenes que narran una pequeña gran historia y quienes deseen entenderla tienen que detenerse para recorrerla unos instantes", explica el responsable del boceto y la ejecución, Juan José Albornoz, apodado "Joselo". Un gran libro de hojas amarillas infinitas sobre el que se mueven niños y personajes caricaturescos. Nubes como colgadas del cielo, montañas que parecen jorobas de camellos o bochas de helado con topping, hongos, aviones de papel y mucho color, se amalgaman en un viaje de fantasía increíble, que indefectiblemente transporta al espectador a una experiencia lúdico-fantástica en grandes dimensiones.
"Me dicen Joselo, pero mi nombre es Juan José Albornoz. Dibujo y pinto desde siempre y comencé a realizar murales en la casa de mi papá cuando tenía unos 15 años". Joselo se dedica a la gráfica hace muchos años en Rufino y realiza trabajos ilustrativos únicos, además de murales. "Mi pasión es el dibujo, la historieta, el cómic y el manga, tengo trabajos de historieta propios, que aún no han salido a la luz, y el trabajo profesional incluye y desafía mi pasión", comparte el artista en relación a su tránsito por la disciplina ilustrativa. "Nos basamos en el famoso cuento El Principito, sumando algo de fantasía e infantil".
Todo comenzó con un mural pintado en el área del arenero del patio del jardín, y esa obra fue el principio de la historia que terminó con la manifestación del gran mural en el frente. "Empecé con trabajos de gráfica para la institución y la directora, Mariana Pérez, me propuso hacer un mural en el arenero", recuerda.
Según detalla Joselo, la idea fue sugerida por el plantel docente para ese primer mural y él dio el okey sin titubear; la única condición que puso fue que "cuando pensaran en renovar la fachada que da a calle Meunier -una extensa y pintoresca pared en el frente- me llamaran a mí para hacerlo", compartió, agregando que así fue. "En tres días pinté la obra en el arenero y cuando la Dirección la vio terminada me dijo: 'antes de irte, pintamos el mural en el frente'", a lo que inmediatamente dije sí, "mañana les muestro el proyecto en borrador y si les gusta le damos para adelante".
Miguel Gorosito -que trabaja en mantenimiento de la institución- fue el responsable de preparar la pared para el gran trabajo; se blanqueó el paredón y "comenzamos la batalla de enfrentar sesenta metros cuadrados de pared. Luego de una semana y media con lluvias y sol candente, que se compensaba con la buena vibra de las docentes, vecinos y transeúntes que se detenían a charlar y ver la obra, se logró finalizarlo por completo el 15 de diciembre", destacó Joselo, conforme.
Los materiales utilizados para el trabajo al aire libre fueron acrílicos (Loxon), pinceles, rodillos, aerógrafos, esténcil para algunos detalles y luego de terminada la obra se le dio una laca protectora para la durabilidad de los colores, que suelen ser afectados por el sol. El artista se suma, con su talento y estilo propio, a los muchos que ya dejaron plasmada su impronta en las calles e instituciones de la ciudad. Rufino se expresa, y poco a poco da lugar en sus comercios, muros y áreas urbanas, al arte, en sus múltiples formas, visibilizando el trabajo admirable y profesional de sus valiosos artistas y emprendedores.
"Proyectos para el futuro hay varios más", comenta Albornoz, resaltando que "muchos de ellos coordinados junto a la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rufino, que se irán viendo plasmados en la ciudad. A nivel personal -añade- un objetivo sería el de terminar y publicar dos historietas-cómics que están en proceso".
Con respecto a la experiencia vivida y sus deseos por venir, expresó: "Espero que con la realización del mural se abran más propuestas como ésta, para que otros artistas, como yo mismo, podamos seguir embelleciendo nuestra ciudad. Demás está decir que Rufino tiene un gran potencial en lo referente al arte, solo hace falta animarse y demostrar que aquí también somos capaces", enfatizó, esperanzado.
Según describe el ilustrador, Mariana Pérez -directora del Jardín- le brindó total libertad para la realización y abordaje de la temática. Joselo trabajó junto a su hermano, Cristian Albornoz, y decidieron que la obra, en esta ocasión, no se vea de una sola pasada, sino "que tengas que detenerte algunos minutos a descubrir los mil detalles que ilustramos, para no perderte nada. Nos basamos en el famoso cuento El Principito, sumando algo de fantasía e infantil", detalló para culminar.
Que la ciudad de Rufino siga vistiendo y transformando con el arte, el estilo y el color de la esencia personal de tantos de sus hijos creadores, es una manifestación para celebrar, apoyar y aplaudir.