Juan Carlos Scalzo | [email protected]
Un grupo asociativo familiar desarrolló un proceso inédito que reutiliza el 100% de estos envases posconsumo. Entre los productos que se pueden obtener, la estrella es la placa Bussle concebida para la construcción de pisos, techos, tabiques y muebles, una pieza muy versátil y de fácil aplicación que puede destinarse a la vivienda social, a espacios públicos o al uso privado.
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Con el emprendimiento avanzando aceleradamente, procesos industriales aprobados por organismos competentes, patentes intelectuales ya registradas, maquinarias en etapa de fabricación y a punto de concretar el predio donde se montará la producción, Leandro Bertero, de TBJ Desarrollo Sostenible, contó a Mirador Provincial detalles sobre este innovador desarrollo.
"Somos cuatro hermanos con diferentes profesiones: María Belén es socióloga, Javier es ingeniero electromecánico, Juan Ignacio es arquitecto y yo soy técnico universitario en gestión ambiental, pero tenemos los mismos valores y visión heredados de nuestra crianza familiar. Nos unimos en un acuerdo asociativo con el objetivo de desarrollar y gestionar proyectos de triple impacto: con equilibrio entre el bienestar social, económico y ambiental", dijo con entusiasmo en el inicio de la charla el tercer hijo del ex ministro de la Producción de la Provincia, Juan José Bertero (período 2007/2011), quien no dejó pasar por alto la oportunidad para agradecer a Osvaldo Audagna, "un gran amigo de la familia que dio un apoyo técnico incondicional a lo largo del desarrollo del proyecto".
El origen del proyecto se remonta a la participación que tuvieron en un programa de nutrición integral materno infantil de la Provincia de Salta, destinado a grupos sociales con deficiencias nutricionales, a los que se les hacía llegar leches con alto valor nutricional envasadas en Tetra Pak. "En una visita a comunidades Wichi nos encontramos con una situación ambiental y social alarmante, debido a que el Estado los asiste con alimentos y todos los envoltorios y envases que los contienen son arrojados al monte formando basurales alrededor de las viviendas. No reciben ningún tipo de ayuda para poder gestionar estos residuos. Viendo esta realidad coincidimos en que no podíamos sumar a esta problemática ya de por sí grave el alto volumen de envases tetra pak del programa", recordó.
Como consecuencia de esta situación, Leandro contó que se pusieron en contacto con la firma Tetra Pak para evaluar de qué manera podíamos tratar estos materiales, y se llevaron una sorpresa al recibir como respuesta que no existen procesos sostenibles para la reutilización de los envases post consumo.
"Una vez que los alimentos son consumidos y debido a la falta de procesos para reciclar los residuos de envases terminan siendo volcados en vertederos, dispersos en el ambiente generando mini basurales o en el mejor de los casos enterrados en rellenos sanitarios ocupando un lugar estratégico que no fue diseñado para enterrar estos materiales. Y aquí es donde empezó todo, apuntó".
Para tener una idea de la magnitud de perjuicio ambiental que esto genera, Bertero explicó que "Tetra Pak es una empresa global de origen sueco, que ha desarrollado un gran producto para mantener los alimentos en buenas condiciones hasta el consumo, pero no tienen una respuesta para el tratamiento de los envases que ya han sido descartados, así como tampoco de los enormes volúmenes de scrap (chatarra) que generan las industrias cuando envasan sus alimentos en estos envases. Tetra Pak habla de dos procesos para el reciclado, pero ambos son inviables desde el punto de vista económico y ambiental. Tal es así que existen sólo dos plantas en el país".
"En Argentina se producen 50.000 tn/año de estos envases, de los cuales únicamente se recicla entre el 10 y el 15%, según datos que proporciona Tetra Pak", acotó para dimensionar el nivel del problema en nuestro país.
A la preocupante situación no escapa la ciudad de Rafaela donde, a pesar de realizarse una gestión integral de residuos sólidos urbanos (Girsu), que comienza con la separación en los hogares, los materiales llegan a las plantas de clasificación del Complejo Ambiental donde cooperativas los recuperan para su posterior venta, pero los envases tetra no se pueden comercializar y finalmente en la mayoría de los casos son enterrados en las celdas del relleno sanitario.
Precisamente, esta problemática actuó como otro disparador del emprendimiento y Bertero narró que "desde TBJ empezamos a trabajar para encontrarle una solución. Actualmente, en una alianza con otra empresa de la ciudad -Deisa- contamos con el desarrollo de un proceso inédito en el que se utiliza el 100% del envase posconsumo y que también admite el scrap de las industrias. Desarrollamos también máquinas específicas, con ingeniería propia, que permiten realizar el proceso principal de conversión termomecánica de los residuos.
"Por medio del proceso, se obtiene un material que tiene propiedades similares a un plástico duro (los ensayos fueron realizados por el INTI Centro Litoral) por lo que es posible fabricar una gran variedad de productos: insumos industriales, autopartes y de la industria naval, productos para la construcción de viviendas, elementos de señalización vial y seguridad laboral, madera plástica, etc.", sostuvo el joven empresario.
Dentro de todas estas utilidades, en TBJ se desarrolló y patentó la placa Bussle, que, describió, "está concebida para la construcción de pisos, techos, tabiques y muebles. Es un producto muy versátil y de fácil aplicación. El proceso TBJ le brinda excelentes propiedades a este producto: son térmicas, acústicas, ignífugas, impermeables, no desarrollan hongos ni bacterias, son muy resistentes en aplicación tanto interior como exterior, y se les da color en masa por lo que con el desgaste propio de un uso prolongado conservan bien su aspecto visual, y a todo esto se suma que es un producto asequible. Es un sistema autoportante que permite que uno mismo realice la instalación minimizando tiempos y costos".
"El proceso que desarrollamos es un proceso limpio que no genera residuos en ninguna de sus etapas, así también las máquinas fueron diseñadas para que tengan bajos consumos energéticos se trata de un proceso productivo 'verde' en el que se minimizan los impactos negativos al ambiente, y que además utiliza como materia prima un material que se encuentra en altos volúmenes y que hoy es un residuo (con todas las problemáticas ambientales y sociales que esto conlleva). A su vez el material puede ser reciclado numerosas veces, es decir, que aquellos productos fatigados por el uso prolongado o que no se utilizan pueden ser reinsertados al proceso para fabricar nuevos productos", recalcó.
Bertero adelantó que actualmente analizan posibles alianzas para lograr "instalar la primera planta en Rafaela que tendrá una capacidad productiva de 40 tn/mes, suficiente para tratar los envases posconsumo y scrap industrial de Rafaela y zona".
En cuanto a suministro del material comentó que "serán provistos por las cooperativas de trabajo del complejo ambiental de Rafaela y de otros centros de recupero urbano". Con relación al empleo que demandará la planta aseguró que "generará 16 nuevos puestos de trabajo formales".