La historia del suizo que no logró exportar café en Brasil y fue colonizador en la provincia
Enrique Vollenweider, nacido en Obfelden, viajó a Brasil en 1855 para probar suerte en el rubro cafetero. Pero el clima le sentó mal y se fue mucho más al sur. En 1858 se ocupó de conducir los destinos de la colonia San Carlos. También dejó su huella en la creación de Las Tunas, Santa María, Humboldt y Grütly.
Archivo El Litoral El busto que recuerda al empresario colonizador suizo en Las Tunas, pueblo que lo tuvo como fundador.
La prosperidad de las colonias agrícolas que se fundaron en la provincia de Santa Fe en la segunda mitad del siglo XIX, luego de la sanción de la Constitución que en 1853 sentó las bases jurídicas de la Argentina, se debió al denodado esfuerzo de los inmigrantes europeos, que hicieron de tierras vírgenes una fracción del “granero del mundo”. Pero también tuvo que ver con la organización política y social que promovió el Estado (a nivel nacional y provincial) y con la prolijidad y pulcritud de sus administradores, que establecieron reglas para posibilitar el crecimiento.
En el caso de la Colonia San Carlos, creada en el mes de setiembre de 1858, el primero de ellos fue Enrique Vollenweider, quien se sumó incluso antes de la fundación oficial, contribuyó con eficacia al progreso de la agricultura en la Pampa Gringa y al proceso de colonización que hizo de toda esa región una de las fuentes de riquezas más importantes del país.
Colección de Dr. Clementino Paredes. Patrimonio Archivo General. Carros con inmigrantes frente a una casa acopiadora en la zona de Esperanza.
Carros con inmigrantes frente a una casa acopiadora en la zona de Esperanza.Foto: Colección de Dr. Clementino Paredes. Patrimonio Archivo General.
La vida de Vollenweider, como la de buena parte de los inmigrantes europeos que posaron sus ojos en América en el siglo XIX, tuvo connotaciones que la emparentan con las novelas de Julio Verne, Robert Louis Stevenson o Rudyard Kipling. Es que antes de llegar a ocupar su puesto en lo que actualmente es el departamento Las Colonias, probó suerte en Brasil. País que, si todavía hoy es un sinónimo de aventura, mucho más lo era hace 170 años.
Archivo El Litoral En uno de sus libros, el escritor Gastón Gori analiza y traduce el diario de Enrique Vollenweider.
En uno de sus libros, el escritor Gastón Gori analiza y traduce el diario de Enrique Vollenweider.Foto: Archivo El Litoral
Primeros años y partida
Vollenweider nació en Obfelden el 6 de mayo del año 1824. Se trata de una comuna suiza del cantón de Zúrich, que está situada en el distrito de Affoltern. Limita al norte con la comuna de Ottenbach, al noreste con Affoltern am Albis, al sureste con Mettmenstetten, al sur con Maschwanden, al suroeste con Hünenberg. Allí accedió a sus estudios primarios y luego pasó a Mettmensteten para hacer lo propio con los secundarios. Más tarde, y a tono con las costumbres de la época, se dirigió a Lausana, la quinta ciudad más poblada de Suiza tras Zúrich, Ginebra, Basilea y Berna, para adquirir conocimientos comerciales.
Al promediar la década de 1850 decidió viajar hacia Sudamérica. Las condiciones en el Viejo Continente eran propicias para esto. Las crisis, la falta de trabajo y en muchos casos directamente la pobreza, aquejaban a muchos habitantes de los países que hoy forman parte de la Unión Europea. Y si bien el perfil promedio de los europeos que decidían dejar sus tierras ancestrales eran campesinos y obreros, muchos con otros perfiles también veían oportunidades de crecimiento al otro lado del Océano.
Lo cierto es que Enrique Vollenweider se dirigió en 1855 hacia el puerto de El Havre (Francia) y desde allí se embarcó hacia Sudamérica. Su primer destino fue Brasil. Allí, en la ciudad capital que por entonces era Río de Janeiro, se reunió con sus hermanos. Ellos, que habían llegado antes a tierras cariocas, habían montado un negocio de exportación de café. El vecino país estaba en ese entonces regido por Pedro II, que había llegado al trono en 1831 . Justamente en esa época el café se había convertido en el principal producto exportado por Brasil, en sustitución de la caña de azúcar. Sin embargo, el clima no le resultó propicio al joven Enrique, que decidió buscar otros destinos.
Historia de San Carlos Vollenweider es recordado por los historiadores como un hombre tesonero y emprendedor . La energía del carácter -según consta en registros históricos- era el rasgo más sobresaliente de su personalidad.
Vollenweider es recordado por los historiadores como un hombre “tesonero y emprendedor”. La energía del carácter -según consta en registros históricos- era el rasgo más sobresaliente de su personalidad.Foto: Historia de San Carlos
Convertido en colonizador
Tras su fallida incursión en el negocio del café, se interesó por la colonización, por entonces creciente por la llegada de inmigrantes. Inserto en este mundo, a caballo y al modo de los exploradores novelescos, realizó diversos viajes por las distintas geografías de Brasil (muchas inexploradas) y viajó por Uruguay. Finalmente, tras numerosos periplos, los registros históricos lo encuentran en Argentina, donde fue designado en 1858 como administrador de la Colonia San Carlos, cargo que ocupó por casi 15 años, hasta 1873.
Pero su labor no se limitó a su puesto. Durante el transcurso de aquellas décadas que fueron fundamentales para el trazado de la geografía actual del departamento Las Colonias, Vollenweider actuó en la colonización de Santa María, Las Tunas, Humboldt, Grütly y otros poblados de esa parte de la provincia. Por el trabajo que hizo en esos años, se lo recuerda como una persona que contribuyó en forma eficaz al progreso de la agricultura.
Archivo El Litoral / Museo de la Colonización La firma del administrador.
La firma del administrador.Foto: Archivo El Litoral / Museo de la Colonización
Dos años después de dejar su cargo como administrador en San Carlos, retornó a su país de origen tras 20 años de ausencia. Y, anque regresó a la Argentina una vez más, en 1886, eligió Obfelden para vivir el resto de su vida. Allí falleció el 15 de setiembre de 1898, a la edad de 74 años. En su Historia de San Carlos, el cronista Juan Jorge Gschwind lo recuerda con gratitud.