El intendente de la ciudad de Coronda, departamento San Jerónimo, se manifestó en relación al final de la temporada de la producción de frutillas y más problemas con los que se han encontrado, como si hubiera habido pocos en este 2023.
A partir de la tormenta de granizo de octubre, se complicó más el panorama de la producción de frutillas en Coronda. Al respecto intendente local hizo un análisis de un problema de vieja data: blanquear a un peón rural puede implicar que pierda su plan social.
El intendente de la ciudad de Coronda, departamento San Jerónimo, se manifestó en relación al final de la temporada de la producción de frutillas y más problemas con los que se han encontrado, como si hubiera habido pocos en este 2023.
En este caso, Ricardo Ramírez, también productor de frutillas, aseguró que “no conseguimos ya gente para levantar lo que queda de fruta en los surcos, que era mucho todavía”. Esto atendiendo a que la tormenta de granizo de octubre atrasó un mes la salida de la última tanda.
“Es un problema que ya viene desde hace muchos años, luego de la pedrada en Coronda se evidenció más, porque la gente emigró a otro lado. No se pudo juntar para el fresco y menos para la industria la última tanda” y agregó que “es algo que venimos reclamando desde hace mucho tiempo. En Coronda se siente mucho porque el 100% de la frutilla es trabajo a mano, en otros cultivos necesitan menos gente y hay más máquinas”.
Como una especie de mal generalizado, Ramírez afirmó también que “hablé con gente de citrus de Posadas, con gente de cerezas y arándanos de Mendoza, el ajo lo mismo, pasa con la mano de obra en las producciones regionales. El reclamo es el mismo, los planes sociales, no estamos en contra de eso porque se dieron en un momento difícil como fue la salida del gobierno de De la Rúa. La gente no quiere blanquearse, esperamos que se pueda combinar, que estén en blanco y que mantengan el plan” pero “vos lo inscribís al empleado, le sacan o suspenden el plan, y después el reclamo es a la patronal pero acá tienen que inmiscuirse el gremio y el Estado porque la gente no se blanquea entonces no conseguimos peones”.
Más adelante, el primer mandatario de la capital nacional de la frutilla explicó que “pasa con las producciones regionales pero hablás con un jefe de albañiles y no tiene gente a veces, se ha perdido la cultura del trabajo un poco. Hay gente que necesita los planes, madres con hijos numerosos, cortarlos sería una locura pero los productores necesitan las herramientas para blanquear y tener rentabilidad al mismo tiempo” y tiró un dato inquietante: “La semana pasada vinieron 3 productores y dijeron que no quieren plantar más, se cansaron, no consiguen gente, querían vender los nylons y los arcos, y es verdad que los juntadores no ganan lo que tienen que ganar pero también qué empleado no quedó desfasado con la crisis, no?”.
“No queremos que las hectáreas de frutillas sigan restándose en cantidad. Ahora con los empleados que tenemos hacemos juntar lo que se pueda y en poco tiempo vamos a levantar ya los nylons. Hoy no podemos comprar insumos, está todo dolarizado y no te quieren vender para colmo” y remató diciendo que “a Coronda queremos que la sigan conociendo más por las frutillas que por las cárceles, nos debemos una reunión con los gremios, el sector productivo, la política, para una ley de los monocultivos de una vez por todas”.
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