Con la mitad del año como previa, entre ensayos, vestuarios y mucho corazón, la familia Tinkunakuy compartió su muestra de danza con una multitudinaria presencia de público y un cierre inesperado a pura emoción.
La muestra de danza tuvo su noche de brillo y estrellas en lo que fue un viaje por diferentes culturas y ritmos. El final con papás en escena fué pura emoción.
Con la mitad del año como previa, entre ensayos, vestuarios y mucho corazón, la familia Tinkunakuy compartió su muestra de danza con una multitudinaria presencia de público y un cierre inesperado a pura emoción.
La bailarina Lucia Rojas, quien dirige la escuela desde su nacimiento en Rufino, delineó para esta muestra un viaje por el mundo a través de los ritmos y la música que desde las alumnas mas pequeñas, hasta las más grandes, dibujaron en el escenario del CEC el pasado domingo 28/07 a partir de las veinte horas.
Arrancando puntualmente, el viaje comenzó con un video en pantalla gigante en el que una azafata de avión en primer plano invitaba a los pasajeros a adentrarse en un viaje cuyo primer destino fue Perú con una interpretación festiva de las bailarinas más antiguas del staff.
Con el mismo espíritu relajado y festivo, dejando de lado los peinados tirantes y la línea recta en los movimientos, el candombe uruguayo y el calor del mismo fue el protagonista del segundo destino de este vuelo por el mundo. Las sonrisas y los pelos al viento acompañaron los movimientos de cadera y la complicidad de esta coreografía.
De la mano de las más pequeñas la samba brasileña “Onda Onda” colmo de alegría el recinto, para seguir con el Rock y la frescura de este ritmo pegadizo a cargo de más de diez niñas de menos de 10 años compartiendo gracias y alegría sobre el escenario. El ritmo de la Sevillana con flores en la cabeza y aplausos compartidos siguió con este vuelo por el globo.
La primera mitad de la presentación continuo con un Can- Can típico de Francia, una tarantela pegadiza en Italia y dos ritmos característicos de nuestra patria Argentina con Libertango y Chacarera de un Triste, protagonizada por el grupo más reciente de bailarinas incorporadas al team. Para terminar el protagonismo celeste y blanco un solo de malambo a cargo de un pequeño alumno destacado dedicado al zapateo que desató un aplauso cerrado con bombo y guitarra en escena cerraron la primera parte.
Sin contratiempos y de forma ágil, característica motivadora cuando de seguidilla de números artísticos se trata, el viaje siguiente con temas musicales que llevaron al público a la emoción desde la primera puesta. El número que abrió fue “Nadies”, sigo “Libre Soy”, con todo el público cantando a viva voz arengando a las pequeñas artistas desplegando su gracia, para continuar con “Yo tengo un amigo”, “Veo en ti la luz’, “Mariposita” por las más peques, “Pedacitos de Sol”, “gajitos I’ luna”, “bad guy” y el cierre más esperado, con el ingreso de seis pequeñas princesas con sus príncipes, interpretados maravillosamente por sus papás, que acompañaron a sus niñas en una coreografía que puso a todo el salon de pie, entre gritos, aplausos y una emoción desbordante que cerró la noche pasadas las 22hs.
Lucia Rojas con más de 100 alumnas despidieron con gratitud a los presentes desde el escenario, saludando aplaudiendo y compartiendo una foto conjunta que culminó la velada y dejó sembrada una semilla para la que sigue, cerca de fin de año.