Pondrán en valor una joya arquitectónica de Rosario
La antigua casona en la que funciona el Distrito Norte, tendrá la intervención más importante de los últimos 25 años. El pasado viernes abrió el llamado a licitación por $890 millones.
Villa Hortensia fue construida en 1890 por el arquitecto Boyd Walker para la familia de José Nicolás Puccio, un empresario argentino fundador del pueblo, hoy barrio, llamado Alberdi.
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La Municipalidad de Rosario lanzó el llamado a licitación para el proyecto de rehabilitación y puesta en valor de uno de sus tesoros arquitectónicos más emblemáticos: Villa Hortensia. La histórica mansión, situada en Warnes 1917, sede desde 1997 del Centro Municipal de Distrito Norte, será sometida a un proceso exhaustivo de restauración con un presupuesto de 890 millones de pesos. Una obra de alto impacto como hace más de 25 años no se hacía.
La obra comprende la rehabilitación de las cubiertas, fachadas, aberturas, basamento y torre del mirador. Además, se llevarán a cabo reparaciones integrales en las instalaciones sanitarias y eléctricas, garantizando que Villa Hortensia recupere su esplendor original y esté en perfecto estado de funcionamiento.
Dada la talla del proyecto y la importancia arquitectónica y patrimonial del edificio, el municipio estableció un riguroso proceso de licitación: la contratista seleccionada deberá ser una empresa con experiencia en trabajos de restauración y entregar el edificio en perfecto estado de funcionamiento, para lo cual deberá llevar a cabo todas las tareas necesarias y proveer la totalidad de la mano de obra, materiales y equipos, estimándose un presupuesto de aproximadamente $ 890.000.000. El plazo de obra es de 18 meses desde el inicio de su ejecución, dada la complejidad de la intervención.
"Villa Hortensia no es un simple edificio, es un tesoro patrimonial y un símbolo de la descentralización de la ciudad. Es el lugar en el que Hermes Binner empezó a hacer realidad el plan que fue ejemplo en todo el país. Poder concretar esta obra es saldar una deuda pendiente con los trabajadores y vecinos del Distrito", destacó la subsecretaria de Vinculación Ciudadana, Laura Bartolacci. "Con el plan de digitalización de trámites que la Municipalidad viene llevando adelante, los distritos se van reconvirtiendo de centros administrativos en centros cívicos, pero siempre como referencias territoriales para las vecinas y vecinos, puntos de encuentro para valorar y cuidar", agregó.
Características
Villa Hortensia fue construida en 1890 por el arquitecto Boyd Walker para la familia de José Nicolás Puccio, un empresario argentino fundador del pueblo, hoy barrio, llamado Alberdi. La vendió a Ciro Echesortu, y luego a Alfredo Rouillón, casado con María Hortensia Echesortu (de donde el palacio tomó el nombre). La familia Rouillón usaba Villa Hortensia como residencia veraniega, por lo rural de la zona, la cercanía a la barranca del río Paraná y la sombreada forestación.
La casona era reconocida dentro del trazado de Alberdi por ocupar una posición privilegiada, con vistas al río y a la plaza principal. Fue construida sobre una manzana completa, rodeada de grandes jardines delineados por un lago, un aljibe, glorietas y una abundante arboleda que marcaron y distinguieron la mansión en el pueblo. Constituye en la historia de la arquitectura argentina uno de los ejemplos subsistentes de casa-quinta que tuvo relación con el inicio del poblado.
El antiguo caserón fue declarado monumento histórico nacional por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos en 1989. La Villa fue comprada por la Municipalidad de Rosario el 30 de mayo de 1996 con el objeto de utilizarla como centro administrativo en el marco de un plan de descentralización. Villa Hortensia fue restaurada y puesta en valor, siguiendo los planos originales. Luego, el 13 de octubre de 1997 fue reabierta como el primer Centro Municipal de Distrito.
La descentralización
El plan de descentralización de Rosario fue un proceso que comenzó en 1995 y fue tomando cuerpo de manera ininterrumpida. Implicó la organización territorial de la ciudad en seis Centros Municipales de Distrito (CMD), ubicados estratégicamente. En ese plan, el Distrito Norte fue el primero en iniciar este proceso en el histórico edificio que ahora será remodelado.
El proceso significó una modernización ante una estructura municipal rígida. Existía una centralidad muy fuerte y desequilibrante, mientras algunos vecinos caminaban unas pocas cuadras para resolver sus trámites administrativos o disfrutar de actividades culturales y recreativas, desarrolladas únicamente en el centro, otros debían recorrer 10 kilómetros o más para acceder a las mismas instancias.
Además, puertas adentro, la descentralización implicó que cada distrito pudiera planificar, gestionar, controlar y evaluar su propio accionar e impulsar la participación de los vecinos. La administración estaba involucrada y se resolvía en cada territorio, según las necesidades, prioridades y las propuestas particulares y en equilibrio en todo el distrito.
Respetar lo que ya existía y orientar el proceso para lograr un equilibrio territorial, superar las situaciones de depresión o deterioro y consolidar aquellas que ya estuvieran consagradas fueron algunas de las principales metas del proceso.
La descentralización de la ciudad fue un proyecto transversal que logró contagiar, comprometer e involucrar a todas las áreas municipales y a la sociedad en su conjunto. Impulsó el acercamiento de la sociedad con el Estado mediante la construcción de políticas en conjunto con ciudadanos. La descentralización permitió la apropiación por parte de los rosarinos de los nuevos espacios municipales, los distritos, de sus derechos y no deja de ser un proceso vivo, dinámico, en constante evolución y desarrollo.
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