El dolor se pudo sentir en el aire. Llantos, silencios que dijeron mucho. Indignación y el pedido de justicia. Que esta vez el reclamo no sea pasado por alto. Que la muerte de este padre y este hijo de 43 y 8 años no sea uno más.
Un número importante de vecinos se manifestó por justicia por David y Valentino Pizorno en la esquina de avenida Nuestra Señora del Rosario y Ayacucho en Rosario. En esta ochava chocaron con su auto contra otro que venía corriendo una picada. Cintia Díaz, sobreviviente del accidente, se hizo presente en silla de ruedas.
El dolor se pudo sentir en el aire. Llantos, silencios que dijeron mucho. Indignación y el pedido de justicia. Que esta vez el reclamo no sea pasado por alto. Que la muerte de este padre y este hijo de 43 y 8 años no sea uno más.
En la mismísima esquina donde ocurrió el accidente con estas dos víctimas fatales más de 200 vecinos del barrio, una zona de clase media con lindas casas, llegó Cintia Díaz, esposo y madre de los Pizorno. Ella viajaba en ese coche la noche del viernes 19 de marzo. Producto del impacto con un auto que iba a 130 kilómetros por hora, los dos varones perdieron la vida. Ella vive para contarlo, aunque está llena de dolor. Golpeada por dentro y por fuera, recibió el apoyo y el calor de seres queridos y conciudadanos. Al llegar al lugar, los aplausos surgieron de manera espontánea. Un hombre se animó a gritar “¡Fuerza Cintia!”. Fue la intención de mucha gente de acompañar a esta viuda que también perdió a su niño.
En el centro de la esquina, se pusieron a pintar dos estrellas amarillas como símbolos de las dos vidas que se perdieron en el lugar. Una ochava y una zona, la sur, que ya habían registrado accidentes previos.
“Voy a hacer justicia por ellos”, dijo Cintia Díaz en la manifestación. “No voy a permitir que esto quede así nomás”. “Las leyes tienen que ser más duras para que no vuelva a pasar esto. Va a volver a pasar porque locos hay en todos lados, pero que tomen conciencia”.
Pedido de justicia por víctimas de picadas en Rosario
Díaz confirmó que en esa misma esquina hubo accidentes previos con picadas. “No es sólo esta esquina. Es todo Rosario. Tienen que ser más duras las leyes”, reiteró Cintia. “Los jueces tienen que ser duros”.
Ella lógicamente está visiblemente afectada por el grave trauma que implica perder a tus dos seres más queridos de una manera tan espeluznante. “Estos días son una pesadilla porque me voy a acostar pensando que me voy a levantar mañana y va a ser mentira. Y que tengo que ir a buscar a mi hijo a la casa de mi mama y no. Mi hijo no está más y mi esposo tampoco está más”.
No hubo palabras para la gente que asistió. Cintia siguió hablando con todos los medios que se acercaron al lugar. Una banda de trompetas y bombos tocó algunas canciones, aunque el ánimo no era el mejor para escuchar música en vivo. Los rostros de dolor lo dijeron todo.