Ignacio Pellizzón | region@ellitoral.com
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El plan era claro: los recursos para los trabajos de refacción del Monumento a la Bandera de Rosario estaban a cargo de Nación –comenzaron bajo mandato del ex presidente Mauricio Macri- en el orden del 70%, mientras que la Municipalidad se hacía cargo del resto de los gastos. Así, fue que se licitó la obra y comenzaron las tareas en 2017; ¿el plazo? Un año y medio, es decir, finalizarlas en septiembre de 2018. Cinco años después del comienzo de la obra, todavía no se concluyó. Pero, ahora, quieren finalizarla de una vez por todas.
“Antes que termine marzo vamos a tener novedades de la licitación de las obras para la recuperación de nuestro Monumento a la Bandera”, fue lo que anunció el Intendente, Pablo Javkin, cuando fue al Concejo Deliberante para presentar su plan de “reconstrucción de Rosario”, como él mismo lo definió.
Tras varios procesos de empezar y suspender, de empezar y suspender, finalmente el Ejecutivo local se propuso intentar darle un final feliz al plan de refaccionar el Monumento, uno de los espacios más visitados por los turistas y por los propios rosarinos y rosarinas.
Hoy en día, al mencionar las obras de refacción, es referirse a la historia de un fracaso. Un plan que se debería haber ejecutado y culminado en menos de la mitad del tiempo que lleva demorado. Se trata de un proyecto inconcluso que solamente dejó críticas y un símbolo nacional desvalorizado, por ahora.
Las obras proyectadas para el Monumento en 2017, que contemplaba el pliego licitatorio, se basaban en la restauración de la estructura de hormigón, mamposterías y revestimientos; trabajos de impermeabilizaciones y sellados, y la restauración y climatización de la Sala de las Banderas. Se trataba de la mayor intervención en los casi 60 años de historia que tiene el símbolo local.
Los compromisos también incluían la creación de la Sala de las Provincias, la colocación de rampas y plataformas salvaescaleras, y la instalación de un nuevo sistema de iluminación. Por otra parte, se iban agregar relevamientos de patologías y diagnósticos para intervenir la Torre en una segunda etapa. El plazo de ejecución de la obra era de 18 meses, algo que jamás se cumplió.
Los trabajos fueron acordados de manera conjunta entre el gobierno nacional a través del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, y la Municipalidad de Rosario. En el mismo se estableció que Nación colaboraba con el financiamiento de la obra con el 70% del costo estimado de la misma y el municipio asumía invertir el monto restante a financiar, del 30%.
La iniciativa, prometida por el gobierno del ex presidente, Mauricio Macri, en 2016, llegó a licitarse por un presupuesto de más de 100 millones de pesos. El mismo se le adjudicó a la empresa Creaurban SA, perteneciente al primo hermano del presidente, Ángelo Calcaterra.
Esta decisión derivó en un conflicto de intereses, que obligó a que Calcaterra tuviera que desprenderse de varias firmas, entre ellas justamente Creaurban SA, dejando en pausa no sólo el ambicioso proyecto de reacondicionar por completo el Monumento a la Bandera, sino también la promesa del gran desembolso de Macri en Rosario.
Los trabajos que deberían haber estado listos en un año y medio, a mediados del 2019 no alcanzaban el 40% de avance. "Si esta obra hubiera sido para el obelisco, no tengo dudas de que ya se habría terminado. No hace falta explicar la importancia que tiene para los rosarinos el Monumento a la Bandera. Por eso debemos seguir ejerciendo el control que nos corresponde sobre los fondos públicos y la ejecución de los trabajos", había disparado Javkin al conocer la falta de avances en las obras.
En este contexto pandémico los trabajos se frenaron por completo. Pero la intención que tienen desde el Palacio de los Leones es rearmar un nuevo proyecto y poder terminar lo que falta con recursos propios para darle un cierre definitivo a una obra que, desde que comenzó, fue un fracaso.