Se advierte en la calle. La crisis de 2020 de los colectivos en Rosario produjo ganadores y perdedores. En el último rubro, quedaron los choferes, los talleres mecánicos para vehículos grandes y otros actores involucrados en el transporte público. Entre los que salieron beneficiados aparecieron los ciclistas y toda la industria de la bicicleta. El número de usuarios de bicis se incrementó y pasó de un escaso 3% anterior a la declaración de la pandemia por covid-19 a un 13%, según un estudio realizado por el Ente de la Movilidad local. No es un número tan significativo como en otros países, pero indica que hoy 1 de cada 10 personas se mueve en el aparato de dos ruedas.
Emanuel Ayala, de la ONG Rosario en Bici, habló con El Litoral sobre este fenómeno que se evidenció con claridad en la ciudad más poblada de la provincia: “Evidentemente la gente se está volcando, ya sea por una cuestión económica o por mayor conciencia por la cuestión ambiental. Y por la cuestión del tiempo. Muchas veces es más rápido llegar en bicicleta sin tener que esperar el colectivo. La juventud, sobre todo, ve que ya no es viable seguir metiendo autos en las ciudades. Hay que empezar a pensar otros modos de moverse”.
Este proceso se da en una ciudad como Rosario, que cuenta con un gran parque automotor y que no tiene una gran cultura ciclista. Algo que tampoco se ve en grandes urbes como Córdoba o en la misma Capital Federal. “A medida que la bici va tomando más relevancia en la calle, quien maneja un vehículo toma mayor conciencia de que está manejando una máquina que puede generar lesiones graves. En la medida en que la bici se hace más visible, eso va cambiando”, comentó Ayala.
Los hechos de inseguridad también son una barrera para poder pedalear. “La gente quiere salir en bicicleta. No sale en bicicleta porque tiene miedo que le roben la bici o que la bajen con una pistola. Si bien hay muchas bicisendas y ciclovías nuevas, creemos que faltan conexiones, falta que sean de calidad. Una línea pintada muchas veces no otorga seguridad al ciclista. Dentro de la zona céntrica están las cosas más o menos solucionadas, pero si uno se abre un poco a los distritos sur o sudoeste, las conexiones son mucho peores. Cada tanto tenemos que escuchar una noticia de alguien que es atropellado o que tiene un accidente. Son sectores (sociales) que no tienen la posibilidad de elegir irse en bici, en colectivo o en taxi. Quizás la bici es la única opción para llegar al trabajo o al estudio. No están dadas las condiciones para que esa gente que realmente necesita moverse en bicicleta pueda hacerlo de manera segura”, dijo Emanuel Ayala.
A la hora de brindar consejos para personas que arrancan con el vehículo a pedal, el integrante de Rosario en Bici comentó: “Cualquier bici que tenga buenos frenos es suficiente. Más allá de la bici en sí, uno tiene que ser visible. Tiene que tener buenas luces, sobre todo si circula de noche. Traseras rojas y delanteras blancas. Tener un buen candado”. “En la medida en que hay más ciclistas en la calle uno se siente más acompañado. Tratar de usar siempre las ciclovías. En caso de que no haya, circular por el carril de la derecha”, agregó.
Con respecto al respeto a las reglas de tránsito, Ayala dijo: “Los semáforos fueron pensados para los autos. Si uno tiene que esperar en una avenida a las 12 de la noche con poco tránsito y hay un semáforo, uno está muy vulnerable a un hecho de inseguridad. Que tome las precauciones. En algunas circunstancias creemos que no está mal pasar con luz roja siempre y cuando estén dadas las circunstancias para todas las personas”.
Las bicicleterías repuntaron
El sector beneficiado con este auge de este medio de transporte sencillo fue el de las bicicleterías. Tanto las que venden como las que reparan. De todas maneras, desde este gremio no lanzan las campanas al vuelo. Pablo, dueño del negocio de calle San Lorenzo 981, dijo: “Hubo un boom de ventas en septiembre, octubre y noviembre, pero de ahí para acá las ventas son cada vez menos y hoy están prácticamente paradas”. Aquel gran momento se tradujo en aumentos de 300 y 400% sobre los volúmenes históricos de ventas. El comerciante relativizó estos mayores ingresos: “El mercado se saturó. Los que necesitaban comprar una bicicleta, ya lo hicieron. Por otro lado, ha habido aumentos muy grandes por las restricciones que hay en la importación. Además, hay mucha demanda de repuestos y componentes, pero no hay provisión porque no dan abasto”. Según el empresario, este mayor tráfico en dos ruedas se produjo a nivel mundial. No sólo en Rosario.
En tanto, para los que arreglan bicicletas se transita un panorama aceptable con la mayor cantidad de bicis en la calle. Horacio Quiroga, bicicletero de calle Alvear 41 bis, dijo: “El trabajo aumentó un poco. Un 50 por ciento más. Ahora es el tema de que han salido todos con la bicicleta, ¿pero cuánto durará? Después pasará. Mientras tanto, hay trabajo”.
En tanto, el mercado negro de bicis creció. “Al haber más bicicletas, más robos. Son frecuentes las publicaciones que aparecen en distintos grupos. Hay muchas ventas que no se publican. No tenemos registros ni estadísticas, pero sí se ve que son más las denuncias de gente que ve su bicicleta publicada en algún grupo”, expresó Emanuel Ayala.
Rosario, sede del Foro Mundial de la Bicicleta
La ciudad de Rosario es el lugar elegido para el próximo Foro Mundial de la Bicicleta que se realizará este año del 6 al 10 de septiembre. Se realizará en un formato híbrido, con algunas instancias virtuales y con algunos eventos presenciales. “La idea del foro es recibir gente de varias partes del mundo y del país. Intercambiar experiencias no sólo sobre bicicletas, sino sobre movilidad y ciudades pensadas para la gente. Para promover estas iniciativas”, comentó Ayala.