El cambio climático está teniendo un impacto significativo en las alergias respiratorias y el asma causados por alérgenos de polen y moho, según un estudio publicado en la revista científica Allergy.
El polen y el moho son elementos claves para entender este problema que afecta a las vías respiratorias.
El cambio climático está teniendo un impacto significativo en las alergias respiratorias y el asma causados por alérgenos de polen y moho, según un estudio publicado en la revista científica Allergy.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó que en todo el mundo entre 400 y 600 millones de personas tienen algún tipo de alergia. La prevalencia en general de estas enfermedades está en aumento de manera sustancial; algunos de los factores son el impacto del cambio climático, la mala alimentación y el uso inapropiado de medicamentos.
Las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero están alterando la cantidad, intensidad y frecuencia de los patrones climáticos, lo que afecta la temporada de polen y promueve la proliferación del moho.
El estudio revela que el cambio climático provocó cambios en los patrones de floración y polinización de las plantas, aumentando la producción de polen y prolongando la duración de la temporada de polinización. Además, las condiciones climáticas extremas, como las olas de calor, las sequías, las tormentas y las inundaciones, favorecen la proliferación del moho, un desencadenante común de los problemas respiratorios.
Se observó que los niveles crecientes de dióxido de carbono en la atmósfera estimulan el crecimiento y la reproducción de las plantas, lo que resulta en una mayor producción de polen con más potencia alergénica.
Los investigadores también destacan el fenómeno del asma relacionado con las tormentas de rayos. Esto se debe a que los pólenes de gramíneas pueden romperse y liberar partículas diminutas que se concentran en la atmósfera justo antes de la tormenta. Estas pequeñas partículas penetran profundamente en las vías respiratorias y pueden desencadenar ataques graves de asma en pacientes alérgicos, lo que representa una amenaza para su salud.
Además, el cambio climático puede influir en la calidad del aire tanto en el interior de las viviendas como en el exterior. El aumento de las precipitaciones y el nivel del mar, así como las inundaciones, pueden generar problemas de humedad y filtraciones, favoreciendo el crecimiento de moho en espacios interiores. Las esporas de este en el aire están asociadas con un mayor riesgo de síntomas respiratorios y exacerbaciones del asma.
Ante estos hallazgos, los expertos enfatizan la importancia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar los efectos del cambio climático en la salud respiratoria.
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