Por Doctor Néstor Rossi (*)
Cuando se diagnosticaba en el Alassia una leucemia o un tumor sólido se lo derivaba. En 2009, a partir del surgimiento de nuevas fuerzas como la Fundación Mateo Esquivo y la voluntad del personal del hospital, se comenzó con la atención específica de estos pacientes.
Con la ayuda de la Fundación se adecuaron varias habitaciones y se logró la compra de importante tecnología como el microscopio para operar tumores cerebrales o la campana de flujo laminar para preparar drogas citostáticas. Además se consiguió que la provincia invirtiera una cifra millonaria en la instalación de un resonador magnético especial para niños y de un gran equipamiento para el tratamiento de tumores sólidos y leucemias.
El grupo de trabajo del Alassia forma parte de sociedades científicas de prestigio como la Sociedad Argentina de Pediatría, la Sociedad Argentina de Hematología, los grupos cooperativos de trabajo Gatla (Grupo Argentino Tratamiento Leucemia Aguda), del Roha (Registro Oncológico Hospitalario Argentino), de la Siop (Sociedad Internacional de Oncología Pediátrica) y de la Slaop (Sociedad Latino Americana de Oncológía Pediátrica).
Para poder concretar o llegar al tan ansiado porcentaje de cura a nivel de países desarrollados, que hoy ronda entre el 75 y 80% en tumores en general, debemos dejar de lado los personalismos y egoísmos y permitir concretar las directivas de la Sociedad Internacional de Oncología Pediátrica; esto es, que los niños con cáncer se atiendan en centros especializados de niños y por profesionales de niños. De otra manera no se podrá revertir el actual porcentaje, que ronda entre el 60 y el 65% de niños curados, que ostenta nuestra región. Hoy, en apenas dos años, el servicio de oncología y hematología del hospital de niños es un referente no sólo provincial sino también nacional. Actualmente, estamos esperando la concreción del llamado a licitación por parte de la provincia para concretar la obra del pabellón exclusivo para pacientes oncohematológicos. Ello permitirá tener un centro de atención de primer nivel comparable con los centros internacionales del primer mundo. Estamos en el camino correcto, así debe ser. Nuestros niños se lo merecen.
(*) Jefe del Servicio de Oncohematología del hospital de niños, Orlando Alassia.