Jueves 10.10.2019
/Última actualización 11:30
La salud mental es entendida —según la nueva Ley Nacional que versa sobre esta materia médica— como un proceso determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una “dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona”.
La provincia de Santa Fe es reconocida en esta área a nivel nacional por las tareas llevadas a cabo durante los últimos años. Liliana Olguín, directora de Salud Mental provincial, señaló en diálogo con El Litoral que el proceso de trabajo se inició con la reglamentación de la Ley N° 10.772, sancionada en 1991, que “propuso normativas muy acordes a lo que después marcó la ley nacional: internación en hospitales generales y una serie de instrumentación de ‘dispositivos’, para poder llegar a la ‘desmanicomialización’”.
Así, los hospitales generales comenzaron a trabajar con equipos interdisciplinarios de psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y abogados, incorporados recientemente y “con una labor importante”, sostuvo la profesional. “Se van desarrollando dentro de los hospitales políticas que entienden que el manicomio no es el mejor tratamiento para una persona, lo tenemos claro porque vemos cómo impacta un dispositivo de los que tenemos en personas que tienen algún padecimiento psíquico”, remarcó Olguín.
—¿Qué es un dispositivo?
—Es un espacio donde no sólo se producen elementos sino lazos, vínculos sociales entre las diferentes personas que intervienen en ese dispositivo, entre trabajadores y usuarios de salud mental. El dispositivo desentraña o pone en relieve muchas cuestiones que a simple vista no se ven. Hoy hay más de 130 en la provincia.
—¿Qué patologías van en aumento?
—En general, las patologías tienen que ver con la depresión, consumo, violencia, intentos de suicidio. Son variadas y, si bien se acentúan por la crisis, esto no quiere decir que a todo el mundo le impacte de la misma manera la situación económica.
—¿Qué abordaje se propone?
—El abordaje interdisciplinario e interseccional, con la complejidad de las situaciones. No hay otra manera de poder trabajar que con equipos de profesionales. La complejidad necesita de la intersectorialidad y del trabajo interministerial, amerita trabajo conjunto, nunca solos. Si bien el campo de la salud mental tiene una especificidad, es necesario trabajarlo en equipo desde otros sectores.
GentilezaFoto: Integrantes del dispositivo "El horno está para bollos".
De la idea de “manicomio” hacia un abordaje integral
—Antes, al “manicomio”. ¿Y ahora?
—Los hospitales de salud mental todavía siguen existiendo: en este momento hay 342 internados en toda la provincia, y se tiende a producir un cierre. Esto quiere decir que (estos hospitales) también se reciben demandas de internación, pero en general están haciendo otro tipo de abordaje. Para posibilitar las internaciones en los hospitales generales, contamos con dispositivos de guardia de salud mental en todos los hospitales de Rosario, Baigorria, Santa Fe y Rafaela.
—¿Se realizan relevamientos a nivel provincial?
—Durante el año pasado se realizó un censo de pacientes internados tanto en el ámbito público como privado en toda la bota santafesina. Estamos trabajando con la Dirección de Información para la Gestión, que también depende del Ministerio de Salud, para poder obtener más información de la provincia. Al igual de lo que se realizó en el país, queremos hacer nuestro análisis para poder obtener datos generales que expresen insumos, y que nos permitan una planificación de calidad.
—¿Cuál es la situación fuera de las grandes ciudades?
—Hay dispositivos que se trasladan al interior de la provincia, donde pueden trabajar y hacer apoyo a los equipos de salud que no están ni en Rosario ni en Santa Fe, ciudades que tienen seguramente más cantidad de recursos. Los coordinadores de subregión y los dispositivos de salud mental que se trasladan por las localidades; hicieron que el 70% de las internaciones se hagan en los lugares cercanos a la vivienda, lo que significa que más de 2.000 personas son atendidas en lugares cercanos a sus casas. El trabajo en conjunto desde los distintos efectores de la provincia pregona los derechos de los usuarios a tener un tratamiento digno.
—La crisis, ¿impacta en la salud mental de la población?
—Por supuesto que la crisis impacta en la población, pero de diferente manera a cada una de las personas. No todas responden ante la crisis de igual manera; algunos ciudadanos con sus recursos subjetivos se las arregla para salir adelante, y otros padecen subjetivamente diferentes cuestiones.
—¿De qué manera afecta?
—Las cuestiones de inestabilidad, falta de trabajo y futuro incierto impactan principalmente en los jóvenes; esto equivale a problemas de salud mental. Antes se sabía que si estudiabas, conseguías trabajo y éste se sostenía. Hoy hay muchas personas que quedan por fuera de las cuestiones laborales. El trabajo es un regulador psíquico; por ende, también es posibilitador de la salud mental de las personas.
—¿Por qué son tan relevantes los dispositivos?
—Las crisis sociales impactan en todos, por eso la importancia de crear dispositivos que propicien el encuentro para poder trabajar no sólo con los profesionales de salud mental sino también con los equipos interdisciplinarios de salud, y poner a disposición espacios de re-trabajo, de supervisión y de capacitación base a las necesidades de los trabajadores en todo el ámbito de la provincia.
¿Cómo ser saludables en tiempos insalubres?
Ante esta consulta, Liliana Olguín dio su punto de vista: “Son tiempos muy difíciles para el país, incluso para el mundo. Son momentos de juntarse, de estar unidos con amigos y compañeros, para poder pensar cuestiones de índole colectiva. Lo comunitario es poder compartir con otro, con el vecino, es poder reírse y establecer lazos; eso es sumamente importante para poder estar bien. No son momentos para estar solos, son momentos para estar juntos. Una de las cuestiones sobre las que capacitamos tiene que ver con poder pensar, entre todos, las distintas problemáticas: qué hacer en un barrio y la intersectorialidad del trabajo colectivo y comunitario”, concluyó la directora provincial de Salud Mental.